Vitorea a Chávez una marea roja

CARACAS.- "Dios nos dio (Hugo) Chávez, y hasta que Dios no los quite", expresó Meury Oropeza a la espera de la llegada del Presidente de Venezuela, quien busca la reelección, para el cierre de su campaña.

Desde las 6:00 horas, Oropeza llegó al centro de Caracas y vio cómo, hora tras hora, chorrearon personas de todo el país.

Fervientes seguidores como ella y funcionarios públicos acarreados de diferentes puntos del territorio la iban empujando hasta que quedó pegada a las barreras desde donde podía observar de cerca al hombre, que, afirma, es el más sensible y humanitario.

Grupos musicales amenizaron la espera; una fuerte lluvia restó voluntad a algunos, principalmente a aquellos que acudieron por miedo a perder su trabajo en el Gobierno.

Finalmente, antes de las 15:00 horas, apareció el líder de la autodenominada revolución bolivariana.

Corrió cual artista sobre la tarima bajo la lluvia, y la gran masa roja de personas que colmó la céntrica Avenida Bolívar y otras aledañas lo aclamó.

Inició su intervención cantando el himno nacional con los asistentes. Se dijo convencido de la victoria en las elecciones del 7 de octubre sobre su contrincante, Henrique Capriles. El domingo, afirmó, se juega el futuro de Venezuela.

"¡Uh, ah! ¡Chávez no se va!", repetían los asistentes.

Durante los 33 minutos que duró su discurso, prometió que, si gana, reducirá la miseria a cero, otorgará viviendas a todos, eliminará el desempleo y, además, llevará a Venezuela a ocupar el primer lugar mundial en matrícula escolar.

"San Francisco, ése que era rico y le entregó todo a los pobres (...): así somos nosotros, como San Francisco, instrumentos para la paz del pueblo. Nos ha caído el agua bendita de San Francisco", expresó Chávez.

Meury Oropeza asentía: "Después de Dios eres tú".

"Él liberó a esta Venezuela, y queremos que siga mandando. No queremos a esos majunches ("poca cosa", calificativo con el que Hugo Chávez llama a Capriles) porque nos negaron muchas cosas en el pasado", expresó.

Apenas cuatro días atrás, un millón de partidarios de Capriles se había concentrado en la misma avenida para su cierre de campaña en la capital. Ayer, el oficialismo aseguraba haber reunido la misma cantidad en el centro de Caracas, e incluso afirmó que la concentración fue la más grande de la historia venezolana.

"Puedo ponerme cualquier camisa, del color de uno o de otro, pero a la hora de votar yo voy a escuchar lo que dice mi conciencia", dijo un abogado funcionario público que fue presionado para acudir a la marcha y que, para evitar represalias, pidió no incluir su nombre.

Cientos de autobuses congestionaron las calles de Caracas, mientras que algunas oficinas públicas estuvieron cerradas, y otras, con poco personal.

Chávez, quien se dice curado del cáncer que le fue diagnosticado en 2011, aseveró ayer que la batalla que ahora encabeza es una continuación de las luchas sociales en Venezuela, que iniciaron hace 500 años con la llegada de los españoles; posteriormente, la independencia, y finalmente su proceso, iniciado en 1992 con un intento de golpe de Estado.

"El comandante tiene 14 años en el poder, pero apenas ahora es que está empezando a mandar", justificó Jenny Hernández, otra asistente.

Con gestos y música de lucha y guerra finalizó el evento.

"¡Viva Venezuela! ¡Hasta la victoria siempre! Nos vemos el domingo. Gana Chávez el 7 de octubre", concluyó el Presidente rodeado de su familia.

La cita, insistió el animador del evento, es el próximo domingo. Tras un toque de diana, sus partidarios deberán salir a formarse en los centros de votación para expresar su voluntad.

Recordaron: "Amor con amor se paga. No le podemos fallar".

 
 
 
ASÍ LO DIJO
 
 
"Chávez no les fallará, yo sin duda he cometido errores, pero ¿quién no comete errores? (...) ¿Acaso Chávez se vendió a la burguesía? ¿acaso Chávez como Presidente se dejó doblegar por el imperialismo?".

Hugo Chávez, Presidente de Venezuela

Valeria Huérfano enviada, Reforma, 5 de octubre.

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