En Cuba aún no hay consenso sobre el modelo de socialismo que se busca, dice investigador


La Habana, 20 de febrero. En Cuba no hay aún consenso sobre el modelo de socialismo que se busca, y el debate apenas acaba de comenzar, aseguró hoy el ensayista y académico Julio César Guanche.
Por sólo mencionar algunos, los casos de China, Venezuela o Corea del Norte recuerdan que no existe una representación única de este concepto, ilustró el investigador, polemista y abogado, ahora asesor del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
En un artículo en el sitio de la revista Temas de ciencias sociales (www.temas.cult.cu), Guanche estimó que el modelo político era también parte del debate de la reforma económica, en el sexto congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en abril de 2011. La formulación de un nuevo proyecto de país supone aprender a procesar los desacuerdos, sin penalizar diferencias expresadas en virtud de un derecho fundamental, señaló.
Guanche es autor de En el borde de todo (Ocean Sur, 2007), una compilación de opiniones de intelectuales tras el discurso de 2005 en el que Fidel Castro llamó a la renovación del sistema.
En su artículo escribió: “Ha surgido un pensamiento crítico –de izquierdas– del modelo vigente y de algunas de las nuevas políticas, opuesto a la disidencia, que discute problemas de representatividad respecto de la expresión de la propia diversidad revolucionaria. Por otra parte, ha aparecido una nueva oposición que se considera a sí misma como democrática liberal, con visibilidad internacional y apoyo de gobiernos y otras fuentes extranjeras que se oponen al proceso político cubano. En fin, Cuba se mueve. La ruta y el destino del movimiento es lo que su sociedad tiene en discusión”.
Guanche citó entre los temas de controversia “la diversidad existente en la nación, la amplitud del registro de demandas sociales, la democratización de las prácticas partidistas y estatales, la urgencia de mecanismos de gobierno más eficaces, responsables y transparentes, la necesidad de regularizar la protección de derechos ciudadanos y, en resumen, la demanda de ‘actualización’ del modelo político”. Aunque no se refleja en la prensa ni en el discurso oficial, es imposible soslayar el movimiento reformista de la política y el alcance real de los cambios experimentados.
El autor mostró estas claves de la situación cubana: al perder el monopolio en la economía, el Estado lo pierde también en la política; Raúl Castro defiende la posibilidad de acceder a cargos públicos sin pertenecer al PCC; la sociedad demanda una reforma migratoria que elimine trabas para entrar y salir del país; se critica la falsa unanimidad, pero se sigue reivindicando una doctrina de Estado que determina la existencia de una voluntad política única.
Se combate la corrupción, pero también sería revolucionario otorgar el control sobre el proceso productivo a los trabajadores; hay una diferencia de derechos entre los miembros del PCC y la población, que crea una tensión conceptual y política no resuelta desde 1976.
Una forma de impedir la reproducción de la burocracia como clase política, sugirió Guanche, sería imponer límites de tiempo al ejercicio de todos los cargos oficiales, no sólo a los de mayor nivel; la electividad de los cargos estatales con funciones públicas; autonomía de poderes y vías de reclamación judicial ante el mal desempeño de la gestión o lesión de derechos.
Nombran vicepresidente
El diario oficial Granma informó hoy que fue designado vicepresidente del Consejo de Ministros el titular de Economía, el ingeniero mecánico militar Adel Yzquierdo.
El ejercicio simultáneo de esos cargos ha sido habitual, pero la designación de Yzquierdo implica que Marino Murillo, que ya ocupa una vicepresidencia, dejará de supervisar el trabajo diario del área para dedicarse por completo a la aplicación de la reforma económica, su tarea desde el congreso del PCC.
La designación coincidió con una gira de Murillo a China. Yzquierdo, de 66 años, asume la autoridad completa sobre el sector en un periodo en el que el gobierno refuerza sus controles, en parte por una intensa campaña contra la corrupción oficial.
Murillo, de 51, preside una comisión con plenas facultades para ejecutar la reforma que, por el contrario, busca descentralizar funciones y aliviar la carga del Estado para impulsar un sector privado.
Yzquierdo estudió en la Unión Soviética, hizo carrera castrense, fue ejecutivo del complejo militar empresarial y llegó a la jefatura de planeación económica de las fuerzas armadas. En 2009 fue designado viceministro primero de Economía y Planificación y en 2011 quedó como titular.
Murillo pasó en 2009 del Ministerio de Comercio Interior al de Economía, a la vez fue designado vicepresidente y más tarde ingresó al Consejo de Estado (ejecutivo con facultades legislativas). Dirigió la elaboración del plan económico 2011-2015 y los documentos de la reforma. En el congreso, ambos ingresaron al Comité Central y al Politburó.
Gerardo Arreola, La Jornada, 21 de febrero.

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