“El sufrimiento me ha impulsado”


BOLAÑOS
Un wixarika que cada día hace frente a la discriminación y que orgulloso de sus raíces reconoce formar parte de un mundo globalizado, gobierna este municipio del norte de Jalisco.
Con 33 años de edad, Óscar Hernández Hernández es el primero en la historia de la etnia wixarika o huichol, como se le conoce en español, que llega a presidente municipal.
Bolaños es una localidad enclavada en un cañón en los límites con Nayarit, habitada por unas 8 mil personas, de las que 75% son wixaritari.
“Somos muy pobres. Nunca nos han tomado en cuenta para nada; sólo nos utilizan siempre para conseguir votos y nos agarran de bandera política. En todos estos municipios del norte de Jalisco la mayoría somos wixaritari, pero nunca nos habían dejado llegar a puestos altos de elección popular, hasta ahora. Esto nunca había pasado a nivel nacional”, señala el alcalde que inició funciones el pasado 1 de octubre.
Un smartphone (teléfono inteligente) que lleva en una mano contrasta con la vestimenta típica wixarika. Él asegura que el uso de la tecnología es por competitividad, concepto que aprendió al no intimidarse ante la discriminación vivida desde que tiene memoria en la comunidad El Manguito, en el municipio de Mezquitic, de donde es originario.
“Una hermana mía se andaba muriendo porque le había picado un alacrán y el doctor no nos quiso atender porque estaba en un cumpleaños, y yo dije que cuando sea grande iba ser doctor para atender a la gente como es debido. Eso fue lo que desde niño me motivó a salir adelante”, refiere.
Y agrega desde el escritorio en su oficina: “Vivimos en un mundo globalizado y hay que ser competitivos en lo que uno hace. Eso lo fui aprendiendo. Lo que me ha impulsado es lo que hemos sufrido nosotros. Desde niño fui muy discriminado porque decían que yo no iba a ser nada algún día”.
De cuando en cuando, la charla con EL UNIVERSAL fue interrumpida por funcionarios y directores de área del ayuntamiento. Algunos de esos empleados, todos mestizos (nombre que usan los wixaritari para referirse a los que no son de su etnia) una hora antes de la cita habían minimizado al edil. Uno dijo que con o sin alcalde el ayuntamiento trabajaba; otro criticó que los fines de semana el presidente se iba a la sierra y se olvidaba del municipio, “y allá debería quedarse”, remató entre risas.
“Ya uno se acostumbra a eso, a la burla, y la ignorancia. Hay actos en los que me preguntan que si hablo español, que si sé leer y escribir y se murmuran entre ellos, y yo les digo que un poco —suelta una risa breve y continúa con mesura— pero mejor me quedo calladito, y cuando hay que decir algo puedo defenderme bien”, advierte.
El profesor o maestro, como lo conocen, recuerda que inició la escuela en Bolaños. En Nayarit, se tituló como licenciado en Educación Básica por la Universidad Pedagógica Nacional. Óscar puntualiza que ni alejarse de su familia y convivir con mestizos lo separó de su cultura.
“Siempre escuché los consejos de mi papá y mi madre. Siempre he practicado las tradiciones de los wirraritari”, agrega mientras se acomoda el sombrero tradicional xupurexu.
Ya titulado, con 19 años, en 1998 regresó a Bolaños. Entonces fue enviado al poblado de El Vallesito, donde sirvió 13 años en la escuela Pascual Chino de la Cruz. Esta responsabilidad lo llevó de manera involuntaria a la política.
“Me tocó iniciar la escuela, yo era director, profesor, intendente, de todo. Y empezamos de cero. Hoy ya hay todo, inclusive enciclomedia y sí funciona”, presume y sin titubear que todo lo logró a fuerza de negociar con autoridades y candidatos.
La estrategia era simple: los candidatos prometían servicios a cambio de votos y el maestro los hacía comprometerse por escrito. Ganadas las elecciones, las promesas debían cumplirse. “Cuando ganó el candidato vine a la presidencia, vine con otras dos o tres gentes y pues el alcalde ya no hallaba que decir, y le dije que si lo prometió que lo cumpla. luego yo alertaba más a la gente de como debe de ser”.
Al paso de los años, su labor se reflejó más allá de la escuela. “De mala gana pero si nos apoyan. Entonces pedimos luz. Todo El Vallesito tuvo luz”.
Óscar logró dos diplomados en México y uno más en la Universidad de Georgetown en Phoenix, Arizona. Hace un año terminó una maestría en Ciudad Madero, Tamaulipas. Al concluir fue impulsado a buscar un puesto de elección popular.
Para las elecciones de 2009, el profesor comprometió a dirigentes del PRI a que le dieran la oportunidad de contender en el proceso interno de elección de candidatos para los comicios de 2012.
Reconoce que no es priísta, pero señala que fue el único partido que le abrió las puertas. “Le pedimos al PRD y no quisieron, con el PAN muy difícilmente, y el PRI dijo que sí, y aquí estamos”.
Ahora el cabildo lo comparten wixaritari y mestizos. El presidente municipal consulta al consejo de ancianos de su etnia y a ex alcaldes para la toma de decisiones.
“Tengo planeado un programa especial para nuestra cultura, para nuestros usos y costumbres. Incluso cuando estuve con el gobernador electo (Aristóteles Sandoval) se lo he planteado; al presidente (Enrique Peña Nieto) también se lo he platicado. Se comprometieron y hasta ahorita parece que si va en serio”.
Ulises Zamarroni corresponsal, El Universal, 4 de diciembre.

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