'Tanto sufrir para estar igual'

LAS MARGARITAS, Chs.- En 1994, Dionisia Guerrero tenía la esperanza de que los indígenas cambiarían su vida de marginación y pobreza, sin embargo, dice, con el paso de los años esa ilusión se agota.

Tímida, la indígena tzeltal de 40 años, ataviada en su traje típico, rasgado y sucio, y huaraches de hule rotos, recuerda cuando los zapatistas tomaron el Palacio Municipal de este municipio y días después se enfrentaron con militares.

"Se puso feo aquello, hubo muertos, ellos (los zapatistas) querían una vida mejor, no se pudo. La pasamos mal, militares por todos lados, miedo de nosotros, porque ellos decían que todos eramos zapatistas, y no podías salir a la calle.

"Todo sigue igual, no se hizo nada. Tanto sufrir para seguir igual", lamenta Dionisia quien se pierde entre la multitud que acudió a la plaza municipal de este municipio zapatista para ver a Andrés Manuel López, con la esperanza de saludarlo.

Luego de 2 años, el tabasqueño regresó a este municipio de 17 mil habitantes, y que al igual que el 76 por ciento de la población chiapaneca son los más pobres del País.

Ante más de 3 mil personas, tzeltales y tojolabales que bajaron de diversos puntos de los Altos de Chiapas, Herendida B'ej Hernández tomó el micrófono para demandarle a López Obrador que si llega a la Presidencia los indígenas sean incluidos "por fin a este País con sus derechos plenos" y recoja los acuerdos de San Andrés.

"Postularemos a un gobierno que admita plenamente nuestra presencia plural, tanto biológica, social, política e ideológica, por eso me sumo a su proyecto. Tu eres la esperanza", apuntó la joven, quien aseguró que como hace 18 años aún piden trabajo, tierra, vivienda, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, justicia y paz.

El tabasqueño acertó con la cabeza y les prometió derechos plenos, no mantenerlos en el olvido.

"Les pido no resignarnos, no aceptar de que así nos toco vivir, no aceptar de que si hay pobreza y marginación es por la mala suerte, por el destino. No, es por el mal gobierno", señaló.

Ante una población que lo escuchaba y observaba atenta, y le aplaudía medianamente, pese a las frases irónicas del tabasqueño que en sus otros mítines le dieron resultado, el aspirante presidencial hizo una lista de promesas.

Una de ellas, es que todos los jóvenes vayan a la universidad, aunque en su discurso no aclaró cuántas y en qué tiempo construiría universidades para la demanda, pues actualmente los centros de educación superior están en Tuxtla Gutiérrez y Villahermosa, que están a cuatro horas.

Pidió que no lo vean como un político tradicional, pues, argumentó no es de esos "mentirosos, a los que no se les entiende nada".

Ahí reconoció que tiene diferencias con el Gobernador Juan Sabines, pero le reconoce que cumplió a medias apoyar a la gente pobre, aunque su programa debió contemplar a todos los indígenas.

"Él hizo el compromiso de que se iba apoyar a los adultos mayores y eso es algo que le reconozco a Juan Sabines, puedo tener algunas diferencias de otro tipo con él, pero estoy agradecido porque cumplió con eso, nada más que le falta hacerlo por ley y que sea más el apoyo", agregó.

López Obrador atravesó prácticamente la entidad para visitar tres municipios: de Tapachula viajó a Comalapa, cuya frontera con Guatemala está a 10 kilómetros.

Subió a Los Altos y a la selva lacandona, donde pasó por municipios que en 1994 fueron tomados por zapatistas y cuya huella persiste, sus siglas están en escuelas e inmuebles.

Bajo un clima lluvioso y con neblina, después de cuatro horas de camino en carretera, llegó a Yajalón, con una hora y media de retraso, y en la plaza ya lo esperaban más de 2 mil indígenas, a quienes hizo las mismas promesas.


Érika Hernández enviada, Reforma, 16 de enero.

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