'El chiste es entrar uniformados'

El PRI estatal hizo ayer gala de toda su fuerza y unidad, a su viejo estilo, pero para acarrear a miles de simpatizantes al evento que encabezó Enrique Peña Nieto en Cintermex, durante su primera visita a Nuevo León como virtual candidato priista a la Presidencia.

La mayoría de las 20 mil personas -cifra del PRI- que acudieron al acto del abanderado tricolor, fueron trasladadas desde el área metropolitana y todo el estado en cientos de camiones rentados o prestados por empresas privadas y permisionarios de rutas urbanas.

A su llegada, los simpatizantes fueron recibidos con pases de lista por parte de sus líderes y un kit que incluyó playeras, frituras, refrescos y hasta aplaudidores inflables para incrementar los decibeles al interior de los cinco salones del centro de negocios rentados para la toma de protesta a la estructura territorial.

"Para hoy nos pidieron que juntáramos un camión, mi coordinadora es Jaqueline López, es bien buena. Yo llené un camión, como con 60 gentes. Nos dijeron que iban a dar lonches, pero nada más nos han dado esto (fritos y refrescos)", confesó una mujer al descender de un camión procedente de la Colonia Ferrocarrilera, quien se identificó como voluntaria de la dependencia estatal, sin saber que hablaba con un reportero.

El acarreo que inició minutos antes de las 8:00 horas, con la llegada de los primeros autobuses colmados de militantes de colonias metropolitanas, incluyó también cientos de taxis que se estacionaron sobre las banquetas y en lugares prohibidos.

Al bajar de las unidades, los asistentes, en su mayoría mujeres, adultos mayores y niños, fueron recibidos por cinco mesas al aire libre repletas de frituras y refrescos.

Otra parte de los acarreados recibieron además playeras con las siglas de centrales obreras, el logotipo del PRI y el nombre de Enrique Peña Nieto.

"No me va quedar, no me va quedar", repitió una mujer de avanzada edad, al momento de ver que la camisa roja.

"Usted póngasela, el chiste es entrar uniformados", le respondió una compañera.


José Villasáez y Osvaldo Robles corresponsales, Reforma, 16 de enero.