El chavismo inicia una nueva era


CARACAS.— Hugo Chávez logró su cometido, pero con un precio demasiado alto. Logró el pasaporte para intentar cumplir 20 años en el poder, aunque en el camino dejó buena cuota del crédito para la gobernabilidad con la que había ingresado a este proceso electoral.
El presidente sale de dicho proceso con una oposición estructurada, transformada en alternativa y lista para disputarle todos los espacios de poder posibles, lo que podría ser leído como el inicio del final de una época.
El chavismo como se lo conoció hasta aquí está obligado a cambiar o a sucumbir ante sus propias contradicciones. Arrancó la campaña con una diferencia de 18 puntos y terminó envuelto en una nube de nervios y temores, a pesar de contar con todos los medios y la estructura del Estado a su favor para alcanzar la victoria, misma que tendrá que asumir en un escenario lleno de nuevos actores políticos, algo a lo que el chavismo no está acostumbrado.
El descontento cada vez más acentuado en los sectores populares, el descalabro de la economía (aun con las cuantiosas regalías petroleras), y el estilo autoritario, y agotado para buena parte de la sociedad, de un Chávez enfermo, llevaron al chavismo a sufrir un poco más de lo que esperaba.
Mientras se profundizaba la polarización, la oposición cobró una nueva dimensión con un candidato, Henrique Capriles, que consolidó su liderazgo montado sobre el propio proyecto del coronel paracaidista, para intentar domarlo y llevarlo a su rincón. Quedó claro que a Capriles le faltaron unos días para terminar de penetrar en el núcleo duro de los votantes c chavistas, pero le alcanzó para preocupar al gobierno venezolano.
De menos a más
Para Chávez, los últimos días estuvieron cargados de miedos. Capriles había ido de menor a mayor. Fue construyendo su discurso y proyecto golpeando allí, sobre las heridas de estos 14 años, la violencia, la falta de respuestas sociales por fuera de la propaganda oficial, el autoritarismo desembozado. Y ha quedado a la espera de que el chavismo enfrente el ajuste fiscal que se viene sin miramientos y atraviese el drama de la sucesión presidencial. Esos son los dos desafíos que tiene por delante el chavismo en esta nueva era en el poder.
Mientras ajusta y reorganiza el alocado gasto público, que tiene extenue a la petrolera PDVSA, el chavismo deberá dirimir sus contradicciones internas para evitar una debacle acelerada si, llegado el caso, tuviera que ceder a la sucesión como consecuencia de su enfermedad.
Tiempos difíciles
Los futuros no serán días fáciles para el reelecto Chávez y su gobierno. Ayer, casi la mitad del país le volvió a discutir en las urnas su forma de gobernar con su ya consabido autoritarismo. Pero el manejo de la estructura estatal al servicio de la perpetuación aún es fuerte.
En una elección tan importante también para la región, los aliados de Hugo Chávez deberían tomar nota y revisar el recetario. A pesar de la victoria del amigo militar, todo parece indicar que ayer dio inicio la última etapa de Chávez, y por ende, el cierre de toda una época.
José Vales enviado, El Universal, 8 de octubre.

0 Responses to "El chavismo inicia una nueva era"