'El malquerido'

CHOLULA, Pue.- Las nubes presagiaban tormenta.

La campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador hizo ayer una parada en Cholula, Puebla, estado donde el ex Secretario de Gobernación, el priista Manuel Bartlett Díaz, fue postulado a senador por las izquierdas.

A las 19:00 horas, una esquina de la plaza principal de la ciudad de las 365 cúpulas estaba llena. Miles de simpatizantes ondeaban banderas del PT, el PRD y Movimiento Ciudadano. Tenían media hora esperando el inicio del mitin.

Más de 30 personas estaban en el templete, entre ellos Bartlet y su comitiva, quienes llegaron 40 minutos antes que el tabasqueño.

Con todo listo para empezar, José Agustín Ortiz Pinchetti fue a buscar a Bartlett, quien estaba en la última fila de la tarima. El ex Gobernador poblano avanzó al frente, tomó el micrófono y empezó la lluvia de gritos y abucheos.

Como un novato, el ex funcionario federal trastabilleó, se desconcentró y lo más pronto que pudo entregó el micrófono a López Obrador.

"En Puebla, candidato, en Puebla, candidato, hay un movimiento sólido de apoyo y estamos convencidos de que llevaremos al triunfo con esta fuerza popular a este gran candidato, honesto y limpio, Andrés López Obrador", dijo quien en 1988 anunció la "caída" del sistema de conteo de votos de la elección presidencial en la que compitieron Cuauhtémoc Cárdenas y Carlos Salinas.

Y mientras el ahora aspirante al Senado hablaba, se escuchó una rechifla en toda la plaza. Se oían gritos de "ratero, ratero" y prolongados abucheos.

Bartlett completó apenas un discurso de un minuto. Caminó unos pasos y le entregó el micrófono a López Obrador. Intercambiaron un apretón de manos y sendas palmaditas en sus hombros izquierdos.

"Yo creo que lo que querían era que hablara López Obrador. En estos mítines el único que puede hablar es el candidato", se justificó Bartlett.

Cuando Bartlett se fue a sentar al costado derecho del punto donde hablaba López Obrador, varios simpatizantes de la izquierda desplegaron frente a AMLO una manta de más de un metro de altura y casi dos metros de largo.

La manta tenía impresa una fotografía blanco y negro en la que en primer plano aparece Salinas de Gortari, sonriente y saludando, y Bartlett detrás de él.

"Yo no los vi. Yo no vi nada", insistió el aspirante a un escaño.

"¿Ni los vio ni los oyó?", se le cuestiona.

"Yo no vi nada. Estaba ocupado presentando el acto. Mi función era simplemente presentarlo en un minuto", argumenta.

López Obrador quiso calmar los ánimos y proclamó que todos, priistas y panistas eran bienvenidos a su movimiento.

"Ha rectificado", dijo Carlos García, un médico poblano que salió en defensa del priista postulado desde la izquierda.

"Él mismo ha dicho que ya se volvió bueno", terció María Perales, una maestra con 40 años en el magisterio.


José David Estrada enviado, Reforma, 12 de abril.

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