Obama responde a ofensiva de los republicanos

WASHINGTON.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se vio obligado ayer a maniobrar para evitar que su segundo mandato se vea inmerso en una tormenta que comprometería sus más importantes iniciativas de ley, entre ellas la esperada reforma migratoria.

La campaña del Partido Republicano, para acusarle de encubrir las fallas de seguridad que costaron la vida del embajador de Estados Unidos en Libia, Chris Stevens, en septiembre pasado, y para responsabilizarle por la investigación abierta por la Agencia Tributaria contra grupos conservadores, no dejaron otra opción a Obama que pasar a la ofensiva.

En rueda de prensa con el primer ministro británico, David Cameron, donde la atención se debería haber enfocado en la crisis en Siria y la próxima cumbre del G-8 el 17 de junio en Irlanda del Norte, Obama no pudo evitar los escándalos que han sido atizados por el Partido Republicano desde la Cámara de Representantes para lanzar un asalto contra la credibilidad de la Casa Blanca.

En su intervención ante los medios, el presidente acusó a los republicanos de “deshonrar” la memoria de los cuatro funcionarios diplomáticos que murieron en Libia con un “circo político” que sólo busca sacar réditos electorales.

“El caso que ahora han resucitado los republicanos desafía toda lógica”, consideró el presidente al recordar que su administración ha colaborado con diferentes comités del Congreso para la investigación de esta tragedia.

“Desde el primer momento informamos que se había tratado de un ataque terrorista y aportamos los correos electrónicos, los testimonios. Se creó una comisión de investigación que formuló recomendaciones que ahora mismo se están aplicando”, alegó el presidente al insistir en que las acusaciones de encubrimiento que han lanzado republicanos como el presidente del comité de supervisión gubernamental, el republicano, Darrel Issa y el también senador republicano, John McCain, “no tienen ningún sentido”.

Además, el presidente estadounidense salió al paso del último escándalo que estalló el viernes pasado para poner en la picota a la Agencia Tributaria por un exceso de celo en la investigación de varios grupos conservadores que han estado vinculados a las campañas republicanas. “Si se demuestra que la Agencia Tributaria, que se supone que es un organismo independiente, ha estado detrás de esta campaña contra grupos conservadores, sería deplorable”, aseguró Obama al subrayar la importancia de mantener la independencia y autonomía de esa agencia durante mandatos de demócratas o de republicanos.

“La gente necesita tener la certeza de que esa agencia aplica la ley sin ningún tipo de inclinación partidista”, insistió el presidente al prometer que, si se demuestran las acusaciones contra funcionarios de esa agencia, “se castigará a los responsables”.

Jaime Hernández corresponsal, EL Universal, 14 de mayo.