La irrupción del relevo

En el lugar de la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, símbolo del episodio más oscuro de los gobiernos emanados del PRI, más de 20 mil estudiantes lo reciben con los puños en alto y gritando "¡Presidente, Presidente!".

Se le eriza la piel y se le humedecen los ojos al tabasqueño. Su esposa Beatriz lo reconforta con palmaditas en la espalda.

Paco Ignacio Taibo II, en representación de los estudiantes que sufrieron la represión del Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, afirma que se ha roto el maleficio que perseguía a su generación, y que los jóvenes que ahora se han levantado con las redes sociales han dejado de ser una generación condenada.

"Ustedes eran una generación condenada. El sistema había decidido que ustedes eran un montón de parásitos condenados a tener estudios a medias, trabajos a medias, y el mejor destino era empujar un pinche carrito de supermercado, estar pegados a una televisión que habla y a la que no le podemos contestar", dice.

Los jóvenes lo interrumpen con gritos de "¡Fuera Televisa¡", "¡Fuera Televisa!".

"¡El maleficio se rompió compañeros, lo rompimos! Cientos de miles de estudiantes se han sumado a este movimiento para hacer de este país, un país de verdad. Ya nos toca, ya tenemos derecho, hemos ganado el derecho a la libertad", expresó Taibo.

Erandi Jiménez, una muchacha de 18 años que estudia en la Preparatoria 9 de la UNAM, reparte claveles a todos. Como ella hay otras jóvenes que han puesto en las manos de los manifestantes flores blancas y rojas que vuelan cuando el tabasqueño saluda a la multitud.

Erandi, una joven pequeña y blanca, cuenta que se sumó a la manifestación de Tlatelolco a través de Facebook. Alguien abrió un evento, hizo una invitación pública y 19 mil jóvenes respondieron haciendo click en "Asistiré".

También a través de Facebook, Susana García conoció a los 49 estudiantes de la Universidad de Guanajuato que viajaron al Distrito Federal para estar con López Obrador.

"Mi familia es de izquierda, pero no son activos como yo", asegura García, de 22 años y militante de Morena.

En el histórico edificio Chihuahua, muchos residentes extienden mantas desde las ventanas. Los grafitis recuerdan la historia de la represión y caricaturizan al ex Presidente Díaz Ordaz.

 
DESDE TABASCO
 
Juan Carlos es tabasqueño, tiene 22 años y llegó a la manifestación de la Plaza de las Tres Culturas después de tres días de viaje.

Viajó de aventón desde la central de los pescados de su pueblo, Frontera, Municipio de Centla, pasó por Veracruz y Puebla, y el domingo arribó a la capital.

"Llegué a una casa de estudiantes de la Lagunilla. Estar aquí es una experiencia súper chida. He seguido la historia de la matanza de Tlatelolco", apunta este estudiante de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, quien decidió hacer el viaje luego de saber de la manifestación a través de las redes sociales.

Las porras y los gritos brotan a la menor provocación. Leen desde el templete el resultado del simulacro electoral en la UNAM, que fue ganado por López Obrador con el 85 por ciento de los 22 mil votos y estallan las gargantas.

En su discurso, a López Obrador le cuesta arrancar. Tarda en agarrar el ritmo de los jóvenes y el mejor momento lo tiene cuando presenta a "Elenita" Poniatowska, a quien anuncia como la que será su Secretaria de Cultura.

Los aplausos se extienden y la autora de "La Noche de Tlatelolco" se cubre la boca y se limpia las lágrimas cuando camina hacia el centro del templete.

"Sí conecta (López Obrador con los jóvenes), sobre todo cuando habla del amor, todo mundo conocemos el amor", afirma Susana, la guanajuatense.

Termina el acto y Juan Carlos, el tabasqueño, grita para saber si hay paisanos suyos.

La Plaza de las Tres Culturas tiene un tapiz de claveles. Emergen las decenas de carritos de vendimia.

Las porras quedan en murmullos, pero en las paredes de los edificios de la unidad habitacional todavía parece retumbar la exigencia de la juventud.

"¡No nos falles"!, ¡"No nos falles!".


José David Estrada, Reforma, 22 de mayo.