Los grandes años regresaron ayer a la sede estatal del PRI con el acto en el que el presidente municipal con licencia de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, cubrió el trámite de registrarse como precandidato a la gubernatura de Jalisco.
Arropado por al menos siete mil personas, en su mayoría vestidos de color rojo, el político priista, quien fue ungido como “candidato de unidad”, cumplió con los formulismos que dicta la convocatoria priista.
En un discurso que duró 25 minutos, Jorge Aristóteles destacó en varias ocasiones la unidad que priva entre los priistas que aspiraban a la candidatura.
“Estamos demostrando que se antepone el interés general al particular, aquí no hay imposiciones, aquí hay acuerdos por el progreso, para que la gente tenga propuestas y muy pronto podamos darle la mejor oferta política al ciudadano y recuperar su confianza.”
Lo cierto es que en el mitin efectuado en el estacionamiento del edificio partidista, resaltaron las ausencias de dos de los que aspiraban a la precandidatura por la gubernatura de Jalisco, el presidente municipal de Zapopan, Héctor Vielma Ordóñez, y la diputada federal María Esther de Jesús Scherman Leaño, quien a diferencia de Vielma Ordóñez sí se disculpó por no asistir.
Aristóteles nombró y agradeció a todos los suspirantes al cargo para tratar de evitar que se notara el vacío efectuado por Héctor Vielma Ordóñez.
En una especie de representación de Vielma Ordóñez acudió Héctor Robles Peiro, director de Desarrollo Social del ayuntamiento de Zapopan y aspirante a la presidencia municipal.
El edificio tricolor lució repleto de simpatizantes: “Estamos como cigarros en cajetilla”, mencionó un hombre a una mujer, que al igual que el resto de los asistentes no tenían espacio para moverse. Incluso, hubo momentos de empujones que dejaron a punto de la asfixia a más de uno de los presentes.
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