La figura del ombudsman en México ha cobrado fuerza debido al incremento considerable en las violaciones a los derechos humanos y prueba de ello es que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió 29 mil 439 quejas en 2011, cifra que se incrementó a 41 mil 662 al año siguiente.
Sin embargo, académicos consideran que tanto la figura como el trabajo del ombudsman en el país requieren reforzarse, ya que han dejado de lado temas relevantes como los derechos de los trabajadores y la violencia hacia la mujer, y se han enfocado más en las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
Lo anterior es materia de análisis en el libro Ombudsman: asignatura pendiente en México, que consta de cuatro ensayos en los que se incluyen textos de Emilio Álvarez Icaza, Sandra Salcedo, Graciela Rodríguez, Luis Miguel Cano, Cécile Lachenal y Miguel Pulido, publicado por la Universidad Iberoamericana.
En entrevista para Crónica, José Antonio Ibáñez, coordinador de la publicación y del Programa de Derechos Humanos de dicha institución, hace un llamado a cuidar la figura del ombudsman y consolidarla para que no se convierta en un instrumento de simulación.
— ¿Qué significa ser un ombudsman?
—-Es tener una participación en la armonización jurídica y en la institucionalización de los derechos humanos; es un observador de segundo orden de toda la problemática de derechos humanos para la elaboración de diagnósticos sólidos y bien fundamentados para mejorar la protección.
Antonio Ibáñez comenta inconsistencias que han encontrado en la figura del defensor de los derechos humanos, incluso está en desacuerdo con que se le haya quitado la facultad a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de investigar
—¿Cuáles son esas inconsistencias en la CNDH?
—-Maneja un doble lenguaje, ha trabajado de manera muy fuerte en materia de migración, pero no es el la misma solidez, por ejemplo, en asuntos de seguridad y violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
Algunos autores lo llamarían esquizofrenia y bipolaridad en el uso de la rigidez, la solidez y seguimiento de las diferentes recomendaciones e informes que hace.
No estamos de acuerdo –continúa- en que la Suprema Corte haya perdido la atribución de investigar. Teníamos una doble facultad y que pasara sólo al ombudsman fue hasta cierto punto demagógico y pensamos que el peso con relación en la Suprema Corte es menor. Estamos convencidos de que quitarle esa facultad estuvo mal.
El coordinador del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana indica también que en relación con los organismos de derechos humanos de los estados, hace falta autonomía, regular presupuestos y su transparencia.
—Parte de la sociedad dice que la CNDH defiende a delincuentes, ¿por qué esa percepción?
—-Es falso y dañino. Puede ser una propia publicidad de los delincuentes…el ombudsman no defiende delincuentes, defiende violaciones a los derechos humanos.
—¿El trabajo de la CNDH es lento?
—-Creemos que falta un poco de empuje en algunos temas, por ejemplo, sus informes deberían llevar una visión más completa de los derechos humanos, también sus informes son muy burocráticos.
No hay una observación real de lo que pasa en México y sus recomendaciones que están relacionadas con seguridad, dejan un poco qué desear.
—¿Entonces qué se necesita para tener una CNDH fuerte?
—-Que el relevo sea objetivo, claro y transparente, que sea un órgano más independiente, que trate por igual cualquier tipo de quejas y que sean atendidas con la misma solidez.
Hay que mejorar el seguimiento a las recomendaciones, ya que esa atribución no ha sido madurada y que se involucre más en la planeación y programación de los derechos humanos, y sobre todo, que juegue un papel importante en la armonización de la legislación y la institucionalidad de los derechos.
Respecto al actual presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia, el académico considera que “en algunos aspectos le falta más punch”, cómo los mencionado anteriormente.
Sandra Salcedo, académica de la Ibero y colaboradora en la publicación del libro, también da su opinión acerca de la percepción de algún sector de la población que piensa que el organismo defiende a delincuentes.
“La figura del ombudsman es una defensoría del pueblo y es algo que no logramos ver. Si la gente percibe que es defensora de la delincuencia, no estamos logrando que la ciudadanía se apropie de sus derechos, y es parte de las facultades de los estados difundir su trabajo.
—Ombudsman: asignatura pendiente en México ¿Cuáles son?
—-Hay temas muy sensibles en los que no se ha entrado con muchas ganas y se está fallando. El tema de los derechos laborales, la violencia hacia la mujer y en materia de derechos económicos, sociales y culturales.
Sin embargo, académicos consideran que tanto la figura como el trabajo del ombudsman en el país requieren reforzarse, ya que han dejado de lado temas relevantes como los derechos de los trabajadores y la violencia hacia la mujer, y se han enfocado más en las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
Lo anterior es materia de análisis en el libro Ombudsman: asignatura pendiente en México, que consta de cuatro ensayos en los que se incluyen textos de Emilio Álvarez Icaza, Sandra Salcedo, Graciela Rodríguez, Luis Miguel Cano, Cécile Lachenal y Miguel Pulido, publicado por la Universidad Iberoamericana.
