'Me da gusto verlo viajar en Metro'

'¡Ya llegamos y más rápido que en el helicóptero de Peña Nieto!", ironizó Andrés Manuel López Obrador al bajar de uno de los vagones de la estación del Metro Ciudad Deportiva, entre la risa y la sorpresa de algunos usuarios.

En las últimas dos semanas, el candidato presidencial de la izquierda ha llegado al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México barriéndose para tomar vuelos a los estados donde realiza sus giras proselitistas, porque sus tiempos son muy cortos entre un acto y otro.

Ayer no fue la excepción. Eran las 9:40 horas cuando en una reunión privada con un centenar de líderes de negocios de la Young Presidents' Organization, en Polanco, expresó que se le hacía tarde para tomar el vuelo de las 11:00 horas a Manzanillo, Colima, por lo que se iría en Metro, pues no viaja en helicópteros privados, provocando risas en el salón.

Quince minutos después, el tabasqueño abordaba un convoy de la Línea 7 con dirección a Tacubaya.

Discreto y acompañado de tres miembros de su equipo, ya a bordo del vagón se mantuvo de pie junto a un hombre que leía la Biblia, y ni siquiera se inmutó a lo largo de tres estaciones con la presencia del candidato presidencial, quien de vez en vez echaba un vistazo a la lectura bíblica.

Por coincidencia o porque fueron avisados previamente, cuatro empleados del Metro, vestidos con traje oscuro y el símbolo naranja del transporte, siguieron al aspirante presidencial desde Polanco hasta Ciudad Deportiva.

En la Línea 9, en Tacubaya, algunas gentes se le acercaron para pedirle una foto con ellos, un autógrafo, para entregarle una petición por escrito, para desearle suerte o sólo para saludarlo.

Cuando iba sentado junto a la ventanilla, dos mujeres comenzaron a platicar con él. "Me da gusto verlo en este tipo de transporte", le dijo una de ellas.

El reloj marcaba las 10:25 horas y a López Obrador no se le veía apurado. Tranquilo, daba cátedra sobre valores a dos hombres que iban sentados junto a él.

"Pero lo más importante de todo es el respeto y la tolerancia", dijo el candidato antes de que el coordinador de su equipo de seguridad, General Audomaro Martínez, le tocara el hombro para indicarle que era tiempo de bajar.

Uno de los usuarios dijo algo al oído al tabasqueño y éste respondió con una carcajada y con un golpe amistoso en el hombro, mientras que al otro pasajero le apretó un abrazo, seguido de un "¡Ahí nos vemos!".

Una señora que lo observaba desde la estación Tacubaya, luego de nueve estaciones de recorrido se animó a pedirle una fotografía con ella.

El tiempo apremiaba, pero López Obrador caminaba sin prisa, mientras que en la sala 75 de la Terminal 2 del Aeropuerto hacían el último llamado a "Andrés Manuel López, Audomaro Martínez y César Yáñez" para abordar el vuelo 488 de Aeromar.

El aspirante aún abordó un vehículo particular para llegar a la terminal aérea aeroportuaria.

A las 10:48 horas estaba frente al mostrador para entregar su pase de abordar.

"¡Barrido en home!", dijo sonriente. El chofer le dijo que no se preocupara, pues si lo dejaba el avión, él lo llevaba hasta Manzanillo.

 
 
 
A ras de suelo
 
Luego de reunirse con empresarios en Polanco, López Obrador utilizó el Metro para trasladarse al aeropuerto capitalino, de donde viajó en vuelo comercial a Colima.

· Durante el trayecto por los andenes y las estaciones Polanco, Tacubaya y Ciudad Deportiva el abanderado de la izquierda saludó y dialogó con los usuarios del transporte colectivo.


Érika Hernández y David Estrada, Reforma, 26 de abril.

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