'Todos tenemos nuestro tiempo'

Si bien es cierto que era el último día para renovar la credencial para votar y que las filas ante los módulos del IFE eran tan largas que no se les veía el final, los solicitantes defienden sus casos particulares y rechazan ser desidiosos y dejar todo para el final.

Leonel Bocanegra no concuerda con quienes aseguran que los cerca de 2 millones de ciudadanos que se quedarán sin votar son desinteresados o carentes de conciencia cívica.

"Sí me molesta que la misma gente del IFE diga que hay tanta fila y tanta espera de la gente por la desidia de los mexicanos, que la situación se tornó así porque ya es nuestra costumbre llegar a los trámites el último día.

"Incomoda porque algunos tuvimos actividades o circunstancias por las cuales pudimos venir hasta hoy (ayer). No en todos los casos es por desidia de los mexicanos, no hay por qué denigrarnos así, no hay por qué generalizar", señala el hombre de 31 años, formado en un módulo en Benito Juárez.

Maestro de preparatoria, sostiene que se mudó recientemente a la Ciudad de México procedente de Tabasco, pero hasta el sábado no le había llegado -por correo- un acta de nacimiento original para realizar el cambio de domicilio.

"Llevo ya más ocho horas aquí en la fila, entonces es una incongruencia que te llaman a la participación ciudadana, gastan miles de millones de pesos en promoción y el día que venimos a sacar nuestra credencial pues necesariamente perdamos el día", considera.

Luis Escotto lleva nueve horas formado en un módulo y todavía le faltan 10 metros para llegar a la puerta.

"Hace frío, estoy cansado, no he comido, pero vale la pena", comenta.

Recargado en la pared, el director de arte cinematográfico sostiene que los ciudadanos que, como él, acudieron de última hora a sacar o renovar su credencial de elector, no deben ser criticados ni desdeñados, sino vistos con orgullo.

"Debería ser un orgullo pensar que estamos aquí todos para sacar la credencial de elector para votar, en vez de cuestionar y criticar deberían decir: 'oye, aunque sea en el último momento, pero están dispuestos a votar'.

"Finalmente todos tenemos nuestro tiempo y nuestro momento para venir y sacar nuestros documentos, no podemos venir todos al mismo tiempo, sería absurdo, lo importante es que estamos cumpliendo con una labor, que es nuestra decisión de ir a votar, ir a las urnas", dice.

El joven de unos 32 años cree que el nivel de atención de los funcionarios del IFE no está a la altura de las circunstancias, pues a pesar de que llegó a primera hora, no ha logrado siquiera entrar a la oficina pasadas las 17:00 horas.

"Esto se ha atrasado muchísimo, más de lo que creí, creo que están muy lentos, ya era para que estuvieran más activos, lo malo es que, según nos dijeron, nada más hay cuatro computadoras para atender a todos", agrega.

Efrén Aguilar llevó al pie de la letra aquella frase de "la tercera es la vencida".

Cansado de haber sido "bateado" hasta dos veces en el módulo del IFE de Plaza Exhibimex, ayer se presentó en el centro de atención de la Calle Tonalá, en la Colonia Roma, y por fin pudo realizar el trámite.

"La semana pasada fui al módulo de Exhibimex, en San Antonio, pero ahí un policía me dijo que había llegado muy tarde, que para conseguir una ficha tenía que formarme desde antes de las 8 de la mañana, y yo llegué como a las 9.

"Antier (viernes) volví a ir, pero ya tampoco alcancé ficha, que porque había mucha gente y tenía que llegar más temprano, entonces un conocido me dijo que viniera aquí", relata.

El empleado de 40 años, quien perdió su credencial hace más de un lustro, reconoce que lo ideal hubiera sido presentarse a uno de los módulos desde hace varios meses.

Sin embargo, dice que ha padecido una severa depresión que lo tuvo "desconectado".

"Tengo depresión, así es que los últimos cinco años estuve inactivo, desconectado de todo, ahí fue donde perdí mi credencial, yo cobraba facturas y en todos los edificios la dejaba, seguro en alguno se debió haber quedado", señala.


Antonio Baranda, Reforma, 16 de enero.