Arropan a Maduro

CARACAS.- "Quiero abrazarlos con todo el amor que se puede sentir por el comandante supremo", proclamó Nicolás Maduro desbordado en llanto mientras apretaba la cabeza de las hijas de Hugo Chávez contra su pecho.

Maduro estaba rodeado por los hermanos y nietos del Mandatario fallecido en la tarima desde la cual cerró una vertiginosa campaña de 10 días para las elecciones presidenciales del domingo.

Maduro lloró en el momento justo. Después de mostrar un video en el que Chávez trotaba y cantaba el Himno Nacional de Venezuela en una pantalla gigante, despertó la marea roja que inundó ayer la Avenida Bolívar y parecía dopada por el cansancio acumulado tras marchar durante todo el día bajo un Sol inclemente, a través de las principales calles del centro de Caracas.

Apeló a momentos históricos de la revolución, anécdotas compartidas con Chávez y a un largo historial de obediencia marcial a sus órdenes para pedir al electorado chavista que vote a su favor este domingo.

"Yo no estoy aquí parado porque sea un ambicioso de poder. Estoy aquí porque el comandante lo decidió así. Llegamos a esta tarima con el alma desgarrada, pero tenemos que sacar fuerzas para cumplirle a Chávez es nuestra obligación. Este pueblo no le falló a Chávez nunca y no le fallará en los próximos 500 años. Vamos a garantizar, colectivamente, que eso será así", expresó.

Maduro nombró uno a uno a los dirigentes políticos del Partido Socialista Unido de Venezuela, comenzando por Diosdado Cabello, y les recordó que Chávez les ordenó respaldar la candidatura de Maduro si no podía volver a ejercer las labores de Gobierno tras someterse a una cuarta operación en Cuba.

A los electores les pidió salir a votar en avalancha desde las 3:00 de la mañana (las casillas abren a las 6:00 horas).

"Yo necesito el voto de todos ustedes. Mientras más grande sea la brecha entre ellos y nosotros, más paz habrá", insistió.

"Tengo mensajes de muchachos que delinquían, pero que entregaron sus armas. Ellos me regalaron una camisa que dice: 'Fuerte, firme y seguro, el hampa cambia con Maduro'", afirmó.

Pidió a los camarógrafos que no mostraran sus rostros y los invitó a sumarse a la revolución.

"Dejen las armas, muchachos, cesen la violencia. Yo voy a hacer el Presidente de la paz, la convivencia y la vida. Cuenten conmigo". "¿Cuento con ustedes?", preguntó. Un alarido de aprobación respondió a la propuesta.

Aseguró que la seguridad, la corrupción, el crecimiento económico y la creación del sistema socialista de misiones Hugo Chávez serán sus prioridades.

Ofreció reestructurar la empresa estatal de energía eléctrica porque, según él, la están saboteando desde adentro.

En Venezuela se especula que Maduro negocia transferir el control sobre la empresa eléctrica a inversionistas chinos, como parte del pago a los créditos millonarios que ha recibido Venezuela con el esquema de financiamiento conocido como Fondo Chino.

"Voy a militarizar la electricidad porque es un servicio de seguridad de Estado", anunció.

Insistió en que los apagones que presenció durante su gira por el interior del país se debieron a sabotajes y no a las fallas regulares que afectan al suministro de energía.

Prometió fortalecer el poder popular, asumir la Presidencia de Mercosur próximamente y desplegar un plan especial para renovar la vialidad del país.

Maduro no perdió ocasión para descalificar al líder opositor Henrique Capriles.

"Eres un burgués inmaduro que quiere derrotar al obrero maduro", vociferó.

Al final del acto, Maduro hizo una pausa para secarse las lágrimas tras declarar: "Espero poder encontrarme de nuevo algún día con mi comandante".

Valentina Oropeza, Reforma, 12 de abril.

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