Avala el Senado reforma que amplía la libertad religiosa

El Senado aprobó ayer reformas a los Artículos 24 y 40 de la Constitución, por las cuales se amplían las libertades religiosas y se reafirma el carácter laico del Estado mexicano. Ambas modificaciones, aprobadas previamente por la Cámara de Diputados, fueron turnadas para su discusión a los congresos de los estados.

El dictamen relativo al primer párrafo del Artículo 24 fue aprobado con 72 votos a favor y 35 en contra, de un total de 72 senadores presentes, en sesión en la cual once legisladores hablaron en tribuna. Y el concerniente al 40, fue aprobado con 97 votos a favor, tres en contra y una abstención.

Con el cambio al 24 constitucional, esta norma ahora  establece que toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener y adoptar en su caso la de su agrado, así como “el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado en las ceremonias, devociones o actos de culto respectivo”.

En el caso del 40, se incluyó la palabra “laica”, con lo que se reafirmó tal carácter del Estado mexicano.  “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior”.

En la discusión el perredista Pablo Gómez, dijo que ya somos un Estado laico y la modificación no nos dará mayor laicidad.

Por su parte, el panista Alejandro Zapata, consideró que refrendar el carácter laico no tiene ningún problema, porque “lo que abunda no afecta”.

En la discusión intervinieron en contra María de los Ángeles Moreno Uriegas, del PRI; Leonel Godoy, Rubén Velázquez, Pablo Gómez y José Luis García Zalvidea, del PRD, así como René Arce, del PVEM, y Eugenio Govea, del Movimiento Ciudadano. A favor lo hicieron el priista Fernando Baeza y los panistas Judith Díaz y Santiago Creel.

Godoy consideró que establecer la “libertad de convicciones abre paso al derecho ´subjetivo´ que representaría un riesgo para que en el futuro se busque una nueva reglamentación para las actividades del culto religioso”, y el riesgo –agregó— es que “la ética de unos no es la ética de otros, por lo que podemos hacer una reforma retrógrada que nos regrese a la discusión del derecho natural contra el positivo”.

Pablo Gómez argumentó que ya tenemos libertades consagradas en la Constitución como la manifestación de las ideas en el Artículo Sexto, la libertad de expresión en el Séptimo, y que comprende “la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia, además de que la laicidad no es ateísmo, ya que incluye en ella la propia libertad religiosa”.

Moreno Uriegas dijo que no han cesado los esfuerzos de la alta jerarquía católica para lograr mayores privilegios y posibilidades de actuación en la vida política y social del país. “No veo las demandas sociales” que obliguen a esta reforma, dijo, y advirtió que la objeción de conciencia podría anular la libertad de cátedra.

Al momento de la votación en las gradas se alzaron voces de integrantes de grupos opositores a la reforma, quienes de inmediato fueron desalojados por personal de seguridad.


Cecilia Higuera, La Crónica, 29 de marzo.