Damas de Blanco confían en la Iglesia católica como mediadora ante el gobierno de Cuba


La Habana, 7 de junio. Tras una reunión de casi cuatro horas con el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, el grupo opositor Damas de Blanco ratificó hoy su confianza en que la Iglesia católica sea la intermediaria de sus demandas ante el gobierno.
Quién mejor que la Iglesia católica para hablar con el gobierno cubano, pues es independiente y no puede estar ni ser parcializada, dijo a periodistas Berta Soler, la portavoz del grupo.
El clero ha mantenido contactos con las Damas de Blanco desde hace dos años, pero esta reunión tenía un significado adicional. En el último mes y medio, opositores dentro y fuera de Cuba y la emisora Radio Martí, del gobierno de Estados Unidos, impugnaron la gestión de Ortega por considerarla favorable a las autoridades de la isla.
Los ataques fueron tan repetidos que motivaron una insólita reacción en cadena de solidaridad con el arzobispo, en la cual el Consejo Episcopal de La Habana declaró que el cardenalsiempre ha procedido según el magisterio de la Iglesia.
La ofensiva contra el cardenal intenta desacreditar la línea de diálogo que promueve la Iglesia, como vía para una solución serena y beneficiosa a la actual situación nacional, señaló la declaración, suscrita por los dos obispos auxiliares y los tres vicarios de la capital.
La revista electrónica sobre asuntos cubanos Progreso Semanal(www.progreso-semanal.com), que se edita en Miami, publicó un dossier con opiniones favorables a la línea de la Iglesia, manifestadas por intelectuales como Aurelio Alonso (sociólogo y subdirector de la revista Casa de las Américas); Óscar Espinosa Chepe (ex preso político, economista opositor); los cubanoestadunidenses, Carmelo Mesa-Lago (profesor emérito, Universidad de Pittsburgh) y Arturo López-Levy (investigador, Universidad de Denver) y los estadunidenses Peter Hakim (director emérito, Diálogo Interamericano) y Julia Sweig (Centro Nelson y David Rockefeller).
A esas muestras de respaldo se sumaron emigrados opositores como Ricardo Bofill Pagés y Pedro Pablo Álvarez Ramos.
Con ese despliegue de apoyo para el cardenal, la reunión de este jueves terminó con comentarios de Soler de tono conciliatorio. De inmediato no hubo declaraciones del Arzobispado.
Soler, cuyo esposo es el ex preso político Angel Moya, uno de los 75 opositores sentenciados en 2003, dijo que la reunión con Ortega fue muy abierta y que el cardenal estuvo receptivo: Tenemos confianza y fe en él. Recordó que para su grupo las puertas de la Iglesia católica siempre han estado abiertas.
Con Soler estuvieron Odalis Sanabria y Laura Labrada y con el arzobispo el director de la revista Palabra Nueva, Orlando Márquez. Las mujeres pidieron al cardenal que interceda ante el gobierno para que cesen las acciones oficialistas de hostigamiento, que aún se repiten contra las Damas de Blanco; que se interese por la suerte de 59 presos y otros 15 excarcelados con sentencia vigente y que les ayude a gestionar una audiencia con el Papa Benedicto XVI.
Las Damas de Blanco eran familiares de los sentenciados en 2003, que se unieron para pedir la liberación de los presos.
Entre 2010 y 2011 fueron liberados 126 presos –incluidos todos los que quedaban del Grupo de los 75– y 114 de ellos viajaron a España, con sus familiares, en una acción concertada entre los afectados, la Iglesia católica y los gobiernos de Madrid y La Habana.
Gerardo Arreola, La Jornada, 8 de junio.

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