La disyuntiva: ¿Gobierno o IP?

El desempeño energético del País va a la baja. ¿Cómo recuperar el tesoro que una vez tuvo México? En el centro del debate está la inversión privada en Pemex. Las propuestas: asociaciones público-privadas, capital en bolsa o eliminar corrupción y eficientizar procesos para seguir bajo el estricto control gubernamental. Del éxito de estas recetas dependerá el precio de insumos clave para las personas y empresas.

 
 
 
Tres de 12: ENERGÍA
 
ENRIQUE PEÑA NIETO
 
¿Cuál sería su política para los precios de gasolina, gas y electricidad? 
En la era global, necesitamos que la industria nacional pueda competir internacionalmente, que pueda disminuir sus costos de producción al contar con insumos energéticos suficientes, de calidad y con precios y tarifas competitivas.

 
¿Qué acciones se pueden tomar?

Por el lado de la energía eléctrica: 
 
1.- Eficientar la infraestructura existente, reduciendo el margen de capacidad ociosa de la CFE.

2.- Promover la utilización de energéticos primarios más baratos: agua, gas, biomasas, sol subtropical o vapor de geotermia, en lugar de combustóleo.

3.- Fomentar la generación de energía con fuentes renovables, con sus respectivas redes de transmisión.

4.- Impulsar esquemas de autogeneración y cogeneración energética entre los industriales.

5.- Promover esquemas de ahorro y eficiencia energética, lo mismo para reducir la demanda de energía que para cuidar el ambiente.

Por el lado de los combustibles derivados del petróleo, más que una irresponsable reducción de las tarifas, necesitamos subsidios más inteligentes y focalizados, así como reducir los costos de producción. El reto es modernizar la administración y operación de PEMEX para hacerla más eficiente y competitiva, mediante 4 mecanismos: 
 
1.- Un nuevo régimen fiscal, para reducir los recursos que PEMEX transfiere al gobierno y, así, invertir parte de la renta petrolera en proyectos estratégicos, como el desarrollo de energías renovables.

2.- Un mejor gobierno corporativo, que permita una mejor toma de decisiones ejecutivas.

3.- Efectiva rendición de cuentas, basadas en el desempeño global de la empresa, con menos regulación.

4.- Nueva reglas para proyectos público-privados.

Esto permitiría una mayor eficiencia que, además de incrementar sus niveles de producción y disminuir sensiblemente sus costos, terminaría generando insumos de mayor calidad y a precios competitivos.

 
 
¿Permitiría la inversión privada en energía? ¿En qué y cómo?

Sí.Pemex requiere beneficiarse de asociaciones con el sector privado para dinamizar su producción y aumentar su rentabilidad y transparencia.

Pemex es una empresa estratégica, pero desde hace mucho tiempo se dejó de aprovechar todo su potencial para impulsar el crecimiento del país.

Para ser la gran palanca de desarrollo que puede ser, requiere inversiones muy altas, así como tecnología de punta. Para ello se necesita inversión privada, tanto nacional como extranjera.

México deberá examinar los mecanismos de asociación pública y privada utilizados exitosamente en otros países, sin renunciar a la propiedad del Estado de los hidrocarburos ni a la rectoría del sector.

De lo que se trata es de atraer capital privado -nacional y extranjero- en materia de Exploración y Producción, donde asuman más riesgo del que actualmente se permite. Por su parte, en Refinación, también se trata de permitir la inversión privada. El Estado no debe agotar su capacidad de inversión en proyectos que puedan ser financiados por el sector privado. En cambio, debe invertir sus recursos en rubros sociales, como universidades y hospitales.

La fórmula del éxito, consiste en conseguir el consenso político para lograr la "mezcla óptima" entre acción gubernamental y acción privada al interior de PEMEX.

 
 
A corto plazo, ¿cómo desarrollaría proyectos en aguas profundas?

Con alianzas estratégicas que nos permitan contar con el conocimiento, la tecnología y el financiamiento que requieren estos magnos proyectos. Si esperamos a desarrollar estas capacidades internamente, incurriríamos en un gran costo de oportunidad. Insisto, debemos examinar los mecanismos utilizados exitosamente en otros países.

