Al menos un centenar de vecinos del poblado de Lechería, Estado de México, quemaron cinco casas de cartón y madera y bloquearon por más de dos horas la avenida López Portillo para exigir el cierre o reubicación de la Casa del Migrante San Juan Diego.
Los colonos afirmaron que este centro genera inseguridad en la zona y la ha convertido en centro de operaciones de polleros —traficantes de personas—. El sábado anterior, presuntamente migrantes agredieron a tres jóvenes del poblado de Lechería, lo que desencadenó en la protesta vecinal y el incendio de cinco casas construidas con materiales precarios.
“No queremos violencia, pero tampoco que nos violenten”, fueron algunos reclamos que externaron los vecinos durante el diálogo que sostuvieron con el padre Hugo Raudel Montoya Ontiveros, director de la Casa del Migrante.
Los habitantes de Lechería argumentaron que el albergue superó su capacidad y los indocumentados duermen frente a los domicilios, se bañan en la vía pública, incluso algunos cometen robos o piden dinero en las avenidas principales y no siguen su camino hacia los Estados Unidos.
El religioso Hugo Raudel, responsable del albergue, también reconoció que el recinto es insuficiente y que “urge su
reubicación”.
reubicación”.
No obstante, consideró que su reubicación no resolverá el problema, ya que los indocumentados arriban a este punto en trenes provenientes de Veracruz y su tránsito será con o sin casa de apoyo.
Especificó que diariamente llegan a la Casa del Migrante unos 80 centroamericanos, a los que brindan comida y alojamiento.
El alcalde de Tultitlán, Marco Antonio Calzada, pedirá por la vía legal la reubicación de la Casa del Migrante y de manera inmediata establecer medidas de control para evitar que deambulen por la zona.
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