El papa Francisco pone el acento en América Latina

CIUDAD DEL VATICANO.— Al término de la plegaria dominical de Regina Coeli (Reina del Cielo) y ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el papa Francisco expresó su “viva preocupación” por la situación de inestabilidad que vive Venezuela luego de las elecciones del pasado 4 de abril, al tiempo que conminó a la clase política a emprender el diálogo y a evitar todo tipo de violencia en el país.

“Sigo con atención los acontecimientos que están sucediendo en Venezuela”, dijo el Papa, para después añadir que acompañaba a los ciudadanos de esta nación “con viva preocupación, con intensa oración y con la esperanza que se busquen y se encuentren caminos justos para superar el momento de grave dificultad que está atravesando el país”.

Francisco también invitó “al querido pueblo venezolano, en modo particular a los responsables institucionales y políticos, a rechazar con firmeza cualquier tipo de violencia y a establecer un diálogo basado en la verdad, en el reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y del amor por la nación”.

Más que significativo resultó este fuerte llamado al pueblo y autoridades venezolanas, visto que en su corto pontificado Francisco, además de las catástrofes naturales en la región, nunca había hablado explícitamente, al menos de manera pública, de los conflictos políticos que tienen lugar Latinoamérica.

También ayer el diario La Nación informó que el papa Francisco le envió una carta a la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, que no fue difundida por el gobierno en Buenos Aires, en la que le pide trabajar “para que se afiancen la concordia, el diálogo y la reconciliación”.

Además, se informó que Francisco mantuvo contacto con los argentinos desde su elección para ocupar el sillón de Pedro a través de cartas, llamados telefónicos y envío de asistencia económica para los afectados por las inundaciones. Escribió al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri; al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, entre otros.

En la homilía de ayer, el Pontífice dijo a los jóvenes que “es necesario poner en juego la vida por los grandes ideales”, invitación que de inmediato fue interpretada como una indicación sobre cómo él y el grupo de ocho cardenales que ha llamado para ayudarlo se conducirán en el proceso de cambio que tendrá lugar dentro de la iglesia católica.

“También el Instituto de obras religiosas (el IOR o banco vaticano) podría ser reformado”, afirmó ayer el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa y coordinador del grupo de purpurados nombrados por el Papa, haciendo entender en el paquete de reformas también está incluido el polémico instituto de la Santa Sede.

No menos drástica es la línea trazada por el cardenal Francisco Javier Errazúriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile y también miembro del grupo de los ocho, quien al referirse a la actual situación de la Curia Romana dijo que “los cuarenta obispos europeos que trabajan para el Santo Padre y para el gobierno de la iglesia son muchos”. Declaraciones particularmente fuertes que han hecho “susurrar” a no pocos funcionarios del Vaticano que los cambios que están por llegar podrían ser muy radicales, sobre todo en el ámbito de las finanzas. (Con información de agencias)

Jorge Gutiérrez corresponsal, El Universal, 22 de abril.