Viven cubanos boom inmobiliario

LA HABANA.- En los árboles del Paseo del Prado cada día se ven más letreros con descripciones de departamentos en venta o de compradores que dejan escrito en cartones lo que buscan, un nombre (sin apellido) y un número de móvil.

También se ven más corredores in situ, caminando las cuadras donde han instalado su particular Trade Center, a la caza de potenciales clientes.

Ricky, un habanero de 47 años, con más de una década de experiencia en el antes ilegal negocio inmobiliario, es uno de las personas que camina por la calle observando cada movimiento a su alrededor.

Como otros cubanos capaces de hacer fortuna sin salir de una isla que flota en lagunas jurídicas, el hombre lleva encima casi todos los tópicos del éxito antillano: ropa de marca, el último celular y joyas llamativas.

De mala gana, el corredor confirmó que la mayoría de los cubanos sólo compra departamentos pequeños de hasta 10 mil o 12 mil dólares.

Dice que son los emigrantes y los extranjeros con vínculos familiares en la Isla quienes adquieren las viviendas más costosas: palacetes de tres plantas con jardines, o casas de excelente diseño que pueden llegar hasta el millón de cuc (divisa local equiparada al valor del dólar).

Desde que el Gobierno de Raúl Castro aprobó la compraventa de viviendas entre cubanos en noviembre de 2011, y tras medio siglo en el cual solo era legal la permuta, un desordenado mercado inmobiliario está creciendo por días en la Isla, dijeron a REFORMA abogados vinculados al Instituto Nacional de la Vivienda.

Más de 100 mil casas y apartamentos se anuncian hoy en internet afincados fuera del país, mientras la radio y la televisión estatales dedican espacios diarios a informar de estos intercambios, que no siempre se registran como compraventa, aunque lo sean.

Datos oficiales señalan que cerca de 45 mil viviendas cambiaron de propietario entre enero y agosto del año pasado. Muchas de ellas fueron ventas disfrazadas como donaciones para evitar o reducir el pago de impuestos.

El desbalance continúa. Entre enero y marzo de este año, se han concretado 2 mil 730 compraventas entre propietarios particulares y 10 mil 660 donaciones.

"En este sector la corrupción es la norma", afirmó una señora quien vendía por 6 mil cuc su vivienda de tres cuartos a las afueras de La Habana, quien pidió conservar el anonimato.

Según "Mari", en Cuba se firman muchas donaciones falsas, buena parte de las veces por iniciativa del notario que propone y documenta la falsa transacción a cambio de un porcentaje.

"Hay gente con contactos afuera, que está haciendo dinero fuerte", enfatizó.

En el mismo sentido, un economista aseguró que este sector se mueve a mayor velocidad que otros. Al parecer, hay compradores locales con capital extranjero interesados en inmuebles ubicados en zonas potencialmente comerciales, con el objetivo de abrir negocios.

No obstante, la ley es estricta en cuanto a la apertura del mercado inmobiliario, que beneficia exclusivamente a los isleños que viven en el país o temporalmente fuera y a los extranjeros con residencia permanente.

De acuerdo con la ley, sólo se puede tener una propiedad urbana y otra de descanso.

Expertos cubanos afincados en el exterior afirman que si el Gobierno abriera el mercado inmobiliario a residentes temporales o extranjeros podría ingresar en las arcas públicas miles de millones de dólares.

Pero arquitectos, abogados y economistas alertaron de los riesgos que a su juicio supone esa apertura. Ellos opinan que, antes de abrir el sector al capital extranjero, Cuba debe legislar para ese nuevo mercado inmobiliario.

Furor en venta de casas
 
La apertura en Cuba ha hecho que el mercado inmobiliario crezca rápidamente desde 2011.

2,730 ventas realizadas en los primeros 3 meses de 2013.

10,660 donaciones de inmuebles realizadas en el mismo periodo.

100,000 anuncios de viviendas cubanas en páginas extranjeras.

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 29 de abril.

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