Deportan hospitales a indocumentados

DES MOINES, Iowa.- Hospitales estadounidenses deportan a indocumentados cuando éstos están enfermos, incluso inconscientes, para tratar de reducir costos.

El Centro para la Justicia Social y la Asociación de Abogados de Nueva York para el Interés Público han documentado en los últimos cinco años por lo menos 600 casos de inmigrantes que fueron repatriados en contra de su voluntad por razones médicas.

La cifra está basada en datos de hospitales, organizaciones humanitarias, versiones de prensa y activistas. Pero se estima que la cifra verdadera es mucho mayor ya que muchos casos pasan inadvertidos.

Tal fue el caso de los mexicanos Jacinto Cruz y José Rodríguez Saldana, quienes en 2008 sufrieron lesiones graves en un accidente vial en Iowa.

Los hombres tenían su seguro médico por medio de sus empleos en una empacadora de carne. Pero ninguno tenía autorización para estar en Estados Unidos y no quedaba del todo claro si el seguro les pagaría.

El Centro Médico Metodista de Iowa en Des Moines decidió entonces actuar por su propia cuenta.

Tras consultar con sus familiares, discretamente trasladó a los mexicanos, ambos en estado de coma, a un avión privado que los llevó a México.

Los deportó sin consultar a autoridad judicial ni ejecutiva alguna. Cuando los pacientes se despertaron, estaban a más de 2 mil 900 kilómetros de distancia, en un hospital de Veracruz.

Cientos de indocumentados en Estados Unidos han vivido experiencias similares, a manos de un sistema que no depende de un Gobierno federal, sino de un sistema de hospitales que trata de reducir gastos.

A esto se le describe oficialmente como "repatriaciones médicas'', un proceso en el que los hospitales pueden colocar a pacientes en vuelos fletados, aun cuando están inconscientes. Las clínicas por lo general pagan el costo de los vuelos.

"El problema es que todo está ocurriendo en una especie de hoyo negro jurídico. No hay registro de nada", dijo Lori Nessel, directora del Centro para la Justicia Social de la Escuela Seton Hall.

Activistas temen que los hospitales amplíen su política de repatriaciones, debido a la nueva reforma a la ley de atención médica, que contempla reducciones en los pagos que reciben las clínicas que atienden a personas sin seguro.

Ejecutivos de empresas médicas confiesan que están en un dilema, entre la promesa de atender a los necesitados y la batalla política contra la inmigración ilegal.

"Hay gente en el Gobierno federal, el estado, todos, que dicen que no debemos estar pagando por los indocumentados'', declaró el doctor Mark Purtle, vicepresidente encargado de asuntos médicos del Sistema Médico de Iowa.

Las autoridades nacionales y estatales no quieren cubrir esos costos, añadió.

Por ley, todos los hospitales tienen la obligación de recibir a todo paciente que necesite atención de emergencia, aun cuando no tengan recursos para pagar e independientemente de su status legal.

Pero una vez que el enfermo queda estable, la obligación desaparece.

Muchos inmigrantes que carecen de permiso para residir en Estados Unidos no tienen derecho al Medicaid, el programa estatal de asistencia para los pobres.

Es por ello que los hospitales tratan de enviar a esos pacientes a centros de rehabilitación o asilos para ancianos en sus países de origen.

Algunos de esos pacientes trasladados fallecieron porque en las clínicas de sus países carecían de los recursos necesarios, mientras que otros sufrieron problemas médicos persistentes porque no recibieron la atención adecuada.

David Pitt, Reforma, 24 de abril.

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