Advierte Coneval riesgo por carestía

El incremento en el precio de alimentos básicos como la tortilla, el frijol y el huevo implica el riesgo de que las familias de menos recursos disminuyan su gasto en comida u opten por productos menos nutritivos, advirtieron especialistas.

Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señaló que la disminución de la capacidad adquisitiva del ingreso tiene repercusión en los niveles de pobreza en el país.

"Los precios de los alimentos han subido más que la inflación desde el año 2007, más o menos. La razón de que la pobreza subiera en 2006-2008 fue exactamente ésa, que el precio de los alimentos subió. Sigue el problema latente. Los expertos dicen que la volatilidad de los precios continuará en el corto plazo; por lo tanto podría pegarle a la pobreza en ese aspecto del ingreso", explicó en entrevista.

De acuerdo con el más reciente reporte del Coneval sobre la evolución mensual del valor de la canasta alimentaria, su costo aumentó 11 por ciento a precios corrientes entre septiembre de 2011 y el mismo mes de este año, para ubicarse en mil 144 pesos mensuales per cápita en las áreas urbanas y en 818 en las rurales.

En tanto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor, que mide la inflación general, se incrementó menos de 6 por ciento.

La primera semana de octubre, la empresa de investigación de mercados GFK presentó los resultados de una encuesta levantada en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, según la cual el 14 por ciento de la población respondió haber dejado de consumir huevo luego de que se disparara su precio por la epidemia de gripe aviar.

La cifra se eleva hasta 26 por ciento si se considera sólo al nivel socioeconómico bajo. En general, 64 por ciento de los consumidores dijeron comprar menos huevo de lo acostumbrado.

El siguiente paso que las familias pueden dar va en dos sentidos, coincidieron el titular del Coneval y el director de la asociación civil El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo: o destinan mayor parte de sus ingresos a la compra alimentos -gasto que en promedio es de 32.7 por ciento, pero entre los más pobres alcanza el 47.4-, o cambian los productos que consumen, aunque eso implique sacrificar nutrientes.

"Van por los alimentos más baratos. Se deja de consumir huevo o carne o leche", alertó Hernández Licona.

Para Calvillo, quien sale ganando con el aumento de precios es la industria de la comida chatarra porque falsamente se cree que es más barata.

"Si cambia, por ejemplo, como lo sugirió (el Secretario de Economía, Bruno) Ferrari, quien dijo 'coman salchichas en vez de huevo', eso es un daño a la salud brutal. A un niño al que tú le estás dando salchichas de manera frecuente le estás generando un riesgo de cáncer porque hay sustancias cancerígenas dentro de los embutidos", alertó el especialista.

De por sí hay datos de que en 2010 la población gastaba ya más en refrescos que en huevo, tortilla o frijoles, lamentó, por lo que hacen falta políticas públicas en el sentido de fomentar una mejor alimentación, por un lado, y por otro garantizar la disponibilidad de alimentos que se producen, así como facilitar también el acceso a los mismos, lo cual tiene que ver con los ingresos.

 
 
 
 
Sin freno

Costo per cápita, a precios corrientes, de la canasta alimentaria básica al mes de septiembre: (pesos) 


 UrbanaRural
2006787558
2007824580
2008882619
2009981699
2010986691
20111,030723
20121,144818


Fuente: Coneval

Ixtaro Arteta, Reforma, 21 de octubre.

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