Obama busca cierre de filas migratorio


WASHINGTON.— El presidente Barack Obama buscó ayer un cierre de filas entre los demócratas que aún tienen dudas en torno a un proyecto de reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía. Aunque Obama tiene el respaldo de su partido, la necesidad de evitar fisuras y divisiones para enfrentar el embate de los republicanos le obligaron a reunirse con algunos senadores de su partido, en el marco del encuentro del liderazgo demócrata realizado en la ciudad de Annapolis.
“El presidente ha hecho de la reforma migratoria un asunto de la más alta prioridad”, aseguró ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, al confirmar que el tema centraría las conversaciones entre el presidente y senadores demócratas, cuyo apoyo será crucial en el proyecto bipartidista de reforma que nació justo en la Cámara Alta. El encuentro estuvo cerrado a la prensa.
Además de la reforma migratoria, Obama puso sobre la mesa la iniciativa para implantar una prohibición contra las armas de asalto y los cargadores de gran capacidad.
“El presidente está convencido de la necesidad de aprobar esta iniciativa y por ello ha sugerido incluso la posibilidad de someterla a voto”, señaló Carney al reconocer que este asunto resulta delicado para algunos senadores que temen a la reacción no sólo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), sino de los electores.
Mientras Obama buscaba la unidad del partido para acometer la fase más crítica de la batalla por la reforma migratoria, los primeros síntomas de un reacomodo de posiciones asomaban desde el Partido Republicano. Por primera vez, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo que la posibilidad de que los hijos de indocumentados —conocidos como “dreamers” o soñadores— puedan acceder a la ciudadanía, es digna de “tenerse en cuenta”.
El pronunciamiento de Boehner, quien votó contra la Dream Act en 2010, supone un cambio en la posición de algunos republicanos que han comenzado a mudar de estrategia tras la estrepitosa derrota de su candidato a la presidencia. El cambio de tono se ha acentuado tras hacerse público el apoyo de los senadores republicanos John McCain y Marco Rubio, a favor de una reforma migratoria que incluya a los hijos de indocumentados.
Boehner confirmó esta semana la existencia de un grupo bipartidista que ya trabaja en la confección de una iniciativa de reforma migratoria desde la Cámara Baja.
“Hay un buen número de congresistas de los dos partidos con muy buenas ideas aquí en la Cámara de Representantes”, aseguró Boehner sin entrar en el detalle de una iniciativa que aún tendría que conciliar posiciones entre ambos partidos antes de ser presentada en sociedad.
El pronunciamiento del líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja se produce después de que su número dos, Eric Cantor, asegurara que la causa de los dreamers era un buen punto de partida.
La lucha de más de 2 millones de hijos de indocumentados se ha convertido así en la avanzada de un movimiento a favor de una reforma migratoria que hoy es objeto de un intenso proceso de reacomodo de fuerzas y posturas, principalmente en el Partido Republicano, que deberá sortear un incierto proceso de luchas intestinas para definir su posición (y quizá su futuro político) frente al complejo fenómeno de la inmigración indocumentada.
Un sondeo de la cadena ABC y del diario The Washington Post reveló ayer que 49% en EU aprueba el enfoque migratorio de Obama, contra 43% que no lo aprueba.
Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 7 de febrero.

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