Entre copetes y botargas

QUERÉTARO.- Tenía confianza, y la había expresado minutos antes, cuando agradeció al ex Presidente Vicente Fox su pronóstico de que sólo un milagro impediría la derrota del PAN en la elección presidencial de julio próximo.

Con ese ánimo, Enrique Peña Nieto preguntó a tres candidatas a alcaldías queretanas si estaban dispuestas a realizar un recorrido a pie por el Centro Histórico de esta ciudad.

"Pues vamos", dijo el abanderado presidencial priista tras la respuesta afirmativa de sus correligionarias, y se encaminó a la puerta de la Casona de los Cinco Patios, donde ya lo esperaban una batucada, botargas y hasta jóvenes con copetes de plástico.

La intención inicial era que el mexiquense llegara a tomarse un helado a la cafetería La Mariposa, lugar que desde una hora antes había sido "reservado" por integrantes de su equipo.

Pero Peña Nieto no llegó. Desde el arranque de su recorrido, el ex Gobernador se dedicó a estrechar manos -sin vallas metálicas de por medio y entre empujones de sus escoltas-, se dejó querer por sus fans y se tomó la foto lo mismo con paseantes que con comerciantes.

Ahí, en pleno Centro Histórico de Querétaro, un estado recuperado por el tricolor hace dos años, aparecieron los "cabezones", personajes creados por priistas de la entidad que son una suerte de botargas con la cabeza del candidato.

"Cabezones" y "copetones" -estos últimos diseñados por integrantes de la organización Ectivismo- se le acercaron, se tomaron fotos con él y le expresaron su apoyo, mientras la gente que pasaba por el andador o que lo esperaba desde que llegó al lugar intentaba acercarse al abanderado priista.

"Somos una red de jóvenes. Estamos comprometidos con el crecimiento de México y apoyamos al licenciado Peña porque sabemos que es la mejor opción. Estamos difundiendo sus ideas y compromisos en redes sociales", comentó Gustavo Montoya.

 
La silla prometida
 
Don J. Guadalupe Sánchez San Juan, a quien hace cinco años le amputaron una pierna a causa de la diabetes, se pudo acercar a Peña Nieto, con quien cruzó algunas palabras.

El candidato, según comentó el anciano de 72 años de edad, ofreció regalarle una silla de ruedas, pero no le precisó cuándo ni cómo. Tampoco ningún integrante del equipo del mexiquense se le acercó para tomar sus datos.

"Me dijo que me iba a regalar una silla de ruedas, pero no me dijo nada más. Me imagino que luego me van a buscar para darme mi silla", relató don Guadalupe.

Un tramo que normalmente se recorre en un par de minutos entre la Casona de los Cinco Patios y el Jardín Corregidora le tomó al priista 45 minutos, y siempre caminó rodeado por sus huestes y al menos 10 integrantes de su equipo de seguridad.

Al candidato presidencial, que había arribado poco antes de las 10:00 horas al Instituto del Deporte y la Recreación de Querétaro en un helicóptero con matrícula XA-UQH, se le antojaron unos chicharrones y se detuvo en un puesto.

Alejandra Hernández, dueña del pequeño negocio y madre soltera de tres pequeños, le pidió trabajar por los jóvenes.

"Le dije que, si queremos acabar con la violencia que hay en el País, lo único es atender a los jóvenes, y él me dijo que si no lo había visto con sus propuestas en la televisión. Pero, pues, yo no veo noticias por lo mismo", relató la mujer.

Cuando Alejandra quiso regalarle una bolsa de chicharrones, el abanderado la rechazó porque comería más tarde.


Antonio Baranda y Fernando Paniagua, enviado y corresponsal, Reforma, 13 de abril.

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