El Senado modificó la minuta de reforma laboral a fin de incluir artículos —que fueron borrados por los diputados de la iniciativa del presidente Felipe Calderón— con relación a la transparencia, rendición de cuentas y democracia sindical.
Con una asistencia total y permanente de 128 senadores, las bancadas tuvieron que cabildear algunos temas prioritarios que fueron desechados en San Lázaro, en donde el PRI junto con el PVEM y Nueva Alianza tenían la mayoría.
En el Senado, la mayoría del PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza aprobó que los líderes sindicales sean elegidos por voto libre, secreto y directo; que se transparenten los contratos colectivos y el destino de las cuotas sindicales.
Pero antes, por unanimidad se aprobaron cuatro artículos (364 bis, 365 bis, 391 bis y 424 bis) que establecen la máxima publicidad de los registros de los sindicatos —que deberá incluir domicilio, nombre, integrantes del Comité Ejecutivo y números de socios—, difundir y entregar a cualquier persona los contratos colectivos y expedir copias de los reglamentos interiores de trabajo de las organizaciones gremiales.
Los cuatro artículos anteriores se votaron por unanimidad, por 128 senadores, ya que ayer en un hecho inusual, no faltó un solo senador al momento de votar.
El vicecoordinador del PRI en el Senado, Arturo Zamora Jiménez, aseguró que el tricolor no está en contra de latransparencia sindical, pero que la reforma enviada por el titular del Ejecutivo es en materia laboral y no sindical, por lo que insistió en que su partido no avalaría violaciones a la autonomía de los sindicatos, garantizados en la Constitución y tratados internacionales.
Su correligionario, Omar Fayad, consideró que el Senado se metió en un “falso debate”, pues la reforma que se discute es “laboral no sindical”. Y ofreció a las otras fuerzas políticas que se llegue a un consenso político para presentar más adelante, justamente una reforma sindical.
Pero el bloque PRI-PVEM (61 votos) se confrontó con la alianza PAN, PRD, PT y Movimiento Ciudadano, que suman 66 votos, por los artículos que establecen la elección de líderes sindicales mediante voto libre, directo y secreto; un auditor externo para los sindicatos mayores de 150 miembros, y la transparencia en el destino de las cuotas y el patrimonio de los sindicatos. Temas contenidos en los artículos 371 y 373, respectivamente.
Con el voto de la senadora de Nueva Alianza, Mónica Arriola Gordillo, hija de la maestra Elba Esther Gordillo Morales, quien por la mañana proyectaba su voto en bloque con PRI-PVEM, se aprobó el 371, referente al voto libre y secreto.
Además, los 66 senadores del PAN, PRD, PT y Movimiento Ciudadano se impusieron para incluir en esta minuta un nuevo artículo, el 388 bis, y revivir el 390, con los que según la senadora perredista Alejandra Barrales, se busca acabar con “sindicatos charros o blancos”, pues los artículos regulan que las juntas publiquen de inmediato sus registros y contratos.
Al respecto, el senador del PAN, Javier Corral Jurado, dijo que con el 388 bis se termina con “la simulación” de los sindicatos blancos, pues el país requiere sindicatos democráticos, donde sus directivos sean responsables de sus actos frente a la ley y ante los trabajadores.
El senador del PRD, Armando Ríos Piter, dijo que el voto que hoy dé el PRI en este tema dejará claro si hay realmente una modernización en el interior del partido o sus legisladores siguen atados al pasado. “Reflexionen este voto, es un referéndum de si el PRI quiere seguir atado al pasado o forman parte de una nueva generación, y que estoy convencido se quieren quitar el lastre de ese modelo que tanto daño le hizo al país, están a favor de la democracia sindical”, dijo Ríos Piter.
El proyecto regresará a la Cámara de Diputados, quienes únicamente revisarán los ocho artículos modificados, toda vez que el resto de las modificaciones se avalaron en los términos que fue enviada.
En la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja —en donde tiene mayoría el bloque del PRI-PVEM— se ratificarán o rechazarán las modificaciones hechas por los senadores. Si no hay más cambios, la reforma laboral pasa al Ejecutivo para su publicación, si hay ajustes regresa a la Cámara Alta.
Elena Michel y Ariadna García, El Universal, 24 de octubre.
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