La caravana “Liberando la esperanza” limpia 14 “lugares malditos” de México

Las mujeres centroamericanas que integran la caravana “Liberando la esperanza” limpian los “lugares malditos” de 14 estados del país, donde han desaparecido entre 70 y 120 mil migrantes que intentaban arribar a Estados Unidos.

En su paso por Reynosa, Tamaulipas, la coordinadora del movimiento, Martha Sánchez, indicó que para sus integrantes quienes intentan dar con el paradero de sus familiares, ya es costumbre limpiar los lugares donde los migrantes han fallecido, con lo que buscan ya no haya lugares malditos en México.  

“Queremos limpiar todos los lugares donde han desaparecido migrantes, y esto nos lo propusimos en la pasada caravana, en San Fernando, Tamaulipas, justo en la zona donde la delincuencia ejecutó a los 72 migrantes”, señaló Sánchez.  La coordinadora explicó que en Centroamérica, Tamaulipas es considerado como uno de los estados más peligrosos, porque es donde mueren grandes cantidades de indocumentados. Es por esto que durante la  limpia simbólica, las mujeres bendijeron las aguas del río Bravo durante su visita a la Cruz del Migrante, situada a un costado del puente internacional Reynosa-Hidalgo.

La coordinadora habló sobre la  eficacia del movimiento y los resultados que ha dado.

“Hemos encontrado a unas cien personas en la caravana, pero muchas más se han puesto en contacto con sus parientes porque nos ven en la televisión y encuentran un número telefónico donde encontrarnos”

Por otra parte, las madres le ofrecieron al subprocurador para la Investigación y Búsqueda de Personas no Localizadas de la PGJE, Juan José Yáñez Arreola, las fichas de sus hijos, también llenaron formatos con las características de sus familiares, con la finalidad de formar una nueva base de datos.

Dentro de los hechos, tras cinco años de espera,  Olga Hernández se reunió con Gabriel Salmerón en un centro derehabilitación de Nuevo León.

El reencuentro se suscitó gracias a que una amiga de Gabriel le informó que en las noticias referentes a la caravana de 2011, se publicó una fotografía de él, quien salió de Progreso y Oro, Honduras, de donde es oriundo hace cinco años y había perdido todo tipo de contacto con sus familiares.

Pese a que logró llegar a Estados Unidos, fue deportado poco tiempo después a México, donde se dedicó a delinquir, así lo contó durante una ceremonia religiosa.

Posteriormente fue recibido en el centro de rehabilitación, donde recibió el apoyo necesario para redimir su situación.   

La madre de Gabriel dijo que después de participar hace un año en la caravana regresó a Honduras y dos meses después recibió una llamada del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), avisándole de la localización del joven.

La Crónica, 21 de octubre.