'Safe, barrido en home'

MONTERREY.- "Tenemos al Peje aquí en el vuelo, no ha llegado. ¿Lo esperamos?", pregunta por radiofrecuencia la asistente de tráfico a un costado de la puerta del túnel que da al avión.

"¿A quién?", pregunta el supervisor de la aerolínea.

"Al Peje, Andrés Manuel López Obrador", precisa la empleada.

"Démojle cinco minutos, si no, va a dejir que es un compló", imita el supervisor.

Son las 13:40 horas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el candidato presidencial del Movimiento Progresista es el único pasajero que no ha abordado el vuelo 922 de Aeroméxico con destino a Monterrey.

"Si no llega en cinco minutos tengo que cerrar el vuelo", dice la encargada a José Ramón López, el mayor de los hijos de López Obrador e integrante del equipo de logística de la campaña, "a nosotros nos multan por salir tarde".

"Sí va a llegar", dice sin inmutarse el joven, que lleva una gorra de los Atléticos de Oakland y pantalón de mezclilla.

Segundos después, "Nico", el inseparable escudero, aparece al fondo del pasillo casi corriendo, lleva una mochila y un portatrajes, detrás de él, con el saco en una mano y el pase de abordar en la otra, el de Macuspana.

"Safe", dice López Obrador a la empleada, "barrido en home".

Las puertas y el vuelo se cierran. "Bienvenido, lo apoyamos, estamos con usted", le dice la aeromoza en la puerta del avión.

El recorrido por el pasillo hasta la ventanilla de la fila 11 es una lluvia de saludos y palmadas. Algunos pasajeros prenden los celulares que ya habían apagado para tomar fotografías.

Rodrigo Carral, piloto de Aeroméxico -subraya que viaja de pasajero y que su opinión no es la de la Aerolínea- ha salido de la cabina para saludar al candidato, le dice que su proyecto es el más viable para México.

Los reporteros que viajan en el vuelo captan el momento, "Nico" se molesta.

"Nos van a correr como en Tres Marías por su culpa", dice a un fotógrafo que intenta obtener imágenes en el pasillo, en alusión al incidente de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, en un puesto de quesadillas de aquella población.

"En serio", insiste, "la gente se molesta".

De la cabina el capitán pide a los pasajeros tomar asiento para iniciar el servicio, casi a medio vuelo el avión vuelve a la calma.

López Obrador pide agua natural sin hielo.

El piloto anuncia el descenso en pocos minutos y los 34 grados centígrados que calientan Monterrey.

En la sala de la Terminal B del Aeropuerto de Monterrey ya esperan el empresario Alfonso Romo y el líder del PT, Alberto Anaya, quienes acompañan al candidato al hotel Holiday Inn Express, donde la habitación cuesta mil 531 pesos.

López Obrador sube a la habitación a cambiarse la camisa y comer, Romo y Anaya lo esperan en el restaurante de al lado.

Ya en la Macroplaza otra llegada triunfal, unas mujeres que han identificado al candidato en la luz roja del semáforo corren a saludarlo y detienen el tráfico, él baja la ventanilla de la camioneta y les da la mano, el amontonamiento crece y el chofer reanuda la marcha despacio.

Ya en el templete, a espaldas del Palacio de Cantera donde Gobierna el PRI, López Obrador da un discurso de 58 minutos bajo un sol que ha enrojecido la piel de los asistentes.

"Tengo voluntad, tengo autoridad moral y no me va a temblar la mano para terminar la corrupción en el País", reitera y desata una ovación.

"Me comprometo a ser guardián del presupuesto público a cuidar el dinero del pueblo".

Ofrece las becas para todos, los apoyos a adultos mayores y madres solteras, las estancias infantiles, la cartilla moral con el código de ética que será difundido por televisión cuando llegue a la Presidencia.

Cuando llama a defender el voto se autocensura para retomar su papel de evangelista de la "república amorosa".

"Estamos enfrentando a delincuentes electorales", sostiene.

"Ya no quiero hablar más porque ahora me tengo que autolimitar, tengo que decir las cosas porque la república amorosa es decir la verdad, pero ahora estoy procurando moderar un poco, ya no les puedo decir lo que quisiera".


Osvaldo Robles enviado, Reforma, 23 de abril.

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