En entrevista para Crónica, José Antonio Ibáñez, coordinador de la publicación y del Programa de Derechos Humanos de dicha institución, hace un llamado a cuidar la figura del ombudsman y consolidarla para que no se convierta en un instrumento de simulación.
— ¿Qué significa ser un ombudsman?
—-Es tener una participación en la armonización jurídica y en la institucionalización de los derechos humanos; es un observador de segundo orden de toda la problemática de derechos humanos para la elaboración de diagnósticos sólidos y bien fundamentados para mejorar la protección.
Antonio Ibáñez comenta inconsistencias que han encontrado en la figura del defensor de los derechos humanos, incluso está en desacuerdo con que se le haya quitado la facultad a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de investigar
—¿Cuáles son esas inconsistencias en la CNDH?
—-Maneja un doble lenguaje, ha trabajado de manera muy fuerte en materia de migración, pero no es el la misma solidez, por ejemplo, en asuntos de seguridad y violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
Algunos autores lo llamarían esquizofrenia y bipolaridad en el uso de la rigidez, la solidez y seguimiento de las diferentes recomendaciones e informes que hace.
No estamos de acuerdo –continúa- en que la Suprema Corte haya perdido la atribución de investigar. Teníamos una doble facultad y que pasara sólo al ombudsman fue hasta cierto punto demagógico y pensamos que el peso con relación en la Suprema Corte es menor. Estamos convencidos de que quitarle esa facultad estuvo mal.
El coordinador del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana indica también que en relación con los organismos de derechos humanos de los estados, hace falta autonomía, regular presupuestos y su transparencia.
—Parte de la sociedad dice que la CNDH defiende a delincuentes, ¿por qué esa percepción?
—-Es falso y dañino. Puede ser una propia publicidad de los delincuentes…el ombudsman no defiende delincuentes, defiende violaciones a los derechos humanos.
—¿El trabajo de la CNDH es lento?
—-Creemos que falta un poco de empuje en algunos temas, por ejemplo, sus informes deberían llevar una visión más completa de los derechos humanos, también sus informes son muy burocráticos.
No hay una observación real de lo que pasa en México y sus recomendaciones que están relacionadas con seguridad, dejan un poco qué desear.
—¿Entonces qué se necesita para tener una CNDH fuerte?
—-Que el relevo sea objetivo, claro y transparente, que sea un órgano más independiente, que trate por igual cualquier tipo de quejas y que sean atendidas con la misma solidez.
Hay que mejorar el seguimiento a las recomendaciones, ya que esa atribución no ha sido madurada y que se involucre más en la planeación y programación de los derechos humanos, y sobre todo, que juegue un papel importante en la armonización de la legislación y la institucionalidad de los derechos.
Respecto al actual presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Raúl Plascencia, el académico considera que “en algunos aspectos le falta más punch”, cómo los mencionado anteriormente.
Sandra Salcedo, académica de la Ibero y colaboradora en la publicación del libro, también da su opinión acerca de la percepción de algún sector de la población que piensa que el organismo defiende a delincuentes.
“La figura del ombudsman es una defensoría del pueblo y es algo que no logramos ver. Si la gente percibe que es defensora de la delincuencia, no estamos logrando que la ciudadanía se apropie de sus derechos, y es parte de las facultades de los estados difundir su trabajo.
—Ombudsman: asignatura pendiente en México ¿Cuáles son?
—-Hay temas muy sensibles en los que no se ha entrado con muchas ganas y se está fallando. El tema de los derechos laborales, la violencia hacia la mujer y en materia de derechos económicos, sociales y culturales.
Se ha dejado de lado violencia contra la mujer
Varios académicos consideran que tanto la figura como el trabajo del ombudsman en el país requieren reforzarse, ya que han dejado de lado temas relevantes como los derechos de los trabajadores y la violencia hacia la mujer, y se han enfocado más en las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
Varios académicos consideran que tanto la figura como el trabajo del ombudsman en el país requieren reforzarse, ya que han dejado de lado temas relevantes como los derechos de los trabajadores y la violencia hacia la mujer, y se han enfocado más en las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas.
Análisis de la figura del ombudsman en México
Análisis del libro Ombudsman: asignatura pendiente en México, que consta de cuatro ensayos en los que se incluyen textos de Emilio Álvarez Icaza, Sandra Salcedo, Graciela Rodríguez, Luis Miguel Cano, Cécile Lachenal y Miguel Pulido, publicado por la Universidad Iberoamericana y coordinado por José Antonio Ibáñez.
Análisis del libro Ombudsman: asignatura pendiente en México, que consta de cuatro ensayos en los que se incluyen textos de Emilio Álvarez Icaza, Sandra Salcedo, Graciela Rodríguez, Luis Miguel Cano, Cécile Lachenal y Miguel Pulido, publicado por la Universidad Iberoamericana y coordinado por José Antonio Ibáñez.
Dennis A. García, La Crónica, 20 de mayo.
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