En su primera reunión de autoridades federales de migración, integrantes de la diócesis de Cuautitlán, autoridades locales y vecinos no se consiguió alcanzar ayer un acuerdo sobre el destino final de la Casa del Migrante San Juan Diego, ubicada en el poblado de Lechería, en Tultitlán, Estado de México, debido a que estos últimos se oponen a que se instale en este lugar debido a la inseguridad.
Por más de tres horas, a puerta cerrada, en el palacio municipal de Tultitlán, autoridades locales y representantes vecinales de Lechería, del Instituto Nacional de Migración, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de la diócesis de Cuautitlán intentaron alcanzar acuerdos sobre el destino del albergue.
Acordaron reanudar las conversaciones para el próximo 10 de enero para tratar el tema de reubicación del albergue y evaluar otro lugar fuera del poblado.
Hace dos días un centenar de vecinos se manifestaron contra la casa de migrantes paralizando el tránsito de la avenida José López Portillo y quemando casas precarias de los indocumentados.
Jorge Rodríguez Juárez, presidente del Consejo de Participación Ciudadana de Lechería, informó: “No pudimos llegar a un acuerdo integral ahorita. Supongo que para la reunión del día 10 va a haber respuestas, porque cada quien en sus trincheras va a ver cómo se le va a hacer”.
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