Las ocurrencias de Noroña hacen menos pesado el somnoliento debate

Si no fuera por las ocurrencias de Gerardo Fernández Noroña, los asistentes al debate de precandidatos para la Jefatura de Gobierno del DF se hubieran dormido a pierna suelta.

Los agradecimientos a su abuelita porque lo ayudó a superase y le fomentó la lectura, las agresiones al PRI y su petición a Carlos Navarrete de que no reconociera al “Presidente espurio”, le pusieron sabor al ejercicio que duró ayer más de dos horas y que se realizó en Salón Don Alberto, del Hilton Alameda, lleno por militantes del sol azteca.

El resto del evento, puros raspones a Miguel Ángel  Mancera por representar a “la izquierda artificial”, porras y vivas a Joel Ortega de sus acarreados que llevaron mantas y no se cansaron de abuchear al contrincante. Y más de lo mismo: coincidencias en las propuestas y énfasis de sus trayectorias.

Esos fueron los temas sobre el atril del que supuestamente sería un debate entre seis precandidatos para la Jefatura del DF.

En el evento “Propuestas para la Ciudad, Movimiento Progresista” sólo se habló de los logros obtenidos por los tres gobiernos perredistas en la capital (el de Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard), mencionando los programas sociales y la política de movilidad del GDF.

Además de las estrategias de seguridad implementadas por la actual administración, así como la generación de empleo.

Lo único novedoso fueron los ofrecimientos para la creación de un Cablebús, de Martí Batres, así como un centro de generación de electricidad para abastecer a la ciudad, que planteó Joel Ortega.

El resto: Mancera, Barrales, Navarrete y Noroña plantearon fortalecer lo conseguido a lo largo de 14 años de gobierno izquierdista; mismos proyectos, pero  con distintos matices.  

Barrales, la última en llegar al salón, presentó algunos de los 20 puntos de su propuesta de gobierno, que comprenden políticas públicas de corto plazo que “darán continuidad a los programas sociales, los cuales serán mejorados”.

Al final de su intervención, pidió a los militantes apoyar a la izquierda auténtica y no a una artificial.

“Hoy estamos ante una gran decisión, pues todos ustedes saben que este fin de semana se determinará, por la ciudadanía, si la ciudad mantiene su vocación de izquierda o estaríamos optando también por el riesgo de una izquierda artificial”, dijo al mismo tiempo en que las miradas de algunos asistentes se fijaban en el ex procurador.  

En tanto que Miguel Ángel Mancera, quien a lo largo del debate sacaba y metía sus tarjetas a la bolsa interior de su saco, sin leerlas, sólo las observaba y la regresaba a su lugar, se comprometió a consolidar lo logrado en la ciudad de México, de la que aseveró es la más segura.

Defendió que es de izquierda y ofreció gobernar por una ciudad segura, moderna y libre.

“¿Qué si soy de izquierda? ¿Qué si conozco la izquierda? Yo digo que sí, porque nací, crecí, me formé, utilizando los servicios básicos de la ciudad, conozco el Metro, conozco los microbuses, conozco y utilice el transporte público, estudié en escuelas de gobierno desde el kínder, hasta orgullosamente ser universitario por la Universidad Nacional Autónoma de México”, indicó.   

Lo anterior, fue el pretexto para que los invitados de Martí Batres, incluida sus hermanas, comenzaran las burlas.

Y celebraron la forma en que el ex secretario de Desarrollo Social recordó su historial en el sol azteca. El político mostró sus credenciales de antaño, ésas que lo acreditan como miembro del PSUM y luego del PRD.

Batres consideró que la mejor política de seguridad pública es la social.

A su vez, Joel Ortega denunció iniquidad en el proceso interno, y además aseguró que existe la percepción de que se han usado recursos públicos para promover la imagen varios de los precandidatos.

Gerardo Fernández Noroña recurrió al humor y la ironía. Recordó los consejos de su abuelita y pidió y ofreció trabajo a sus compañeros precandidatos sea cual fuera el resultado.

Se autocalificó como un ser libre, soberano e incapaz de someterse o ser empleado de alguien, quizá por ello ironizó que no lo han invitado a formar parte del algún gobierno “y por eso me veo en la necesidad de encabezar el mío”.

Por último, Carlos Navarrete dijo que iniciará una “nueva etapa” para esta ciudad, aprovechando la experiencia de los tres últimos gobiernos. Aunque desde que arribó el lugar se sabía de una eventual declinación hacia Barrales.


Jennifer Alcocer y Alejandro Cedillo, La Crónica, 12 de enero.

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