Usan migrantes ruta hidalguense

ATITALAQUIA, Hgo.- Reabierta apenas en marzo pasado, luego de permanecer cerrada por dos años, la Casa del Migrante "El Buen Samaritano" atiende actualmente a alrededor de 150 indocumentados centroamericanos a la semana.

Atendido por religiosas de la orden de los Sagrados Corazones de Jesús y María y a cargo de Carlos Amador, párroco de la iglesia local, el albergue, instalado a orillas de las vías de ferrocarril, ofrece comida y un lugar para dormir a algunos de los migrantes que arriban a bordo del tren chatarrero que cruza por la localidad.

De acuerdo con el personal del refugio, el número de indocumentados en tránsito hacia Estados Unidos que pasan por Atitalaquia y el municipio vecino de Tula se ha incrementado en los últimos meses y roza actualmente los 2 mil a la semana.

Para Amador, uno de los principales retos que plantea la atención a los migrantes en la zona lo constituye la desconfianza de los vecinos, que provocó el cierre del albergue apenas a un año de haber sido abierto.

"Los migrantes no son criminales, ellos van de paso y lo único que quieren es llegar a su destino", remarca en entrevista.

"Hay gente que ve a los migrantes como un peligro. Ya un día nos mandaron a la Policía, allanaron la casa, los golpearon, los sacaron de este lugar y los tiraron en una barranca. Hasta al propio encargado fue agredido por la fuerza pública. Eso fue en el pasado gobierno municipal. Gracias a Dios terminó y se volvió a abrir este albergue".

La mayoría de los centroamericanos, comenta, llegan a la localidad procedentes de Lechería, en el Estado de México, donde apenas hace unos días fue cerrada la Casa del Migrante "San Juan Diego", también por reclamos de los vecinos.

Luego de descansar en el albergue, explica, los migrantes siguen su camino rumbo al norte, en una ruta en la que abundan los asaltos, las agresiones y los abusos.

Los propios vigilantes del tren, reprocha, los extorsionan para dejarlos subir a las góndolas o vagones. En ocasiones, lamenta, el tren es es interceptado por bandas de delincuentes que roban las pacas de aluminio o fierro y atacan a los indocumentados que viajan a bordo.

 
ODISEA
 
El trayecto hacia EU está lleno de riesgos e inconvenientes. Alexis, un panameño de 18 años, oculta apenas su cansancio.

"Ha sido muy difícil todo esto. No hubo tren de Arriaga (Chiapas) a Tierra Blanca (Veracruz). Llevamos un mes en México. Nos quedamos varados en Loma Bonita y de ahí caminamos dos días", relata.

"Casi todos traemos los pies destrozados, ese ha sido parte del sufrimiento. No hemos sido atacados por delincuentes, aunque en este camino se sufre de todo, lluvia, hambre, calor, de todo".

El joven migrante viaja con un grupo de alrededor de 80 hondureños y guatemaltecos en el tren chatarrero, al que consideran más fácil de abordar que los que transportan combustibles o semillas.

Sin embargo, uno de sus compañeros fue partido en dos por el tren al caerse vencido por el cansancio.

"Íbamos bien pero hay movimientos bruscos del tren y en una de esas uno de los que iban colgados se descuidó", lamenta.

Para el panameño, la estancia en la Casa del Migrante ha significado un respiro.

"La verdad es que han sido días muy difíciles. En Oaxaca y en Veracruz encontramos donde dormir, pero en el Estado de México ya cerraron el albergue y sólo está la calle", explica.

 
 
 
En ascenso
 
Extranjeros detenidos en estaciones migratorias de Hidalgo:
 


2007826
2008152
2009501
20101,606
20111,832
2012943 (Hasta mayo)


 


 
Fuente: Instituto Nacional de Migración


Verónica Jiménez, Reforma, 20 de julio.

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