Apapachos de 'golden boys'

MONTERREY.- Llegan juntos, pero se separan al entrar al evento a la Arena Monterrey.

Descalificado en buena parte de la entidad por la grave inseguridad que en nada se frena, al Gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina se le ve feliz como desde hace tiempo no se le veía: Enrique Peña Nieto, el candidato presidencial de su partido, está con él.

Tras el mandatario estatal, Peña entra dando saltitos como luchador de la WWE por una escalera iluminada y entre olas de acarreados de la CROC, CTM, CNOP Y CNC que, a su arribo, desquician la de por sí estrangulada vialidad del Parque Fundidora, lugar en que se ubica la Arena y donde hay una fuerte presencia policiaca. El candidato saluda, besa y se deja tomar fotos por mujeres y líderes de colonias, muchos de los cuales esperan desde las siete de la mañana. Según cifras oficiales, los asistentes llegan a 25 mil adentro y afuera.

"¡¡A la bio, a la bao, a la bim, bom, ba, Peña, Peña, ra, ra, rá!!", le grita la gente a alguien que aún no es ganador. En el sonido ambiente, el Corrido de Monterrey enmarca la llegada. El grupo Relampaguitos, de música norteña, guarda silencio.

Medina es recibido en el escenario con abrazos por los candidatos a legisladores federales. Ivonne Álvarez, la Alcaldesa de Guadalupe que fue regresada a su cargo por una demanda ciudadana y cuya carrera por el senado aún puede ser echada para atrás, arenga a la multitud desde la tarima. La candidata, vestida de rojo, revive su pasado: fue conductora de espectáculos.

Abajo, la camada de ex Gobernadores, todos polémicos: Natividad González Parás, Benjamín Clariond, Sócrates Rizzo, contemplan hipnotizados al sonriente Medina. Éste, junto a su esposa y los candidatos federales, miran el lento recorrido de Peña, quien no duda en subirse a barandales, recargado en sus escoltas, para mostrarse cercano.

Entre los ex mandatarios está Jorge Mendoza, senador y otrora directivo de TV Azteca. ¿Habrá intervenido para financiar los cerca de 450 mil pesos que vale la renta del recinto, propiedad de la televisora? Enigma.

Priistas de Santiago llevan gaviotas de hielo seco y otros posan para fotos junto a una cartulina que asemeja un televisor con los rostros de Peña y Angélica Rivera, quien le sigue en compañía de su hija. Los letreros dicen "Peña TV". De hecho.

Peña, esperanza priista, llega al escenario. Ovación. Los petroleros de Cadereyta echan porras. Se sienta junto a Medina y le palmea la espalda. Medina, la rodilla. Conversan mientras el animador presenta al interminable mundo de priistas y líderes sindicales. Ahí, en la Arena, no hay sociedad civil: puro acarreado.

Nombran al "Primer Priista del Estado". De nuevo, Peña palmea animadamente a Medina y, éste, la rodilla del candidato presidencial. El Gobernador se pone de pie y dice al micrófono que Peña representa la oportunidad de tener a un presidente aliado y amigo entrañable. Que le va a ir mejor al estado, sede de la masacre contra civiles en espacio cerrado más grande: el Casino Royale, y la más grande en una penitenciaria, la del Penal de Apodaca. Esto sin contar que, en lo que va de su sexenio, la ciudad fue semidestruida por el peor huracán de la historia (y tardía y morosamente reconstruida) y hasta se han caído aviones.

Sólo ayer, ocho personas fueron asesinadas. Se entiende, pues, que el evento sea en espacio cerrado.

"Estamos seguros que con Enrique Peña Nieto traeremos tranquilidad a la gente y trabajaremos para que este gran estado siga siendo punta de lanza para el desarrollo del País", dice, entusiasta, y se porta escudero: "Se equivocan otra vez los promotores de la guerra sucia y de la calumnia. Su estrategia es producto genuino de la desesperación de quienes se ven y se saben derrotados en la contienda".

Medina le endilga a Peña los valores de Nuevo León: "Con usted en la Presidencia los valores que nos identifican serán nuestra mayor fortaleza".

Abrazo de los golden boys de la política priista. En su turno, el candidato presidencial corresponde los halagos: que de llegar hará una alianza con Medina y no se mide en promesas: mayor presencia de federales y apoyo a la Fuerza Civil, la nueva policía local; dos líneas de metro, y Monterrey VI, complejo hidráulico que consiste en traer agua de la cuenca del Pánuco. "Pánico", dijo Peña y no corrigió.

Firma de compromisos. Peña y Gaviota se toman fotos por doquier. La Arena, en tanto, se vacía enseguida. Aún no sale el candidato y la sede ya luce abandonada. Los acarreados están desde las siete, ocho de la mañana y a pura agua. Los de atrás del escenario, los que no vieron nada, se van primero.

Peña acude a entrevistas y llega a una comida con empresarios en la casa del presidente de Cemex, Lorenzo Zambrano. Lo hace en una camioneta que conduce un sonriente Medina. Otras veces los empresarios le han hecho el vacío. Esta vez no es así.

En tanto, Angélica come con Greta Salinas, esposa de Medina. "Que qué grandes amigos son", habrán dicho sobre sus maridos. "Qué bien les va juntos".

Más palmaditas.


Daniel de la Fuente enviado, Reforma, 23 de abril.

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