La noche del domingo

Andrés Manuel López Obrador escucha cada vez más el grito de "¡vamos a ganar!". Enrique Peña Nieto prevé una noche de celebración en la que se unirá al júbilo de la fiesta democrática. Josefina Vázquez Mota prevé convocar a construir la agenda de gobierno y a sobreponerse a las diferencias.

 
 
 
Dichoso y optimista
 
Andrés Manuel López Obrador
 
Confieso que soy dichoso, que me ha ido bien en esta etapa de mi vida pública. En el terreno de las ideas he podido desentrañar y describir las características del actual régimen; la forma como se domina y se ejerce el poder; las causas de la crisis de México y la manera como se podrían remediar los males de la Nación. Este pensamiento lo difundí en plazas públicas y por otros medios y considero que ha contribuido en el proceso de toma de conciencia sobre la realidad nacional. Por ejemplo, he sostenido que los políticos del PRI y del PAN piensan igual, defienden los mismos intereses y se entienden, como ha quedado demostrado con la reciente actitud de Vicente Fox.

También es motivo de orgullo el haber dicho en plazas públicas y por otros medios, una y mil veces, que los mandamases dominan y se imponen porque controlan, casi de manera absoluta, los medios de comunicación, sobre todo a las televisoras, al grado de querer imponer, mediante la mercadotecnia, al próximo presidente de México. Y saber ahora que muchos mexicanos defienden su derecho a elegir, con libertad e información, a sus gobernantes.

Pero sin duda lo que más me satisface es haber construido, junto con otros muchos mexicanos, mujeres y hombres libres y conscientes, una institución ciudadana y popular para buscar de forma organizada, y de manera pacífica, la transformación del país y el renacimiento de México. La creación del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) es un gran aporte a la vida pública del país.

De modo que estoy tranquilo porque, aun en el peor de los escenarios -si se imponen nuestros adversarios con la manipulación, el dinero y valiéndose de la ignorancia y traficando con la pobreza-, será un triunfo transitorio que, confieso, me dolería mucho, por la gente y el país, pero no alteraría mis sentimientos y convicciones profundas, porque no hay nada que indique, con objetividad, que la continuidad de la política de pillaje pueda significar una mejoría para los males que aquejan a la Nación. Por el contrario, continuaría el proceso de degradación progresiva hasta que el despertar ciudadano sea más amplio y contundente. Y para eso es MORENA.

Pero también y, sobre todo, estoy optimista. Creo en la sabiduría popular y siempre, hasta en los momentos más difíciles, he podido constatar que el pueblo tiene un instinto certero. Puede ser que no sepa con precisión lo que quiere, pero sabe muy bien lo que no quiere. Y estoy absolutamente seguro de que amplios sectores de la sociedad no votarán por más de lo mismo (corrupción, desempleo, pobreza, inseguridad y violencia). Además, después del 2006, hemos trabajado con intensidad y eficacia, y nos han salido bien las cosas.

Veamos algunos ejemplos: se resolvió sin conflicto la candidatura a la Presidencia; Marcelo Ebrard se portó a la altura de las circunstancias; establecimos y tenemos mejor comunicación con el sector empresarial y las clases medias; logramos elaborar, con la participación de intelectuales y especialistas, el único proyecto que se ha presentado para sacar al país de la crisis; se ha logrado la unidad de las filas de las fuerzas progresistas; dimos a conocer por anticipado a los que serán integrantes del gabinete, mujeres y hombres honestos y con experiencia; se ha reconocido por propios y extraños que la nuestra ha sido la mejor campaña; salimos bien en los debates; hemos tenido más contacto directo con la gente que los otros candidatos; no se ha suspendido un solo acto, no hemos padecido de ningún rechazo; se han llenado todas las plazas con la participación consciente de los ciudadanos; contamos con más apoyo de las clases medias y, sobre todo, de los jóvenes; tenemos una mejor organización para cuidar y defender los votos; y nos apoyan muchos integrantes de las redes sociales. Además, la mayoría de los mexicanos no está haciendo caso de la guerra sucia ni está dispuesta a vender su voto a cambio de migajas o dinero, el pueblo no quiere limosnas, sino justicia. Por eso escucho, cada vez más, el grito de ¡Vamos a ganar!

El primero de julio en la noche me veo participando en la gran fiesta cívica nacional.

