Buscan paisanos sueño mexicano

PÁNUCO, Zac.- Dicen que el "sueño americano" de los migrantes que llegan a Estados Unidos pronto se convierte en el "sueño mexicano".

Cuatro de cada cinco mexicanos radicados en el país vecino tiene la ilusión de regresar algún día a su comunidad de origen, ilusión que muy pocos cristalizan, estima Efraín Jiménez, uno de los líderes zacatecanos en la Unión Americana.

"Siempre estamos pensando: 'voy a ahorrar, voy a ahorrar y voy a regresar' tan así es que empezamos a construir el sueño.

"'Decimos: 'papá, compre un lote y empiece a construir la casa'. Lo que quieres una vez que la tienes es abrir un negocio para ya quedarte y mucha gente dice: 'ya el próximo año, el próximo año' y así se la llevan, ese es el sueño mexicano", comenta.

Esta es una de las razones por las que, según Jiménez, director ejecutivo de la Federación Zacatecana, el migrante no suele aprender inglés ni involucrarse en alguna organización colectiva. Calcula que sólo el 2 por ciento de los paisanos pertenece a un club o alguna federación de mexicanos.

El caso de Gerardo González es casi excepcional en Pánuco, Zacatecas, municipio con 16 mil 800 pobladores, quieto y silencioso pues la mayoría de los hombres han emigrado.

Después de vivir 10 años en California, el migrante ya está cumpliendo su 'sueño mexicano'. Regresó a su pueblo para trabajar en una granja de puercos que arrancó con 8 mil dólares que ahorró, primero como jardinero y luego como responsable de la irrigación de las áreas verdes de la ciudad de Corona.

En 2006, su hermano le habló para decirle del "Programa 3 x 1 para Migrantes", cuando éste solamente servía para financiar proyectos de infraestructura.

Se organizó con pobladores de Pánuco en California y formó un club a través de cual invirtieron en obras públicas. A partir de 2009, el programa se extendió para financiar iniciativas de desarrollo económico y propuso el proyecto productivo "Granja Porcina Noxtli".

En Pánuco, su hermano la comenzó a trabajar y tan pronto generó utilidades éste le dijo que ya podía regresarse para atenderla.

"A lo mejor me faltó más tiempo allá (en EU) para tener más dinero, pero la idea era ya no ir", señala.

"A veces tengo que trabajar aquí en otras cosas para poder solventar los gastos, pero estoy viviendo bien. Tenemos a veces para pagar trabajadores".

La granja cuenta actualmente con dos naves dónde se crían unos 200 puercos al año y una zona para transformar el estiércol de los animales en abono. La venta de los cerdos y del fertilizante le deja a Gerardo y su familia para mantener el negocio a flote.

El plan de Gerardo es hacer de la granja porcina Noxtli un negocio ecológico dónde él, su esposa y sus hijos sean quienes aprovechen a los animales de principio a fin y no tengan que venderlos.

"No creo que fracase porque podemos hacer todo. Si los embutidos fallan hacemos carnitas. Quiero hacerlo como lo tengo pensado. Así me lleve 8 años, dice decidido.


Verónica Sánchez enviada, Reforma, 22 de abril.

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