Miente el chavismo sobre la fecha de muerte del presidente: Capriles


Aunque todavía no hay candidatos registrados, las campañas de la quinta elección presidencial en 14 años han comenzado. Y al rojo vivo. Henrique Capriles, derrotado por Hugo Chávez en octubre pasado, anuncia su nueva candidatura con un obús: acusa al chavismo de mentir sobre la fecha de muerte del presidente y de haber engañado “a nuestro pueblo chavista” sobre su verdadero estado de salud. El presidente encargado y candidato Nicolás Maduro le responde con la acusación de que busca manchar las elecciones “con violencia, sangre y muerte” y advierte de acciones judiciales en su contra.
Aunque reposa en un ataúd de madera frente al cual no para el desfile de dolientes, Chávez es nuevamente el centro de la contienda.
La historia comienza un poco antes.
De mañana, el articulista Roberto Malaver, de filiación chavista, escribe: “Increíble: la muerte del presidente Chávez dejó sin vida a la oposición”. No sin vida, pero al menos le afecta los reflejos. Luego de que el Consejo Nacional Electoral fijó el 14 de abril como fecha de la nueva elección presidencial, Nicolás Maduro Moros –“el candidato de Chávez”, se hace llamar– ha tenido una intensa agenda que incluye visitas de madrugada a la capilla ardiente donde miles siguen en desfile interminable, una misa mañanera de cuerpo presente, su asistencia al congreso del Partido Comunista (PC) que lo proclama su candidato, sin contar la convocatoria para que sus huestes lo acompañen masivamente al registro de su candidatura este lunes (el plazo vence a las dos de la tarde).
Traslado del cuerpo al Museo de la Revolución, el viernesDel otro lado de la acera, Henrique Capriles Radonsky, el aspirante opositor, usa Twitter para anunciar que en la noche dará un mensaje al país. “Lo está pensando”, titula en su web el opositor diario Tal cual.
El anuncio se retrasa mientras las especulaciones crecen. Se avisa que Globovisión –la televisora antichavista por excelencia, sobre la que todo el día pesan rumores de que será vendida por sus socios mayoritarios– transmitirá íntegro el mensaje. Pero como Capriles tarda en salir, Globovisión pone en la pantalla un especial sobre la sucesión papal.
Cuando por fin aparece en la pantalla, Capriles, contra algunos pronósticos, se lanza duro en su primer acto de campaña: “Nicolás no es Chávez”, dice, y se gana el aplauso en la concurrida rueda de prensa sin preguntas.
Con esas cuatro palabras define cuál será el eje de su estrategia en la corta campaña que ya comenzó, aunque el proselitismo debe durar, oficialmente, sólo diez días.
En octubre, frente a Chávez, Capriles fue el candidato de la moderación. Esquivó cuanto pudo los cañonazos que le lanzaba el popular presidente e intentó presentarse como una suerte de Lula venezolano: su oferta fue unir al país sin tocar la agenda social que los 14 años de chavismo han puesto como piso mínimo para cualquiera que aspire a gobernar Venezuela.
Hoy es otro. Aunque ha demorado su anuncio 30 horas, cuando aparece lo hace decidido a desatar la furia de los chavistas: los acusa de haber mentido sobre la salud del presidente como parte de una estrategia electoral, pone en duda la fecha de muerte de Chávez y afirma que todas las cosas que Maduro y el resto del gobierno dijeron durante la etapa terminal del presidente no fueron sino engaños. Fue mentira, asegura, que Chávez aprobó la devaluación del bolívar, que hayan sostenido con él una reunión de trabajo de cinco horas y que firmó un nombramiento, todas las anteriores afirmaciones del gobierno mientras el extinto presidente convalecía en Cuba. Remata: “Quién sabe cuándo murió el presidente”.
La pronta respuestaApenas termina de hablar, Capriles recibe la primera respuesta, que corre a cargo del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello: “Te metiste con Chávez y con el profundo amor que siente el pueblo por el Comandante de la Patria, hiciste una declaración de guerra”, escribe en su cuenta de Twitter.
