Los cambios en Venezuela tendrán repercusión en Cuba


Cuba mostró que sigue la suerte de Hugo Chávez con la más alta prioridad, al interrumpir el sábado 8 de diciembre la emisión ordinaria del principal canal de la televisión para dar paso al mensaje íntegro del presidente venezolano y repetirlo en dos ocasiones el domingo siguiente.
Con 40 por ciento del comercio cubano y un paquete de acuerdos preferenciales e inversiones estratégicas, Venezuela es la pieza más sensible de la economía de Cuba. El destino que tenga el país sudamericano a corto plazo representa un impacto directo en el futuro inmediato de la isla.
El discurso en el que Chávez anunció la reaparición del cáncer y su posible salida del poder irrumpió en las pantallas de los cubanos la noche del sábado, cuando se transmitía una telenovela brasileña, uno de los espacios de mayor audiencia nacional.
El diario Juventud Rebelde, único de circulación nacional los domingos, parafraseó a Chávez para titular el domingo 9 de diciembre en su portada: “Saldremos victoriosos, saldremos adelante”.
Para las generaciones adultas de cubanos, un horizonte de conflicto para el socio principal remite al colapso de la Unión Soviética, que arrastró a Cuba a la peor crisis económica de su historia contemporánea.
Cuando se derrumbó la potencia socialista, en 1991, Cuba perdió casi por completo su comercio exterior, sus mercados, sus fuentes de financiamiento y suministros decisivos como el del petróleo.
Ahora la isla satisface un tercio de su consumo energético con recursos propios.
Además, tiene una industria turística en expansión y exporta níquel y medicamentos, todo lo cual está entre sus principales ingresos en moneda fuerte.
Sin embargo, una pieza clave de la economía cubana es la venta de servicios profesionales a Venezuela y la compra de petróleo en ese país con un acuerdo preferencial.
Cuba vende a Venezuela soluciones integrales de servicios y tiene a más de 40 mil profesionales enviados a ese país, trabajando en asistencia médica, deportes, informática, agricultura, azúcar y seguridad, entre otros sectores.
Los servicios médicos son los más extendidos y rentables, pues se cotizan con un índice ligado al precio del crudo, de acuerdo con fuentes enteradas del mecanismo.
A su vez, Cuba puede pagar la factura petrolera con un crédito en dos tramos (90 días y 15 años con dos de gracia), cuyos montos se determinan según una escala creciente del precio del barril.
Sin Venezuela, Cuba no caería en el precipicio en el que se hundió en los años 90, pero el impacto sería de gran consideración: dos tercios del consumo energético, garantizado con un crédito blando y la parte sustancial del ingreso por servicios, que convierte en negros los números rojos de la balanza comercial.
Además, las inversiones venezolanas en Cuba tienen un margen de uno a cuatro años para entrar en operación o alcanzar sus principales metas.
Es el caso de una refinería, cuya capacidad actual de 65 mil barriles diarios llegará a 150 mil en 2014; una fábrica de urea y amoniaco y una regasificadora, que empezarían a funcionar en 2015 y una productora de PVC, para 2017, todo en la provincia surcentral de Cienfuegos.
Proyectos a largo plazoAún se desconocen fechas comprometidas para la operación de otros tres proyectos: una planta de ferro-níquel en Holguín (oriente); la rehabilitación de una refinería en Santiago de Cuba (oriente), y la construcción de otra más en Matanzas (noroeste).
Otra empresa mixta tendió entre los dos países un cable submarino de fibra óptica, destinado a multiplicar la capacidad de conexión de voz, datos e imagen, que debió empezar a operar en julio de 2011, según el plan original, pero aún se desconoce la suerte que haya corrido.
Versiones sin confirmar ni desmentir indican que algunos ejecutivos cubanos del proyecto fueron detenidos, bajo acusaciones de fraude.
El comercio entre Cuba y Venezuela era de 6 mil 27 millones de dólares en 2010, el último dato oficial disponible. Ese valor supera en más de tres veces al intercambio con China, el segundo socio de la isla (mil 900 millones).
Petróleos de Venezuela (PDVSA) perforó un pozo exploratorio en las aguas profundas cubanas del Golfo de México, pero lo abandonó en octubre pasado, ante la falta de resultados comerciales.
El último reporte conocido de producción petrolera cubana era de 54 mil 626 barriles diarios en 2009 y el de consumo de crudo y derivados, de 141 mil 788 barriles diarios en 2010.
PDVSA informó que en 2011 exportó 102 mil barriles diarios de hidrocarburos a Cuba, parte de los cuales van a la refinería de Cienfuegos.
* Nota publicada en La Jornada el 10 de diciembre de 2012

Gerardo Arreola, La Jornada, 6 de marzo.


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