Primero... ¿los pobres? Llegan miles por dádivas a mítines de candidatos

Crónica: Abajo del entarimado
 
Biznaga y tortas
 
Antonio Baranda
 
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AXAPUSCO, Edomex.- Raúl Rojas se pone en cuclillas y escarba en la tierra con el palo recortado de lo que fue un banderín de la CNC. Su esposa lo observa con cierta incredulidad, pues apenas en la mañana se quejó de dolores en la espalda.

Después de 10 minutos, el campesino de 62 años de edad logra desenterrar una pequeña biznaga con todo y raíz... a escasos 30 metros del templete donde Enrique Peña Nieto encabezará en media hora un mitin con agraristas.

Aunque su intención es entregar una carta al candidato presidencial del PRI para obtener un crédito, Rojas siente que el viaje en "vanidoso", rótulo del autobús en el que llegó del vecino Municipio de Nopaltepec, ya valió la pena.

"Que Peña ni que nada, si no hablo con el candidato ya por lo menos me llevo esto a la casa", suelta sonriente antes de volverse a agachar para "cosechar" otra cactácea.

A Raúl lo secundan otras nueve familias que, insatisfechas con el frutsi y la torta; el jugo y el plátano; el paraguas rojo; o el sombrero de palma que ganaron entre jaloneos y empujones, decidieron aumentar su "botín".

Ahí están Lorenza y su hijo Rodolfo, quienes incluso retrasaron su ingreso al mitin para conseguir una bolsa de plástico que no sólo lleva tres biznagas, una de ellas del tamaño de un balón de futbol americano, sino también botellas de pet.

"Ya mamá, ya llevamos varias, ya vamos a meternos porque hay mucha gente, por ahí si veo otras botellas las meto", comenta el joven de 14 años a su madre mientras ambos se encaminan a los arcos detectores de metales del acceso general.

A metros de este punto, tres hombres con playeras negras que dicen "staff" sacan decenas de sombreros de palma de bolsas de plástico del mismo color. La rebatinga empieza. Mujeres y hombres de todas las edades se arremolinan.

"Con calma, con calma", dice nervioso uno de los proveedores. A los interesados no les importa que los sombreros estén destinados a personas de la tercera edad. Arrebatan el producto entre empujones, gritos y jaloneos.

Hay inconformidades. "¿Para qué quiere un sombrero si ya le dieron paraguas?", increpan a una mujer de unos 50 años. "Para lo mismo que ustedes", responde desafiante.

Mientras, dos casas sin techo y en obra negra hacen las veces de sanitario para mujeres y niños, al tiempo que vecinos de Axapusco aprovechan la coyuntura para cobrar 5 pesos por entrar a sus baños. La fila llega a tener hasta 20 personas.

Al observar la rebatinga lo mismo por sombreros que banderines, calcomanías y hasta globos, Rosario Zamora, de 65 años, profiere que es menos pretenciosa. No le interesan, dice, las "migajas" de los mítines ni los "huesos" en el partido, las organizaciones o el gobierno.

"Yo vengo porque quiero creer en el candidato, porque creo que los panistas no hicieron nada y es momento de volver a cambiar; antes sí me metía a agarrar que el frutsi, que la camiseta, pero ya no, ya no estoy para eso; ahora si acaso pido becas para mis nietos", dice la vecina de, Ecatepec.

En el primer mitin de campaña en suelo mexiquense, Raúl no habló con Enrique Peña Nieto, pero hizo llegar su carta a través de uno de los "correos" del candidato; Rosario, por su parte, no resistió a las "migajas" y aceptó un paraguas.

 
 
Así lo dijo
 
"Ahí afuera, unas se quedaron dormidas, como que las dejaron a su suerte, pero tampoco les dieron nada. No, pura agua. Son las lideresas las que ganan con esto: terrenos, dinero. La gente jodida, jodida se queda".

Tomás Policía de Puerto Progreso
 
 
 
 
Crónica: Temporada de regalos
 
'Voy a donde den"
 
José David Estrada
 
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GUADALUPE VICTORIA, Durango.- Los más pobres, los más necesitados, siguen al pie de la letra lo que predica Andrés Manuel López Obrador en sus mítines.

En su gira por Durango y Coahuila, el tabasqueño pidió a sus simpatizantes que si les ofrecen dádivas para comprarles el voto, las acepten, pero que voten con libertad.

Eso ha hecho Librada Díaz desde hace tiempo. Ayer fue al mitin de López Obrador, pero su corazón sigue siendo priista.

"La verdad yo soy priista de corazón", dijo la mujer mientras ondeaba una bandera de la Central Cardenista Independiente que le acababan de dar y esperaba que el tabasqueño bajara del templete ayer por la tarde en Torreón, Coahuila.

"Les digo que sí a todos, pero luego voto por el PRI. Mi padre votaba por (Lázaro) Cárdenas, porque nos dio las tierras".

