Prometen rifa... ¡pero esconden regalos!

TORREÓN, Coah.- Carmen Garza baja del autobús y antes de pasar los arcos detectores de metales una joven le entrega una gorra roja de Enrique Peña Nieto y un boleto con el logotipo del PRI y el número 24 mil 356.

Falta casi una hora para que el candidato del PRI a la Presidencia llegue al mitin y el cielo está cerrado, el aironazo levanta un terregal.

"Pásele, ¡no se vaya a ir antes de que se acabe eh!. Va a haber rifa de plasmas, microondas, estufas", le dijo la mujer a Carmen.

El enorme predio al aire libre, un rectángulo de tierra floja delimitado por cajas de camiones cubiertas con publicidad de los candidatos locales, a un costado de la Carretera a Matamoros, está repleto.

El PRI de los hermanos Moreira: Humberto, famoso porque en su Administración se contrató una deuda de 34 mil millones de pesos con documentos falsos; y Rubén, quien heredó el Poder como Gobernador, contrae el músculo y lo muestra.

Las primeras gotas violentas y heladas parecen granizo sobre la espalda. La lluvia arrecia feroz, los que no tienen paraguas ni lonas buscan refugio debajo de las sillas plegables. Nadie se va.

El escenario es semidesmantelado para evitar un accidente por el aironazo, el atril con el letrerito de "Vas a ganar más" es bajado del templete, la ristra de bocinas que pende de un arco de acero es tapada con lonas. Nadie se va.

Cuando el candidato aparece al fondo del gentío la lluvia cesa un poco, viene acompañado de su esposa Angélica Rivera y su hija Sofía Castro, también de Rubén Moreira.

Éste se desgarra la voz para presentar al candidato, quien a pesar del aguacero ha logrado subir al escenario con el peinado intacto.

Aquí, donde los encabezados de los periódicos a diario dan cuenta de balaceras y ejecutados, el abanderado tricolor promete desterrar la violencia, generar empleos bien pagados.

Soberbio ante la lluvia, dice que no hay tempestad que lo detenga en su camino.

Es generoso en promesas, aquí no firmara uno, ni dos ni tres compromisos, sino cinco. Los cumplirá, explica, porque va a "hacer equipo" con el menor de los hermanos Moreira. El suyo, asegura, no es un proyecto personal.

El discurso se abrevia porque los relámpagos empiezan a destellar tras los nubarrones.

Antes de concluir el mitin, Carola Viggiano, esposa de Rubén, les regala a los Peña Castro playeras del Santos, también trae una para su esposo.

Las del candidato y el Gobernador llevan los apellidos de cada quien y el número uno impreso en la espalda con letras doradas.

Peña Nieto, aficionado al Toluca, viste el jersey del campeón del futbol mexicano, no llega a la camioneta con él, lo avienta a alguien en el recorrido a la salida.

El cantante Pablo Montero también le regala sombreros de charro para que los aviente a los simpatizantes.

Cuando Peña Nieto desaparece, el animador y el payaso "Chicharito" toman el micrófono para anunciar la esperada rifa.

"Un horno de microonda es para el boleto con el número 26 mil 368", dice el animador, quien porta un gafete del PRI con la leyenda "organizador".

"Los premios güey, no los vemos", grita un hombre. Los premios no están, los datos de los ganadores los apunta una joven en una libreta y éstos reciben un certificado para pasar por el regalo al PRI estatal.

Apenas van cinco ganadores cuando el chubasco regresa. Los animadores anuncian la cancelación del sorteo porque la consola de sonido, dicen, no puede mojarse.

Una turba de mujeres enfurecidas se abren paso como pueden entre las rejas de acero y se suben al templete en reclamo por la cancelación.

"¿Por qué la van a cancelar? También estaba lloviendo antes de que llegara el candidato, ¿a poco a él lo cancelaron?".

"Fraude, fraude, fraude", gritan a coro.

La cosa no llega a más porque los camiones que las trajeron encienden los motores. "Ándele ma', como quiera ya vio a Peña Nieto de bien cerquitas", le recuerdan a una de ellas.


Osvaldo Robes enviado, Reforma, 19 de junio.