 
"Estoy absolutamente seguro de que amplios sectores de la sociedad no votarán por más de lo mismo (corrupción, desempleo, pobreza, inseguridad y violencia)".

 
 
 
 
Convocando a la unidad
 
Enrique Peña Nieto
 
Convocando a la unidadSerá una noche de celebración en la que me uniré al júbilo de esta fiesta democrática de la que todo México será parte. Una fiesta pacífica y esperanzadora El 1o. de julio concluye una etapa trascendental para la vida política del país. Por la noche, todos los mexicanos estaremos esperando los resultados electorales preliminares que darán a conocer la voluntad de los ciudadanos, quienes a lo largo y ancho del país habrán expresado su respaldo a un nuevo proyecto de nación.

Habrá terminado una jornada electoral histórica; una fiesta democrática de la que habrán formado parte todos los mexicanos indistintamente de su credo, edad, ideología, etnia o filiación política. Cerca de 80 millones de personas habrán decidido libremente más de 2,100 cargos de elección popular. Sus votos habrán sido contados por más de 1 millón de ciudadanos capacitados para ello y ante la presencia de más de 2 millones de representantes de partidos, 30,000 observadores electorales, de entre ellos, 500 extranjeros.

Estaré satisfecho por haber realizado, desde los primeros minutos del pasado 30 de marzo, una campaña constructiva, de propuestas y compromisos. Una campaña que escuchó a la enorme diversidad de voces de la sociedad mexicana, que respetó la ley y las instituciones electorales, que fue transparente en el uso de recursos y rindió cuentas puntuales a las instituciones y a la sociedad: estaré satisfecho por haber realizado una campaña democrática.

Una campaña en la que escuché y me comprometí con hombres y mujeres, niños, jóvenes, padres y madres de familia, adultos mayores, personas con discapacidad, población indígena; todos ellos mexicanos ansiosos de un cambio que nos permita superar esta crítica etapa de estancamiento económico, rezago social y violencia que no merecemos.

Una campaña a la que se sumaron mexicanos de toda la República al reconocer en el proyecto que encabezo la oportunidad de tener un mejor país, un México de libertades y oportunidades, de paz y seguridad, de educación de calidad, de empleo digno y de bienestar individual y familiar, una nación que vuelva a tener prestigio y reconocimiento a nivel internacional.

La noche del 1o. de julio, junto con todos los mexicanos, estaré aún más orgulloso de nuestro país, de su historia y de sus instituciones porque habremos demostrado al mundo entero nuestro compromiso con la democracia y nuestra voluntad de tener un mejor futuro en libertad. Esa noche estaré listo para ser el próximo Presidente de México.

La noche del 1o. de julio, tendré más presente que nunca los compromisos que he hecho a lo largo de esta campaña con todos los mexicanos, convencido de que iniciaremos una nueva etapa en la que el país va a recuperar la esperanza. Tendré claro que en esta nueva etapa tenemos que convocar a la unidad y a la reconciliación nacional para derrotar juntos a los verdaderos enemigos de México: la pobreza, la desigualdad y la violencia.

La noche del 1o. julio estaré pensando en la mañana del 2 de julio, ya que la construcción del nuevo México que todos queremos no puede esperar. No hay tiempo que perder. Si bien el próximo presidente gobernará durante 6 años, sus acciones u omisiones determinarán el rumbo del país durante los próximos 20 o 30 años. Soy consciente de los retos a superar y de las brechas por cerrar. Me he comprometido a erradicar el hambre que padecen más de 20 millones de mexicanos, a recuperar la paz y las libertades para que todas las familias puedan vivir tranquilamente, a construir un Sistema de Seguridad Social Universal que proteja a todos los mexicanos sin distinción alguna.

Será una noche de celebración en la que me uniré al júbilo de esta fiesta democrática de la que todo México será parte. Una fiesta pacífica y esperanzadora que consolidará nuestro largo camino hacia un futuro mejor. La noche del 1o. de julio México empezará a cambiar.