Librada y su nuera Gabriela, quien a sus 30 años ya procreó a seis hijos, llegaron al mitin de López Obrador para pedirle apoyo para el tratamiento de Pablo Barba, esposo de Librada, quien tiene diabetes y no puede trabajar.

Horas antes, en el evento de Guadalupe Victoria, varias mujeres utilizaron la misma estrategia. Una llegó hasta López Obrador con un niño con discapacidad en los brazos y, tras pedirle apoyo, un asistente de la campaña le entregó un billete de 200 pesos.

"Si la verdad necesitan mucho el apoyo y llegan estos mañosos a ofrecerles dinero a cambio de voto, esta permitido decir una mentira, hay que decirles que sí, que cuenten con el voto, pero a la hora de votar: voto libre y secreto", había dicho el tabasqueño minutos antes.

En las calles aledañas al estadio de beisbol Carlos Romo, en el municipio duranguense, decenas de personas se amontonaron frente a una camioneta que estaba regalando agua, fruta, gorras y playeras coloradas con el logotipo del Partido del Trabajo.

Otra mujer, que inclusive había hecho la valla al tabasqueño y siguió a la comitiva hasta las camionetas en busca de algunos pesos para poder comer, reconoció que va a los eventos de panistas, priistas o lopezobradoristas.

"Vamos a donde nos den. Con una cachucha y una camiseta ¿usté cree que la va a hacer uno?", dijo esta mujer, que viajó desde Cenatlán.

La sequía en el norte del país tiene hambrientos miles de campesinos, como a Luis Alberto Salas, quien con su familia perdió la cosecha de frijol el año pasado.

Acudió al mitin a ver si lo apoyaban con cemento o materiales de construcción porque le dijeron que Gonzalo, como la gente conoce Alejandro González Yáñez, senador con licencia del PT, es muy ayudador.

"Cuando hay elecciones, como en esta temporada, trafican con la pobreza de la gente. Primero empobrecen al pueblo y luego cuando hay elecciones reparten migajas, despensas, materiales de construcción, chivos, borregos, tinacos, dinero en efectivo", afirmó López Obrador en el mitin duranguense, con Gonzalo a su costado.

Librada está hecha a la idea de ir a todos los mítines que pueda, tal y como lo ha hecho en el pasado, para hacerse de esas migajas que sueltan por estas fechas los políticos.

 
 
 
Resaca en Yucatán
 
Los abusos de un mitin
 
Daniel del Fuente
 
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PUERTO PROGRESO.- Nada queda sobre la Calle 19 del malecón de Puerto Progreso tras la puesta en marcha el lunes de la campaña por la gubernatura del priista Rolando Zapata y del apabullante cortejo de su compañía, la estrella del partido Enrique Peña Nieto.

Un contingente trabajó toda la noche de ayer en retirar la escenografía que evocaba a un concierto de rock. Para las ocho de la mañana del martes sólo quedaban la brisa, los gringos viejos haciendo deporte con sus perros y los comerciantes que abrían una vez más sus negocios.

Ellos y Tomás, policía turístico, quien muy temprano inició sus 20 vueltas diarias al malecón de apenas un kilómetro. A él y a sus siete compañeros de la policía turística les tocó custodiar el griterío del mitin tricolor. No estaban solos, desde luego.

"Nooo, había 300 policías estatales, 150 de cada turno, dobletearon, y los 150 de Progreso. Es que era un pinche mar de gente, usted lo vio".

Pues sí, pero no los 50 mil asistentes que dijo el PRI Estatal. Tomás calcula acaso 10 mil personas.

"Y a chingazos, porque eran como 300 los autobuses de los acarreados, mucha gente de los pueblos que, pobrecita, ni español hablaba, puro maya.

"Ahí afuera (apunta hacia el local de la policía turística, frente al malecón) unas se quedaron dormidas, como que las dejaron a su suerte, pero tampoco les dieron nada. No, pura agua. Son las lideresas las que ganan con esto: terrenos, dinero. La gente jodida, jodida se queda".

En el evento, Esmeralda dice ser oriunda de Progreso y, como decenas, llegó con amigas sólo a ver a Peña. Le dijeron del PRI que el candidato estaría ahí a las seis y, que si llegaba temprano, podría saludarla a ella y a sus amigas. Llegaron a las dos de la tarde.

"No", ríe la chica, delgadita, con manchas en el rostro y de cejas muy amplias cuando se le pregunta si se dio el encuentro. "Le gritamos mucho, pero él se fue a otro lado, con las de Umán".

Tomás, el policía, está molesto. Dice que le ha pedido a su jefe pagarle el dobleteo: trabajó 24 horas seguidas por un evento musical previo a lo de Peña Nieto y, en el día del "musical" del PRI, llegó a las seis de la mañana.

El policía turístico duda de todos los políticos. Dice que, cuando se "empluman", olvidan sus promesas hechas durante los acarreos.

"Nada, no vuelven", asegura y mira hacia la Calle 19, ya libre de vallas y simpatizantes.


Antonio Baranda, José Manuel Estrada y Daniel de la Fuente, Reforma, 11 de abril.

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