Quince minutos después, el propio Nicolás Maduro aparece en la televisora estatal.
Con una fotografía de Hugo Chávez a su espalda, Maduro acusa a Capriles de salir “loco, enloquecido de odio para justificar la derrota electoral que va a sufrir” el 14 de abril.
En una larga alocución, que a veces parece estar leyendo, el presidente encargado asegura que el opositor pretende desatar la violencia para justificar su derrota e informa que la familia Chávez se reserva el derecho de emprender acciones judiciales por las declaraciones de Capriles que ofenden la “memoria pura, cristalina del comandante Hugo Chávez” y ponen en duda el momento de su muerte.
“Candidato perdedor, miserable, rostro nauseabundo de fascista, irresponsable, niño de apellido de la oligarquía mantuana (aristócrata), señorito que acaba de llegar de Nueva York, donde tiene un apartamento de cinco millones de dólares”, son algunas de las lindezas que le lanza al también gobernador del estado de Miranda.
En su mensaje, Capriles se había referido también a declaraciones del máximo jefe de las fuerzas armadas, Diego Molero, quien hace unos días declaró que los militares cumplirán la orden de Chávez de hacer presidente a quien él designó sucesor (“vamos a darle en la madre a esos fascistas”, dijo el almirante).
“Usted fue el penúltimo de su promoción y es una vergüenza para las fuerzas armadas”, dice Capriles.
“Ha ofendido a la fuerza armada. Soldados de la patria ¡todos rodilla en tierra!”, responde Maduro, al ofrecer todo su respaldo al militar. De paso, afirma que Capriles pretende provocar violencia para justificar su retiro de la campaña electoral, no sin antes mancharla con “sangre y muerte”.
Insultos aparte, el candidato opositor habla de una estrategia “milimétricamente” planeada para construir a Maduro como sucesor, pese a que, según asegura, el gobierno sabía desde hace semanas que Chávez no se iba a recuperar.
Un sesgo distingue su discurso: varias veces se dirige a “nuestro pueblo chavista”, sabedor de que sus posibilidades de triunfo estriban en arrebatar votos al oficialismo.
En ese tenor, recuerda que el mismo presidente Chávez regañó muchas veces a sus colaboradores y pretende separar al extinto mandatario de sus herederos: “Ellos son ese entorno al que hasta Chávez culpaba de ineficiente. El entorno es el que quiere gobernar. Utilizan a la persona que no está porque ustedes no tienen más nada que ofrecerle al país”.
Con esas palabras hace su ingreso Capriles a la contienda, pues anuncia, contra las especulaciones en contrario, que sí se inscribirá como candidato.
“Nicolás, no le voy a dejar el camino libre, compañero. Voy a pelear cada voto con estas manos, cuésteme lo que me cueste”.
Por su parte, Maduro aprovecha su mensaje para informar que los restos de Chávez serán trasladados al Museo de la Revolución el próximo viernes, que su despacho y otros espacios que ocupó en el Palacio de Miraflores serán convertidos en museo.
El museo recibe los toques finales. Cuadrillas de albañiles trabajan en una base rectangular de dos metros, donde será colocada la “urna transparente” con los restos de Chávez. La pieza es de mármol gris oscuro con detalles en colores rosa y blanco, a la manera de una flor. La urna quedaría coronada por una estatua del libertador Simón Bolívar espada en mano.
Para cerrar el día, Nicolás Maduro informa que el oficialismo atenderá la petición popular de que los restos de Chávez reposen junto a los de Simón Bolívar. El martes, dice, será aprobada por la Asamblea Nacional una enmienda constitucional que luego sería sometida al voto popular. ¿Chávez a las urnas después de muerto?

Arturo Cano enviado, La Jornada, 11 de marzo.

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