Lo que varios especialistas han señalado, mismo que comparto, es que para hacer de PEMEX una empresa más dinámica, es importante mejorar la gestión interna y permitir, sin perder la propiedad pública de los hidrocarburos, la participación de mayor capital privado considerando esquemas de asociaciones Público-Privadas y/o contratos de producción compartida entre PEMEX y otras empresas.

PEMEX necesita aumentar su capacidad financiera y de ejecución, por lo que es importante atraer capital y tecnología para compartir los riesgos de inversiones y de retornos.

 
 
Refinar vs. importar gasolinas: ¿cómo enfrentar este dilema?

Lo primero es despojarnos de ataduras ideológicas que impiden detonar el potencial de PEMEX como una gran palanca del desarrollo nacional. Para enfrentar el dilema de cuánto refinar y cuánto importar, en necesario tomar en cuenta tres variables: costos, oportunidad y seguridad energética.

La creación de nuevas refinerías sólo se justifica en donde la cercanía y concentración del mercado genere ahorros en transporte y economías de escala, que permitan competir con los costos de importar gasolinas.

Sin embargo, incluso en estos casos, es indispensable tener en cuenta los tiempos de desarrollo y maduración de estos magnos proyectos, así como la posibilidad de que sean empresas privadas quienes realicen esta actividad industrial, actualmente monopolizada por el Estado.

Sin duda, frente a este dilema no todo es blanco o negro, pues actualmente existen múltiples opciones para satisfacer nuestros requerimientos de gasolina, como adquirir refinerías en Estados Unidos o generar nuevas alianzas estratégicas para maquilar gasolina de aquel país, garantizando nuestra seguridad energética.

 
 
A la CFE le roban con diablitos, a Pemex le ordeñan. ¿Cómo solucionarlo?

Estoy convencido: a ambas empresas hay que hacerlas más eficientes, productivas, responsables, pero también más seguras. Los "diablitos" y la "ordeña" de PEMEX son síntomas de males mayores.

Ambas empresas requieren modernización tecnológica y una cirugía mayor en materia administrativa.

Hay tres puntos esenciales.

Primero, la renovación de tecnología en el suministro de energía. Esto es fundamental. Existen las tecnologías para detectar este tipo de actividades.

Segundo. Hay que revisar a fondo los esquemas de funciones y procedimientos internos, los tramos de control y supervisión.

Tercero, y esto es lo más sensible: promover la legalidad y evitar actos ilícitos por parte de servidores públicos. La autoridad no puede ser cómplice del robo de luz u ordeñamiento de los ductos.

Hay que modificar y castigar los malos hábitos sociales enquistados. El robo de energía es una forma de impunidad que pone en riesgo la vida de la población.

 
 
 
JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA
 
¿Cuál sería su política para los precios de gasolina, gas y electricidad?

En primera instancia eliminaré gradualmente los subsidios a los energéticos que son captados en su mayor parte por los grupos de mayores ingresos.

He planteado que mi objetivo es hacer de PEMEX una empresa pública fuerte y vigorosa, a través de:
I. Revisión del régimen fiscal para asegurar que los resultados de la empresa reflejen su incremento en eficiencia.

II. Apertura a la inversión privada selectiva y minoritaria en la empresa mediante la colocación de un porcentaje de sus acciones en la bolsa de valores para tener recursos complementarios. Además, se emitirán bonos ciudadanos.

III. Reforma integral al marco normativo de la industria petroquímica, que ofrece un enorme potencial de agregación de valor a nuestros hidrocarburos.

IV. Impulso a alianzas estratégicas de PEMEX con otras empresas, para dar acceso a tecnología de punta para explotar tanto el petróleo en aguas profundas y las grandes reservas de gas natural, así como modernizar nuestra refinación y petroquímica.

El gas que se encuentra en depósitos lutitas (shale gas) ofrece a México un enorme potencial. Es un recurso energético con costo incluso inferior a los depósitos convencionales de gas natural (asociado y no asociado), y que inyectará competitividad a la industria del país. Además, promoveré inversiones en infraestructura para la distribución de gas natural e incentivos que permitan impulsar la reconversión industrial hacia una mayor utilización de gas natural.

Apuntalaré también el desarrollo de energías renovables a través de una mejor regulación, incentivos fiscales y el uso de asociaciones público-privadas.

