Va Ortega por la reelección

MANAGUA.- El ex guerrillero sandinista Daniel Ortega se enfila a continuar en el poder en Nicaragua, tras los pasos de su aliado venezolano Hugo Chávez, al sacar ventaja de una Oposición divida y el desinterés de Estados Unidos por frenar su avance. A gran parte de la empobrecida población, sobre la que Ortega vuelca los abultados fondos de la cooperación de Venezuela, poco parece importarle los señalamientos de falta de transparencia en la gestión y de abusos de autoridad que pesan sobre el gobernante. Ortega lidera cómodo las encuestas para las elecciones presidenciales de hoy -los sondeos le dan 48 por ciento, y a su rival más cercano, el empresario Fabio Gadea, 30- mientras sus opositores llegan divididos y Washington, a diferencia del pasado, no hizo grandes esfuerzos por tratar de que se unieran para frenar al líder sandinista, de 65 años. En plena Guerra Fría, Ortega gobernó Nicaragua enfrentado a Estados Unidos, que financiaba a los contrarrevolucionarios que buscaban sacarlo del poder, al que llegó luego de que el Frente Sandinista de Liberación Nacional derrocara al dictador Anastasio Somoza en 1979. Ortega perdió las elecciones de 1990, pero en 2006, tras varios intentos fallidos, recuperó el Gobierno suavizando su discurso izquierdista, hablando de Cristo en vez de Marx y sustituyendo el rojo del sandinismo por el rosa. Pero una vez en el poder, con su esposa Rosario Murillo ejerciendo fuerte influencia, Ortega ha sido acusado de ser intolerante a la crítica, de haber cometido fraude electoral en los comicios municipales de 2008 y de comprar votos. Sus críticos, entre los que se encuentran disidentes sandinistas, dicen que su popularidad se basa en el reparto discrecional de fondos de la cooperación de Chávez y de los que no rinde cuentas. Según Ortega, los fondos de Caracas han permitido bajar, aunque no de manera drástica, la extendida pobreza en el país, un reconocido exportador de café con 60 por ciento de pobres. Reforma, 6 de noviembre.