Inician campañas en Venezuela

CARACAS.- Con el cadáver de Hugo Chávez todavía en exhibición, los venezolanos fueron a dormir anoche en tensión.

El Presidente Nicolás Maduro y su principal opositor Henrique Capriles apretaron los dientes y en sendas comparecencias públicas nocturnas, vistas por millones de venezolanos en la televisión, intercambiaron invectivas y amenazas.

Mentiroso, simulador, derramador de lágrimas falsas, lanzó Capriles. Miserable y fascista repeló Maduro en un domingo que marcó un abrupto cambio de ánimo en el país.

La marea roja volvió a subir este domingo tras una ligera declinación entre viernes y sábado. Con un mayor orden en su distribución, miles de personas, en su inmensa mayoría con playeras rojas, montaron una hilera kilométrica por el Paseo de Los Próceres, antesala de la Academia Militar donde está montada la capilla ardiente que guarda los restos de Hugo Chávez.

Cada cien metros fueron colocados bloques de siete sanitarios móviles que no cesaban de ser ocupados. Los dolientes acudían con termos de café, botellas de agua, fruta, arepas; otros cargaban mantas y muchos más iban con las manos vacías. Policías que recorrían en bicicleta la hilera repartiendo gaseosas eran prácticamente asaltados por los sedientos.

Marianela Quintana, trabajadora de la gerencia de pagos del Banco Bicentenario, llegó a las siete de la mañana. Eran las dos de la tarde y apenas había avanzado tres kilómetros. Estaba a dos, aproximadamente, de llegar al féretro.

- ¿Cuándo cree llegar?, se le preguntó.

- Dicen que como en cuatro horas, respondió sin enfado.

Su madre de 82 años aguantaba estoica. Una de sus niñas, de seis años, caminaba alegre. Quien de plano ya no aguantó fue su hija Camila, de año y ocho meses, desparramada en una carreola de tijera, dormida, sudorosa, cansada. Lleva una hora dormida. Para la lentitud de la fila seguramente llegará despierta hasta el ataúd.

"Esperaremos las horas que sean necesarias", dice Marianela, vecina de Lozada, barrio de San José en la capital.

- ¿Qué hizo Chávez por usted?

- Por ejemplo, logré un crédito para una vivienda y mi sobrino pudo ser operado varias veces para que le colocaran una prótesis y todo lo cubrió el Estado. Sin compromiso alguno o que le dijeran que debía votar por él a cambio.

Así todos. Nicolás Maduro ha dicho en varios discursos que Chávez es "un Cristo del siglo 21"; la veneración aquí vista parece creer la consigna.

Como a Marianela, Chávez hizo milagros a miles y miles. Por eso puede verse a tantos discapacitados en sillas de ruedas o muletas regaladas por el Estado; pobres que comen algo, que cobran algún bono, que tienen casa pequeña.

La marea sube. A alguien se le ocurre hacer una fila diferente, alterna a la principal con gente de la tercera edad. Pero con los ancianos se cuelan hijos, sobrinos, nietos, vecinos y camaradas del partido. Las carpas de atención médica están repletas con viejitos a los que toman la presión, señoras que vacían botellas de agua en segundos, niños con ampollas.

Todos somos Chávez hasta los discos pirata con las canciones revolucionarias en el equivalente a 50 pesos mexicanos, playeras en 200 pesos, boinas rojas en 300 pesos, vasos plásticos térmicos con la imagen del comandante en 45 pesos, las fotos del prócer en pants, o convaleciente en un hospital de Cuba, o acariciando un Cristo, o en traje de campaña o empapado en un mitin de campaña, el rostro ovalado moreno, cachetón, invariablemente sonriente, en 40 pesos.

Chávez en botones, en afiches, en pulseras, en chalecos, en chamarras, en cachuchas, Chávez prende, el ambulante vende.

El fervor alimenta a Nicolás Maduro quien acude a la 12 Conferencia del Partido Comunista realizada en el Teatro Santaclaro que luce atestado, en medio de un impresionante operativo de vigilancia que cierra en segundos todas las calles de acceso al lugar.

Ahí Maduro habla como el militante radical de izquierda que fue en su juventud. Se emociona, llora en un discurso de 75 minutos.

Agradece al Partido Comunista que le apoye en su postulación.

"Decirle a alguien comunista tendría que ser algo que lo llene de orgullo porque es decirle honesto, humilde, transparente", dijo.

Y anunció la incorporación del PCV a la Dirección Político Militar de la Revolución Bolivariana instalada el día de la muerte de Chávez.

La dirección político-militar está integrada por el gabinete ministerial, los 20 gobernadores socialistas, el Alto Mando Militar, así como el Alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, y la jefa de Gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Faria. Todos pertenecían a un mismo partido.

Ante los delegados comunistas comprometió que los médicos cubanos que están en Venezuela no regresarán a la isla.

"Aquí se van a quedar", manifestó y apeló a la unidad política.

"Todos juntos somos Chávez, por separado no somos nada y podemos perderlo todo", alertó.


Dijo que él no era igual que Chávez.

"Yo no soy Chávez hablando estrictamente de la inteligencia, carisma, de la fuerza histórica de la capacidad de conducción, del mando, de la grandeza espiritual de nuestro comandante...Yo soy chavista, hijo de Chávez, así lo siento", expresó.

Eso se percibe, evidentemente. Maduro no es Chávez. Eso le dijo el propio Henrique Capriles por la noche también en una radicalización de su discurso.

"Nicolás no es Chávez, y él lo sabe", espetó.

Por eso arremetió contra él. Le llamó mentiroso, falso, débil. Capriles cuestionó la parafernalia del luto hecho campaña electoral.

Maduro, quien ya parecía guardado por el domingo, reapareció sorpresivamente en la televisión minutos después que Capriles, dispuesto a no dar tregua.

Sin decirle por su nombre, descalificó al "niño de los apellidos" que encabeza a quienes "nos odian por ser pueblo...Se los juramos por Chávez y nuestro pueblo: no volverán más nunca a ser poder".

Remachó: "Ha asomado el rostro nauseabundo del fascista ... es un irresponsable que busca que el pueblo se vaya por los caminos de la violencia".

Y antes de que muchos apagaran la televisión dictó: "mantengamos el luto y el combate".

Así se fueron a dormir, con los dientes bien apretados.


ASÍ LO DIJO

"Yo no soy Chávez hablando estrictamente de la inteligencia, carisma ... de nuestro comandante. Yo soy chavista, hijo de Chávez".

Nicolás Maduro Presidente encargado de Venezuela

Roberto Zamarripa enviado, Reforma, 6 de marzo.

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