En el caso de la energía eléctrica, impulsaré una iniciativa que permita la inversión privada minoritaria en la CFE y la participación de productores independientes en la generación y venta de energía eléctrica producida con tecnologías renovables.

 
 
¿Permitiría la inversión privada en energía? ¿En qué y cómo?

Debemos perder el miedo a la inversión privada en sectores estratégicos del país, como tanto han estigmatizado y obstaculizado el PRD y el PRI en el Congreso de la Unión. Es posible aprovechar la inversión privada y simultáneamente asegurar la conservación del patrimonio que pertenece a todos los mexicanos.

De esta manera, permitiré la inversión privada selectiva y minoritaria en PEMEX. Para ello, complementaré los recursos públicos disponibles con bonos ciudadanos y colocaré en la bolsa de valores un porcentaje minoritario de acciones de la empresa.

En el caso de la energía eléctrica, como ya dije, alentaré la participación de productores independientes en la generación y venta de energía eléctrica con tecnologías renovables, para potenciar los recursos de aire y sol con los que contamos. Fomentaré la producción de energía eólica y mediante paneles solares para que miles de familias y micro empresas puedan producir energía para autoconsumo y vender sus excedentes. Con este fin, impulsaré una considerable ampliación de las redes de distribución que se requieren.

Promoveré la participación privada en la distribución y venta de gasolinas y diesel, incluida la posibilidad de importarlos directamente.

 
 
A corto plazo, ¿cómo desarrollaría proyectos en aguas profundas?

Resulta indispensable aprovechar el avance tecnológico que está a nuestro alcance a nivel internacional y que han aprovechado países como Noruega y Brasil para utilizar nuestros enormes recursos prospectivos de hidrocarburos en aguas profundas. Por ello, impulsaré de inmediato alianzas estratégicas de PEMEX con empresas líderes en un entorno de competencia. Ello nos dará acceso a tecnología para explotar el petróleo y el gas natural en aguas profundas y las grandes reservas de gas natural de lutitas (shale gas).

 
 
Refinar vs. importar gasolinas: ¿cómo enfrentar este dilema?

La única forma de obtener los mayores beneficios de la venta de gasolinas, es fortaleciendo nuestra industria petrolífera haciéndola más eficiente y siendo autosuficientes en nuestro abastecimiento de energéticos, entre ellos la gasolina.

Además, promoveré una reforma integral al marco normativo de la industria petroquímica, que ofrece un enorme potencial de agregación de valor a nuestro petróleo. Ya que los productos petroquímicos tienen un mercado creciente.

Adicionalmente, y como ya mencioné, promoveré que se permita la participación privada en la distribución de gasolinas y diesel, incluyendo la posibilidad de importar directamente para su distribución.

 
 
A la CFE le roban con diablitos, a Pemex le ordeñan. ¿Cómo solucionarlo?

El robo de cualquier producto a cualquier empresa debe ser sancionado con todo el rigor de la ley. Además, el robo de energía o energético representa un riesgo para los ciudadanos y las comunidades donde se realiza.

Para dar solución a esta problemática, fortaleceré las penas a quienes así lo hagan y difundiré campañas de concientización sobre el daño que pueden ocasionar estos hechos. No olvidemos lo ocurrido en el año 2010 en San Martín Texmelucan, Puebla, donde, como consecuencia de esta ordeña a los ductos de PEMEX, se suscitó una desgracia que afectó a esta comunidad poblana. Adicionalmente, intensificaré la fiscalización y la vigilancia en CFE y PEMEX, con el fin de erradicar las cadenas de corrupción al interior de las mismas y castigando ejemplarmente a los responsables.

 
 
 
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR
 
¿Cuál sería su política para los precios de gasolina, gas y electricidad?

El precio de los energéticos es un factor fundamental para el desarrollo y la competitividad de cualquier país. La política actual toma como referencia los precios en el extranjero, incrementa los costos del transporte y pone a nuestros productores en desventaja frente a sus competidores externos. Para fijar los precios de los energéticos se tomarán en cuenta los costos reales de la electricidad, gas y diesel de los países competidores.

Es posible reducir los precios de la gasolina, el diesel, el gas y la luz si se utiliza integralmente todo el sector energético (exploración, producción, refinación, petroquímica, gas, electricidad y energías renovables). Los altos precios de los energéticos se deben, sobre todo, a las importaciones de gasolina, diesel y gas.

