Venezuela, el reino de la incertidumbre


BUENOS AIRES.— El cáncer lo carga el presidente Hugo Chávez, pero tiene afectada toda la campaña electoral en Venezuela. Una etapa proselitista donde lo único que parece contar es la enfermedad del mandatario, quien sigue sin dirimir si será o no candidato a la presidencia, mientras el país se convierte cada día un poco más en un reino de incertidumbre.
Que el canciller Nicolás Maduro, que el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, que el gobernador de Barinas o el vicepresidente Elías Jaua, y el hermano, Adán Chávez o las hijas Rosa Inés o María Gabriela. Todos aparecen en esa carrera de rumores que se desató hace varias semanas, como posibles favorecidos del dedo sucesorio. Esto cuando no aparecen las versiones de un posible “golpe cívico militar” para cargarse desde el proceso electoral que debería concluir el próximo 7 de octubre.
Han surgido todas las versiones y posibles escenarios, justificados en la enfermedad del presidente y sus prolongadas ausencias cada vez que se refugia en Cuba para someterse a operaciones, radio terapia y quimioterapia.
La enfermedad de Chávez va por una avenida cada vez más ancha y la campaña, junto a los esfuerzos opositores por un sendero paralelo, por uno mucho más angosto. En el último año, Chávez pasó 251 días fuera del país, y aún así sigue siendo el favorito. “Un candidato que padece una enfermedad siempre corre con ventaja en estos casos”, explica el analista Luis Vicente León, quien en una reciente encuesta observó que el presidente aventaja a su contrincante Henrique Capriles por 13 puntos, aunque admite que de llegar a ser otro el candidato, recién ahí, las chances del postulante de la oposición “aumentarían”.
Sin embargo, la oposición parece estéril a la hora de capitalizar las ausencias cada vez más frecuentes y prolongadas del man- datario venezolano.
En contraste, algunos dentro del oficialismo se apuran a destaparse como candidatos a la presidencia. El caso más notorio es el de Nicolás Maduro uno de los dos hombres del presidente mejor considerados en La Habana.
En el seno del chavismo se analizan todos los escenarios. Aun los más extremos. “Analizar lo que pueda pasar con o sin Chávez es un ejercicio político que no expresa una intencionalidad o el deseo de los chavistas”, explica el analista Nicmer Evans, director de la Consultora 360 grados.
Tanto Evans como algunos chavistas aseguran que “por ahora suspender la elecciones es algo que nadie plantea” aunque sólo “que tengamos un golpe o una acción desestabilizadora de la oposición”.
Eso huele a una operación repetida, ya que no es la primera vez que desde el chavismo se habla de lo mismo después del frustrado golpe de Estado de abril de 2002.
En tanto, en la oposición “seguimos a pesar de la enfermedad de Chávez, con nuestra campaña por todo el país, puerta a puerta y llevando una propuesta de cambio”, sostiene Leopoldo López, jefe de campaña de Capriles.
Por ahora todo puede pasar. Al menos eso es lo que piensan millones de venezolanos y la historiadora Margarita López Maya para quien “Chávez esperará hasta último momento para decidir, porque conociéndolo intentará si la salud se lo permite ser candidato”:
Por ahora Chávez calla y sufre. Al menos eso es lo que se desprende del último parte médico no oficial con el que el periodista Nelson Bocaranda, ya tiene acostumbrados a sus compatriotas como si fuera un ministro de Comunicaciones sin cartera
En días pasados, el gobernador de Portuguesa, Wilmar Sotelo, había expresado su visión del futuro en una reunión a puertas cerradas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cuando expresó tres posibilidades “ una elección con Chávez candidato, el reemplazo de Chávez como postulante o la suspensión de los comicios…”
El trípode de posibilidades trascendió y de inmediato de desató otra batalla interna en la que algunos como el diputado Aristóbulo Asturiz fue contundente “en las elecciones es Chávez y nadie más…”.
Confusión y miedo son los estados que ganan a todos, tanto a chavistas como a opositores, a bolivarianos y a escuálidos, y también a ese casi 30% de neutrales que desde hace años también conviven en Venezuela. “Tenemos la sensación de estar llegando a un final de época con la incertidumbre y temor que eso, lógicamente, genera”, acota López Maya.
Falta información veraz y lo único que avanza sigue siendo la presión sobre los medios. Por eso en el reino de la incertidumbre, en que se ha convertido Venezuela, con la campaña tomada por el cáncer, cada uno atiende su juego, mientras Chávez y sus silencios cada vez más prolongados, sigue atendiendo el de todos. 
José Vales corresponsal, EL Universal, 22 de mayo.

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