Mariel, la “llave” del futuro cubano


LA HABANA.— A Mariel no han vuelto a llegar yates de Estados Unidos, pero el pequeño puerto al oeste de La Habana espera volver a recibir pronto barcos del extranjero. Ya no para la salida masiva de emigrantes, como los llamados “marielitos” en 1980, sino para el transporte a gran escala de mercancías.
Mariel es un pueblo de nombre ilustre y marcado atraso económico, como suele suceder en Cuba. Tres décadas después de saltar a la primera plana por el éxodo de decenas de miles de cubanos desencantados del socialismo castrista, la localidad, ubicada a orillas del golfo de México, apuesta por convertirse en la “llave” del comercio en la región caribeña.
El “proyecto Mariel” es una de las actuales banderas del gobierno cubano para reactivar la maltrecha economía de la isla. Y en un país que prácticamente no ha conocido grandes obras de infraestructura en cinco décadas de revolución, la prevista transformación de Mariel en una gran terminal de logística internacional genera expectativas.
La televisión estatal describe a Mariel como una bahía destinada a albergar “uno de los puertos más importantes del Caribe”. El proyecto, financiado y ejecutado con apoyo de Brasil, es fruto del proceso de reformas del régimen de Raúl Castro para actualizar el modelo económico cubano con elementos de mercado.
Ubicación estratégica
Cuba busca explotar las ventajas de una geografía que la convirtieron alguna vez en la “perla” de las colonias españolas en el Caribe. La isla se ubica cerca a los principales puertos del golfo de México, en la salida hacia el Atlántico y las rutas marítimas hacia Europa.
El proyecto está cargo de la empresa Zona de Desarrollo Integral de Mariel, subsidiaria de la firma estatal cubana Almacenes Universales. Además de la participación brasileña, la empresa PSA International de Singapur estará en Mariel como administradora de la terminal de contenedores.
El puerto y la central de logística son los proyectos estrella. El muelle medirá más de dos mil metros y la terminal tendrá una capacidad de tres millones de contenedores al año. Y podrá recibir barcos capaces de transportar entre 8 mil y 12 mil contenedores, como los que se prevé que surquen aguas cercanas a Cuba tras la ampliación del Canal de Panamá, en 2014.
La obra incluye la construcción de carreteras y la rehabilitación de vías férreas construidas en los años de mayor esplendor industrial de la isla, cuando Cuba se convirtió en uno de los primeros países del mundo en tener un ferrocarril. “Volverá a tener utilidad toda una infraestructura que existía”, dijo la televisión estatal.
Así, Mariel sustituirá al puerto de La Habana como la principal terminal marítima cubana. Y aspira a convertirse más adelante en el eje para el comercio regional. El puerto empezará a operar parcialmente en 2013 y estará terminado alrededor de 2020, según el cronograma inicial.
La principal carencia en este proyecto es que la terminal no servirá a empresas de Estados Unidos, la principal economía del mundo. Debido al embargo comercial, las compañías de EU no pueden comerciar con la nación caribeña, algo que también perjudica a los estadounidenses, considerando los posibles hallazgos de crudo en aguas cubanas, en los que no participarán.
Isaac Rico (DPA), El Universal, 17 de febrero.

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