Los precios de las gasolinas pueden reducirse si se construyen refinerías para producirlas aquí y dejar de importarlas. El costo de la electricidad puede disminuirse si se utiliza a plenitud la capacidad instalada de la Comisión Federal de Electricidad, sobre todo, las hidroeléctricas y se reduce el papel de los generadores privados de electricidad, que encarecen los costos de la luz porque importan el gas que necesitan, a precios de Estados Unidos, lo que incrementa las tarifas al consumidor.

Los precios de los energéticos también reflejarán la realidad económica de PEMEX y CFE. Existe el compromiso de manejar responsablemente sus finanzas. Habrá transparencia en su contabilidad. El cambio de política se financiará con una mejor administración en las empresas, con programas de eficiencia, austeridad y combate a la corrupción, distintivo del nuevo gobierno.

En el caso específico de la reducción del precio de las gasolinas, será en beneficio inmediato de los consumidores y de los productores. Pero conforme se recupere el poder adquisitivo de los salarios y se desarrolle un sistema de transporte público accesible, los precios de los combustibles se adecuarán a las metas de protección del medio ambiente y de reducción del consumo de combustibles fósiles.

 
 
¿Permitiría la inversión privada en energía?  ¿En qué y cómo?

Las empresas estatales de energía han perdido valor debido a las restricciones financieras que les imponen decisiones de inversión equivocadas. PEMEX y CFE han enfrentado una restricción financiera artificial porque sus inversiones son tratadas como gastos que no generarán ingresos directos en el futuro. Empresas públicas exitosas en países como Noruega (Statoil), Brasil (Petrobras) o Francia (Electricité de France), sus inversiones no se contabilizan como déficit público. Si se aplica este criterio, PEMEX y CFE podrían lograr economías de escala, aprovechar sinergias y oportunidades de su integración y reducir costos, mejorando su situación financiera.

En el caso del petróleo, respetaremos lo que establece el artículo 27 constitucional. No aceptamos la privatización porque queremos vivir en paz. Si la industria petrolera se privatiza, se alejaría la posibilidad de desarrollar al país en beneficio de la mayoría de los mexicanos. Para industrializar a México las empresas requieren energéticos baratos.

Si se entrega la renta petrolera a particulares, nacionales y extranjeros, no habrá presupuesto nacional suficiente porque las empresas privadas no pagarían los mismos impuestos que paga PEMEX (876 mil millones de pesos en 2011). En consecuencia, no se podrían mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los mexicanos. De la expropiación a nuestros días, el petróleo ha sido un instrumento de paz y de estabilidad política.

En el caso de aportaciones tecnológicas, Pemex y CFE deben dirigir los proyectos para llevar a cabo la transferencia tecnológica. Actualmente, las decisiones de privatización o contratar terceros en exploración y producción, obedecen más a razones ideológicas y de corrupción, que a necesidades reales de ambas empresas.

La explotación de hidrocarburos y la generación y distribución de energía eléctrica seguirán siendo actividades estratégicas reservadas al Estado.

 
 
A corto plazo, ¿cómo desarrollaría proyectos en aguas profundas?

En el corto plazo, la prioridad no será desarrollar proyectos en aguas profundas; mucho menos seguir con contratos en Chicontepec o en la Cuenca de Burgos, donde no se ha logrado producir más gas ni más petróleo, pero si se ha causado un grave daño a PEMEX y al patrimonio nacional. La inversión se concentraría en tierra y aguas someras en la Zona Sur, donde se han obtenido los mejores resultados. Adicionalmente, se haría un esfuerzo para dimensionar los yacimientos de gas de lutitas (shale gas) en la Cuenca de Burgos, que como se ha demostrado en Estados Unidos, tienen un potencial enorme para suministrar gas barato y abundante. Determinar el monto de estos yacimientos, así como su viabilidad económica, es fundamental para las decisiones de inversión tanto de PEMEX como de CFE.

El petróleo y el gas se explotarán con criterios de sustentabilidad y de preservación del medio ambiente. No dominará la euforia por vender mayores volúmenes de crudo al extranjero con el agotamiento prematuro de los yacimientos y la quema de gas a la atmósfera.

