Aprovechan la web ante veda electoral

En espera del arranque de las campañas en el DF, las candidatas y el candidato a la Jefatura de Gobierno aprovechan las redes sociales para tener presencia entre los ciudadanos.

A diferencia de sus contrincantes, la priista Beatriz Paredes ha preferido no participar en actos públicos hasta que arranquen las campañas el 29 de abril, pero todos los días ella o su equipo de trabajo envían mensajes por internet, sobre todo a sus 10 mil 440 seguidores en Twitter, sobre problemas del DF, protección civil y hasta sugerencias para disfrutar los días de asueto en la Capital.

Mensajes similares envía en su cuenta de Facebook, donde tiene poco más de 700 "amigos".

Para expertas en procesos políticos-electorales y uso de redes sociales, internet es la única opción que tienen aspirantes como escaparate, pero deben usarlo efectivamente.

"La veda electoral no está hecha para momentos digitales; los candidatos son usuarios de la internet y la aprovechan para comunicarse.

"Les da la oportunidad estar en contacto con las personas de una forma más cercana", apuntó Lucía Serrano consultora de redes sociales.

Para ella, quien mejor ha manejado sus cuenta de Twitter es Miguel Ángel Mancera, al sostener diálogos con algunos sus 13 mil 660 seguidores.

"Él firma sus tuits, como lo hacía Obama. Sabes cuándo es él", dijo.

A decir de Maricarmen Nava, especialista en procesos político-electorales del ITAM, los políticos sólo pueden usar internet para exponer ideas y mantener contacto con los ciudadanos.

Quien siguió el ejemplo de Paredes fue Isabel Miranda de Wallace, abanderada del PAN, pues luego de un evento en Iztapalapa ha cancelado sus apariciones públicas, y ha mantenido presencia mínima en Twitter, pero ha logrado interactuar con algunos de sus 14 mil 470 seguidores.

En su cuenta @Rosariodf, la candidata de Nueva Alianza, Rosario Guerra, comparte a sus 940 seguidores imágenes de sus recorridos, como su viaje en Metro a Iztapalapa con el aspirante presidencial Miguel Quadri.


Jesús García Gómez, Reforma, 8 de abril.