Ven ex rehenes débiles a FARC

BOGOTÁ.- Los seis policías que fueron liberados el lunes de su cautiverio de más de una década tras ser secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) declararon ayer que los sucesivos golpes militares que en años recientes ha recibido el grupo armado los ha debilitado, aunque no derrotado.

"Cuando caímos en cautiverio se notaba una guerrilla fuerte. Pero, con la forma como los atacaron frontalmente, la guerrilla nunca pensó que el Estado los podía atacar así. Como se dice vulgarmente, los cogió con los pantalones abajo", aseguró el agente de la Policía Carlos José Duarte.

"Hoy en día se puede notar que es una guerrilla debilitada, tiene problemas, lo pudimos ver. Ya no tienen la misma facilidad para los abastecimientos, los movimientos", añadió.

"Antes durábamos ocho, nueve meses, un año, dos años, en un campamento. Hoy en día no se puede durar más de dos días. Ellos no pueden escuchar un avión porque es el pánico total. La guerrilla está debilitada, tiene problemas, pero no está derrotada", explicó.

Un día después de haber recobrado la libertad junto con cuatro militares, los agentes Duarte, César Augusto Lasso, Jorge Trujillo, Jorge Romero, José Libardo Forero y Wilson Rojas ofrecieron ayer una rueda de prensa en la sede de la Policía.

Casi todos reconocieron el temor a morir en alguno de los muchos bombardeos de la Fuerza Aérea.

Forero y Trujillo contaron también su experiencia en su intento de fuga, frustrado por los guerrilleros. En él, los rehenes se armaron de valor y con una aguja por brújula y una luciérnaga por lámpara recorrieron la selva.

Un mes después, al momento de ser recapturados, los hombres vivieron uno de los momentos más duros de su cautiverio.

"El día que me fugué con el sargento Forero, ese día renunciamos a la vida. Había que salir, vivir o morir, no había otra opción. Salimos", relató Trujillo, quien estuvo en poder de las FARC desde julio de 1999.

"Lamentablemente, al mes nos recapturaron, yo estaba esperando un tiro, nos iban a matar, ahí les puse la cabeza para que me mataran, pero eso nunca pasó. Para qué alargarnos más (la espera)", añadió.

Los ex rehenes contaron otros episodios amargos de su encierro, ahondando en detalles sobre la forma en que los guerrilleros los trataban.

"Durante muchos años estuvimos encadenados unos a otros. Esto ya era una humillación", dijo Duarte.

Tras su liberación y un primer reencuentro con los suyos, los oficiales fueron objeto de una inspección médica y trasladados a hospitales para revisiones más exhaustivas.

A finales de los 90, cuando los seis policías y cuatro militares fueron secuestrados, las FARC llegaron a tener en su poder a casi 500 uniformados. Con estas liberaciones unilaterales, el grupo armado asegura haber entregado a todos los uniformados que conservaban.

El Presidente Juan Manuel Santos reiteró ayer que la liberación es un paso que valora, pero es insuficiente.

"Queremos muestras más fehacientes de su verdadera voluntad de terminar con este conflicto", subrayó.


Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 4 de abril.

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