El desarrollo de pozos en aguas profundas requiere de plazos largos de maduración, por lo que deben iniciarse trabajos en el futuro cercano. La decisión de cómo y cuándo iniciar estas inversiones debe basarse en el criterio de cómo lograr que generen el mayor beneficio para la empresa y para el país, atendiendo la protección al medio ambiente. Primero hay que adquirir la tecnología para explorar estos yacimientos. Después deberán iniciarse los trabajos de exploración y, posteriormente, de explotación, en las áreas que se consideren de mayor potencial, desarrollando las capacidades de PEMEX en este tipo de yacimientos. Esto es lo normal y racional en cualquier empresa petrolera.

 
 
Refinar vs. importar gasolinas: ¿cómo enfrentar este dilema?

No creemos que exista un dilema. Lo racional es refinar el petróleo crudo en México, tanto por interés directo de PEMEX como por las externalidades que se generan al refinar (empleo, integración con el sector eléctrico y petroquímico, etcétera). Hoy importamos 51 por ciento de la gasolina que consumimos, con un gasto de más de 27 mil millones de dólares anuales, casi la mitad de los ingresos por ventas de petróleo crudo al exterior.

Existe mucha desinformación sobre la rentabilidad de refinar aquí, incluyendo contabilidad distorsionada. Por la brevedad del espacio disponible, no entraremos en detalles. Lo cierto es que las refinerías en México operan por debajo de su capacidad, por diversas razones, incluyendo la falta de mantenimiento adecuado. Existe un potencial importante si se mejora su operación.

La lógica de refinar aquí es sencilla. Las nuevas refinerías serían modernas, como a las que se les compra la gasolina, su costo de operación sería igual o menor que en éstas. Estarían ubicadas entre los centros de producción de crudo y los centros de consumo. Esto representaría ahorros muy importantes frente a la situación actual de exportar crudo (pagando flete marítimo) e importar gasolina (pagando flete terrestre), sobre todo, si se construyen ductos para transportar el crudo y la gasolina. Adicionalmente, el margen de ganancia por refinación sería de PEMEX y no de las refinerías en el extranjero. Se dice que hay mucha capacidad ociosa en Estados Unidos y que, por lo tanto, se debe refinar en ese país. Ese argumento es absurdo.

El presupuesto para construir cinco refinerías se obtendría con la adopción de los criterios financieros y presupuestales descritos anteriormente.

 
 
A la CFE le roban con diablitos, a Pemex le ordeñan. ¿Cómo solucionarlo?

La respuesta a esta pregunta ilustra perfectamente la necesidad de un cambio de fondo en México. Se puede hablar de sistemas, de tecnología de punta para localizar el robo de combustible o de electricidad; de atacar los robos con inspectores, auditorías y, por supuesto, aplicando las multas y penas que la ley señala. Todo esto se debe hacer, pero no se atacan los dos problemas de fondo: 1) el robo "hormiga", como el de los diablitos, se debe, en buena medida, a la falta de recursos de una gran parte de la población, para enfrentar los altos costos de la energía; y 2) el robo organizado, la verdadera delincuencia, que es mucho mayor que el robo "hormiga", como acaba de documentar Ana Lilia Pérez en su libro El Cártel Negro, se debe a la corrupción imperante en el sector público y la consiguiente complicidad y falta de autoridad moral para perseguir a los criminales.

Las causas del problema son, entonces, el fracaso del modelo económico imperante en las últimas tres décadas para generar empleos bien remunerados, y la pérdida de valores, que ha traído como consecuencia la corrupción rampante y el surgimiento de mafias dentro y fuera del gobierno.

La solución técnica es relativamente sencilla. Existen sistemas y tecnologías para detectar en dónde se generan los faltantes de combustibles y las pérdidas de electricidad. Pero esa solución sería claramente insuficiente. La solución real consiste en cambiar el modelo económico imperante y en atacar la corrupción y la impunidad que son el mayor cáncer de la sociedad mexicana. Éste es precisamente, el corazón de la propuesta del movimiento progresista: la necesidad del cambio verdadero.

NOTA: Las respuestas de cada candidato se publican íntegras y tal como fueron entregadas a Grupo Reforma. El único requisito del ejercicio fue que la longitud de cada respuesta fuera de un máximo de 1,900 caracteres.


Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, Reforma, 16 de mayo.

0 Responses to "La disyuntiva: ¿Gobierno o IP?"