Entre sospechas mutuas, abren pláticas de paz en Oslo el gobierno de Colombia y las FARC

En una cita histórica, la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano se sentaron ayer en una mesa de negociaciones, en el primer intento en más de una década por hallar una solución a la confrontación. El encuentro, que tiene lugar en Hurdal (cerca de la capitalnoruega de Oslo) y reúne al equipo negociador del Ejecutivo de Juan Manuel Santos y a algunos de los principales líderes de la guerrilla, dejó entrever en su primer día las grandes diferencias existentes entre ambas partes.

Posturas opuestas. El líder de los negociadores de las FARC, Iván Márquez, planteó revisar el modelo de desarrollo económico del país, algo que el delegado del gobierno rechazó de plano. “No estamos discutiendo el modelo de desarrollo económico, no estamos discutiendo la inversión extranjera”, dijo el jefe del equipo del Gobierno, Humberto de la Calle. “Para que eso se discuta en la agenda colombiana, las FARC tienen que dejar las armas, hacer política y ganar las elecciones”, zanjó después, poniendo de relieve las grandes asperezas que todavía deben limar ambas partes.

La delegación del gobierno colombiano recordó en este inicio del proceso de paz que no pretende que las FARC depongan sus ideas, sino que luchen por ellas en democracia. Al respecto, Iván Márquez dejó claro que las posiciones históricas del grupo rebelde siguen inalteradas al pronunciar un largo discurso, que algunos observadores tacharon de anacrónico, en el que criticó con dureza las reformas agrarias de la actual administración colombiana, así como la explotación petrolera y minera por parte de empresas multinacionales.

“La locomotora minero energética es como un demonio de destrucción socio ambiental que si el pueblo no la detiene en menos de una década convertirá a Colombia en un país inviable”, sostuvo Márquez.

Agenda repleta. El proceso, que se desarrolla bajo el principio “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, comprende en su agenda temas como las políticas de desarrollo agrario, las garantías para el ejercicio de la oposición política, el fin del conflicto, la solución del narcotráfico y la compensación a las víctimas. A partir del 15 de noviembre, estas conversaciones se trasladarán a Cuba, donde se tratará confidencialmente el primer capítulo de la agenda, que es precisamente el desarrollo agrario.

La Crónica, 19 de octubre.