Roba' el tabasqueño cámara a aspirante

De todas las expresiones, de todos los colores, de todos los símbolos salieron los aprecios a los precandidatos, pero nada prendía.

Ni el sonar de los silbatos por encima de los altavoces, ni las porras confrontadas de los distintos aspirantes a gobernar la Ciudad por parte del PRD y del PT rechazaron unirse en una sola ovación para el casi candidato de las izquierdas para Presidencia de la República.

Andrés Manuel López Obrador arrancaba su precampaña en la explanada de la Delegación Gustavo A. Madero y hasta ahí llegó una famélica caballada amarilla que quiere heredar el despacho del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Domingo post-segunda posada: mucho sol, aire helado y atole caliente, tamales y barbacoa para los seguidores de la Morena (la del Tepeyac), quienes en las inmediaciones de la Basílica se mezclaban con los peregrinos de la otra Morena, la de López Obrador y sus fieles, cuya creatividad en las consignas para los "gallos" se enfriaban tan rápido como el atole de los fieles de la guadalupana.

"¡Izquierda Social, con AMLO triunfará!", se escuchaba decir a los seguidores de Martí Batres, quienes desde la calle de Garrido salían de las unidades fletadas -se dijo por ellos mismos- para acompañar a su candidato, el cesado ex Secretario de Desarrollo Social.

De la parte trasera del edificio Delegacional, se escuchaban otros coros:
"Barrales- Barrales-Barrales", arengaban jóvenes que de manera sigilosa se lograron colar hasta la parte lateral izquierda del escenario con banderas blancas.

"Mario, amigo, el pueblo está contigo", lanzaba un grupo de mujeres y estudiantes seguidoras del Secretario de Educación Mario Delgado, que apenas y se lograban escuchar debido a unos potentes altavoces que llevaron los simpatizantes de la todavía titular de Desarrollo Económico, Laura Velázquez.

Y así, como en la lucha libre, peleas menores calientan la arena hasta que llega "la estelar":
Al arribo de López Obrador, los asistentes se olvidaron de sus candidatos para ovacionar al que ya está -él si- en la contienda del 2012.

Los sonidos, todos los silbatos, todos los altavoces y todas las porras fueron sólo para el el tabasqueño y una sola consigna que ya suena a clásico del 2006: "¡Es un honor, estar con Obrador!"
En las siguientes plazas variaron la celebración. En Santa Cruz Meyehualco, hubo un detalle:
Mario Delgado logró subir al templete rompiendo así con el acuerdo entre los aspirantes de no participar mas que en el primer evento.

Eso provocó que Martí Batres subiera también y, detrás de él, un molesto Gerardo Fernández Noroña, quien dejó abierta la puerta para que se colaran Benito Mirón y Laura Velázquez.

En el teatro de la Juventud de Álvaro Obregón, un segundo intento de Delgado.

- "Soy Mario Delgado, déjeme pasar", pedía el funcionario.

- "Lo siento, son órdenes de no dejar pasar a nadie del equipo del licenciado (AMLO) y yo no lo conozco", respondía el guardia.

Al final, de nueva cuenta, los colados subieron al templete.

Ya para la noche, en la explanada de la Delegación Benito Juárez, el entusiasmo había menguado; un viento frío y una plaza fría fue el escenario, pero caló más entre los de la izquierda, ya no hubo, ni silbatos o gritos para que decir que la algarabía amarilla estaba presente en el bastión panista.

Para entonces, la caballada que arrancó en la GAM no estaba completa en Benito Juárez, donde seguían sonando dos comentarios: la insistencia de Mario Delgado para colocarse junto a López Obrador y la pifia del ex Jefe de Gobierno que cotizó el pasaje del Metro en dos pesos y no en tres.



Ernesto Osorio, Reforma, 19 de diciembre.