Pide Peña a las fuerzas armadas una política de defensa nacional


Las fuerzas armadas fueron instruidas ayer por el presidente Enrique Peña Nieto para que elaboren y propongan una política de defensa nacional y guíen su actuación con respeto a los derechos humanos.
Además, les ordenó que “en tanto se aplica plenamente la nueva política de Estado por la seguridad y la justicia de los mexicanos, sigan apoyando las labores de protección ciudadana para reducir la violencia en el país”.
En un acto solemne inusual –según algún vocero de la Presidencia, insólito–, los titulares de la Defensa Nacional y de Marina entregaron, respectivamente, la espada y el sable de mando de los institutos armados al titular del Ejecutivo federal en su condición de comandante supremo de las fuerzas armadas del país.
Atestiguaron el hecho los integrantes del gabinete legal y ampliado, así como altos mandos del Ejército y de la Armada. Fue una ceremonia breve, preámbulo de la participación del jefe del Ejecutivo en otro acto, celebrado minutos después en la Plaza de la Constitución, donde presenció la firma de un convenio entre el Gobierno del Distrito Federal y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) e inauguró la exposición La gran fuerza de México, en el centenario de la creación del Ejército nacional.
En el Zócalo capitalino, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, reconoció en las fuerzas armadas de México “los recios pilares que sostienen la estabilidad, la seguridad y la fortaleza de nuestro país; representan los principios y los valores fundamentales de nuestro estado de derecho: libertad, soberanía e independencia nacional’’.
En el acto realizado en Palacio Nacional, Peña Nieto, después de manifestarse honrado por la distinción, ordenó a los órganos castrenses conducirse, en materia de política exterior, “con absoluta lealtad a la patria para fortalecer la identidad y la unidad nacionales, preservar la soberanía e independencia, y salvaguardar el territorio nacional’’, así como revisar y actualizar el Plan Militar de Defensa Nacional Conjunto para que articulen las capacidades de la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea de México.
Sobre seguridad interior, dispuso que trabajen con honor, lealtad, patriotismo y valor para lograr un México de paz y tranquilidad. Les pidió ser coadyuvantes en la transformación de México, garantes de la seguridad interior y factor de estabilidad. Para el cumplimiento de esas misiones les ordenó mantener lealtad absoluta a las instituciones democráticas del país; cumplirlas con apego a derecho; respetar escrupulosamente los derechos humanos; conducirse con integridad y profesionalismo; anteponer, ante cualquier otro, el interés general de la nación, y exigir a los mandos de todos los niveles el cumplimiento de estas instrucciones.
En suma, ordenó a los comandantes de las fuerzas armadas que “practiquen y promuevan los valores y principios de la paz, la tolerancia, el respeto y el entendimiento” y emprendan acciones para mejorar y velar por el bienestar del personal bajo su mando.
Al entregar la espada del Ejército al titular del Ejecutivo, el general secretario Salvador Cienfuegos dijo que ésta simboliza “la sabiduría en el ejercicio del mando, el liderazgo y el carácter del hombre de armas para hacer cumplir la misión asignada”.
El jefe militar sostuvo que esa arma “se entrega a quien mejor sabrá honrarlas para la defensa de la integridad, independencia y soberanía de la nación”. Este acto simbólico “es la expresión militar de la voluntad ciudadana conferida al primer mandatario para comandar al Ejército y Fuerza Aérea del pueblo de México”.
A su vez, el secretario de Marina, almirante Vidal Soberón Sanz, consideró que el sable entregado al Presidente es el emblema del temple y la serenidad de los marinos mexicanos y de la libertad, “por la cual lucharon nuestros antecesores, (y) de la justicia y la paz por las que habremos de velar”.
En el Zócalo, la Sedena hizo valer su anfitrionía al restringir, en la apertura de la exposición, el acceso a la plancha –y al recorrido realizado por el presidente Peña Nieto– tanto a los periodistas como a los transeúntes. Además, bloqueó varias salidas de la estación del Metro y cerró algunas calles aledañas a la Plaza de la Constitución.
Mancera Espinosa había dicho también: “Hoy es importante recordar que es el pueblo el que integra las fuerzas armadas; es por eso que nos garantiza libertad, soberanía, defensa y protección”.

Rosa Elvira Vargas, La Jornada, 16 de febrero.

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