Luchan cubanos por tener una casa

LA HABANA.- Desde que Mayito se casó con Teresa y nacieron los gemelos sólo han pasado cinco años. Pero esta pareja afirma que el tiempo se les ha hecho más largo que "a dos pulgas en un perro de plástico".

"Imagínese, compartiendo habitación con mi hermano menor y nuestros hijos, en la casa de mis abuelos, con mi mamá por el medio, trabajando cada cual en lo suyo y luego construyendo en los altos una vivienda nuestra, para independizarnos" cuenta a REFORMA la joven.

A sus 32 años, Mayito, profesor de educación física, gana al mes 480 pesos cubanos, 20 dólares, y completa sus ingresos entrenando a un extranjero que le paga el doble por correr con él cada día.

Ya hace un lustro que después de su jornada laboral, y los fines de semana a tiempo completo, este gimnasta, convertido en obrero de la construcción por necesidad, levanta con sus propias manos una sala-comedor, cocina, dos dormitorios y baño sobre la azotea de la vieja casa familiar de su esposa.

"Un albañil privado por enchapar un metro cuadrado de azulejos te cobra la mitad de lo que yo gano al mes en la escuela", calcula rápido.

En total, la casa de esta familia tendrá 55 metros cuadrados construidos, incluida una terracita cubierta.

"Y es que entre lo caros que son los materiales, lo difícil que resulta encontrarlos todos, y el precio tan duro que tiene la mano de obra, aún me quedan como 10 meses o más para acabar", afirma Mayito.

Lo más difícil, según dice, es cuando ha logrado comprar ilegalmente materiales que no hay en las tiendas y al momento de descargarlos le caza la Policía.

Además, opina que las tiendas en moneda nacional venden productos "de pésima calidad y tan feos que dan pena" por lo que en ocasiones no queda más remedio que comprar en las que venden en divisa.

Entre una cosa y otra cuando Mayito y Teresa acaben su casa, a finales de 2013, calculan que se habrán gastado en hacerla 150 mil pesos cubanos, unos 6 mil 250 dólares.

Los créditos bancarios a particulares para restaurar o construir, son parte de las reformas aplicadas desde diciembre pasado. Pero como muchos de sus paisanos, Mayito y Teresa, educados en los conceptos económicos del socialismo criollo, temen endeudarse en una etapa de cambios donde nadie acaba de entender del todo las nuevas normativas.

 
- Sólo en la capital hay más de 12 mil personas que viven en albergues comunitarios, más de 100 mil que esperan ser acogidas porque sus casas son inhabitables y unas 250 mil que malviven en condiciones de precariedad en azoteas, solares y pasillos insalubres.

- Vista de la ciudad de La Habana en la que se muestra como las azoteas son adecuadas para albergar más viviendas.

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 10 de octubre.

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