 
 
"Será una noche de celebración en la que me uniré al júbilo de esta fiesta democrática de la que todo México será parte. Una fiesta pacífica y esperanzadora"
 
 
 
 
Construyendo un México mejor
 
Josefina Vázquez Mota
 
Ha terminado el 1o. de julio. Millones de mexicanos han acudido con gran responsabilidad ciudadana a votar. Con apego a la ley, hace unas horas han cerrado las casillas y cientos de miles de ciudadanos han cumplido la tarea del cómputo de los votos. Agradezco la firmeza de quienes me han representado en las casillas para asegurarse de la aplicación estricta de la ley. Hemos tenido una elección que ha demostrado la convicción de los mexicanos en las reglas democráticas y en su anhelo por construir un México mejor en paz.

Hemos vivido una campaña en la que fue creciendo el ánimo y la esperanza de hombres y mujeres. Fue una campaña que se desarrolló bajo algunas nuevas reglas, siendo uno de los temas más discutidos los menores espacios para que los ciudadanos pudieran expresarse en medios de comunicación. En una democracia en proceso de consolidación como la mexicana, ninguna norma es definitiva y éste es uno de los temas que deberemos repensar.

La campaña también estuvo caracterizada por una discusión sobre la difusión de nuevos ejercicios de encuestas en los medios, que nos obliga a analizar los criterios de presentación que permitan a los ciudadanos conocer las fortalezas y debilidades de cada encuesta.

Las instituciones ciudadanas de nuestra democracia se han comportado a la altura de las circunstancias. Ante una reforma electoral que estableció nuevos procesos, el IFE actuó con eficacia y equidad. Ciertamente aún necesitamos avanzar para tener certeza jurídica en aspectos del arbitraje sobre la vigilancia de gastos de campaña que rebasan lo establecido o la vigilancia de los volúmenes de propaganda.

El IFE ha correspondido a la confianza depositada para la organización de la elección. El TRIFE ha consolidado criterios que han dado más certidumbre al proceso. Han prevalecido el orden y el respeto a las instituciones, sin faltar hechos que deberán ser resueltos en los términos previstos por la ley. Encontramos aún situaciones que afectan las condiciones de la competencia, como la compra o coacción del voto. Tenemos que fortalecer a la FEPADE.

A lo largo de la campaña tuve la oportunidad de escuchar a la gente y de integrar sus propuestas para el desarrollo del país. Logramos conformar la mejor propuesta, a juicio de los expertos y de la gente, gracias a los mecanismos de diálogo que establecimos.

Resalto la importancia de las voces de la juventud mexicana, que demostró que de ninguna manera es apática y que se ha convertido en una protagonista de la defensa de la democracia y las libertades.

Hoy las mujeres hemos participado como nunca antes y hemos conquistado nuevos espacios en la vida política.

Las Organizaciones de la Sociedad Civil nos han exigido más y han reafirmado su importancia para la sociedad mexicana.

Hoy culminamos el proceso electoral con una jornada en la que pudimos reafirmar y fortalecer nuestra convicción de que se puede participar en la vida pública con una visión honesta, con una propuesta franca, sin manipulación ni mentiras, sin pretender controlar a las conciencias.

La votación reunió las expresiones y voluntades de millones de mexicanos. Se expresaron en libertad los sueños y proyectos de vida de los jóvenes, las mujeres y los hombres que con su trabajo honesto construyen y mejoran día a día a nuestro gran país. Los migrantes votaron más que hace 6 años.

La decisión compartida que tomamos los mexicanos integra a la gente de las ciudades y el campo, a las amas de casa y jefas de familia, a los comerciantes y empresarios, a los intelectuales y artistas, a las personas con alguna discapacidad, a los científicos. Cada uno con su visión personal de los asuntos, pero todos compartiendo un interés: seguir construyendo un mejor México.

Ahora que ya conocemos el anuncio del IFE sobre el resultado, llega el momento de convocar a todas las fuerzas políticas a que junto a los ciudadanos construyamos la agenda de gobierno que nos dé más crecimiento y más seguridad y paz. México nos necesita a todos. Una agenda que en el nuevo Congreso de la Unión alcance las reformas que el país no puede postergar más.

Vivir en democracia reclama sobreponerse a las diferencias, trascender a los desencuentros y dar paso a los consensos. Esta es la hora. A ponernos a trabajar de inmediato.

 
"Llega el momento de convocar a todas las fuerzas políticas a que junto a los ciudadanos construyamos la agenda de gobierno que nos dé más crecimiento y más seguridad y paz".


Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto, Reforma, 27 de junio.

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