Insensatez y codicia, causas de la violencia en el país: López Obrador a Benedicto XVI


Andrés Manuel López Obrador, candidato de las izquierdas a la Presidencia, expuso al papa Benedicto XVI que su visita a México se da en los momentos más difíciles y duros de nuestra historia. Son tiempos de sufrimiento y desdicha. La profunda crisis que nos afecta en todos los órdenes de la vida pública ha producido pobreza, desempleo, migración, inseguridad, violencia, impunidad, corrupción, pérdida de valores, miedo, tristeza y desencanto.
La misiva que hizo llegar López Obrador al jefe del Estado vaticano, a través del nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, refiere el origen de la crisis en el país, la cual comenzó a gestarse cuando un nuevo modelo económico permitió a los grandes poderes dominar al Estado:
“En el caso de México, estas políticas empezaron a impulsarse desde 1983, se profundizaron de 1988 a 1994, y se continúan aplicando hasta nuestros días… se entregaron a manos privadas casi todas las empresas públicas, entre ellas, los bancos, teléfonos de México, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, líneas aéreas, medios de comunicación, ingenios azucareros, siderúrgicas, fábricas de tractores. Se concesionaron a empresas mineras 50 millones de hectáreas que representan 25 por ciento de todo el territorio nacional”.
La exposición del candidato de la izquierda a Benedicto XVI ubica en la ambición y el afán de lucro la ejecución de reformas para beneficiar a particulares. “Se incrementó el impuesto al consumo, y el presupuesto nacional se confiscó y es utilizado para rescatar instituciones financieras y empresas particulares, con el consecuente favor a una minoría de traficantes de influencias y políticos corruptos.
Los resultados de esta política de élite han sido desastrosos: se acumuló como nunca la riqueza en unas cuantas manos, pero la economía nacional, en 29 años, ha permanecido estancada; y la falta de crecimiento económico ha limitado la creación de empleos.
El texto también subraya la predominancia de la insensatez y la codicia para dar lugar a la actual crisis de inseguridad y de violencia. “Por esta causa, en los recientes cinco años han perdido la vida alrededor de 60 mil mexicanos, sin considerar a los desaparecidos, con el dolor tan grande que atormenta a sus familiares.
Conociendo su sensibilidad ante estos problemas, es nuestro deber informarle que los responsables de esta inhumana y terrible tragedia no han sido capaces ni siquiera de aceptar que la pobreza y la falta de oportunidades de empleo y de bienestar originaron tal estallido de odio y resentimiento. Por el contrario, con una insensibilidad extrema están empeñados en mantener, a costa de lo que sea, el actual régimen de injusticias, corrupción y privilegios y pretende resolver este flagelo sólo con medidas coercitivas. Es decir, enfrentando la violencia con la violencia, el mal con el mal, causando aún más desgracias y agraviando los sentimientos más humanitarios que hay en el fondo del alma del ser humano, creyente o no creyente.
López Obrador explica al pontífice católico el fundamento de su lucha: “La armonía imperará en el país a través de la honestidad, de la justicia y el amor.
“Queremos lograrlo sin violencia, con la participación conciente y organizada de los ciudadanos en el próximo proceso electoral… proponemos que la unidad en la diversidad se pueda hacer efectiva, construyendo juntos un nuevo pacto social, un acuerdo con compromisos muy puntuales”.
Tal propuesta desglosa el impulso a actividades productivas, generación de empleos; rescatar el campo del abandono y lograr la soberanía alimentaria; manejar de forma integral el sector energético para ofrecer a los consumidores precios más bajos. Terminar con las prácticas monopólicas; limpiar al gobierno de corrupción e impunidad; instaurar la austeridad republicana para eliminar gastos superfluos; respetar los derechos humanos; mejorar los sueldos y las prestaciones de todas las corporaciones policiacas; recuperar al Estado, ponerlo al servicio de todos y mantener su carácter laico para garantizar la libertad de conciencia y las prácticas religiosas sin preferencias ni rechazo de ninguna índole.
”Este proyecto alternativo de nación lo queremos convertir en realidad, con entrega y llenos de esperanza. Tenga la confianza que somos gente con ideales, principios y con un sincero y profundo amor al pueblo, en especial a los más pobres. Le deseamos de todo corazón que su estancia en nuestro país sea fructífera y feliz.”.
El candidato había informado que hoy asistirá a la homilía de Benedicto XVI en compañía de Beatríz Gutiérrez, César Yáñez, Laura Esquivel y el ministro en retiro Genaro Góngora.
Al solicitar su opinión sobre la denuncia de que el pontífice no se reunirá con víctimas de los sacerdotes pederastas, respondió así: no se vaya a interpretar que no quiero opinar. Digo que esa es una decisión que toma la Iglesia o los organizadores de la visita del Papa. Yo pienso que es fundamental el diálogo; pero también soy respetuoso de la decisión que toman quienes están organizando esta visita.
Roberto Garduño, La Jornada, 25 de marzo.

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