Eduardo Castañón Cruz © Presidente de la CEICEAI “Hace diez años desapareció el IMC y ahora en la reforma a telecomunicaciones se olvidaron de la innovación tecnológica. Insuficiente generar empleo y competencia,hay que crear la excelencia”
—¿Cómo calificaría la aprobación de la reforma en telecomunicaciones y radiodifusión?
—Ha sido una respuesta atinada por parte del nuevo gobierno, pues es un viejo reclamo de toda la sociedad mexicana. En México existen servicios de telecomunicaciones malos y caros. Las cifras de “tele densidad” y penetración de servicios de telefonía y banda ancha están ubicadas en los últimos lugares de la OCDE; y a nivel latinoamericano son muy deficientes. Además se han puesto los ojos en la inversión en la competencia y en la creación de empleos, pero no se menciona nada respecto a la creación de centro de excelencia que fomente la investigación y el desarrollo del sector.
— ¿En qué consistiría la creación de un nuevo instituto de investigación en telecomunicaciones?
— Tenemos una reforma de gran envergadura, pero no hay énfasis en el fomento a la investigación. Hace más de 10 años desaparecieron de un plumazo el Instituto Mexicano de Comunicaciones (IMC), el cual dependía de la SCT. Pero ahora se descuidó esa parte, pues el país cuenta con gente capaz para crear proyectos de innovación e investigación. Por lo que, debería existir este centro de excelencia para que la tecnología se cree en México y deje de ser importada. Habrá que apoyar una iniciativa del Politécnico Nacional ya presentada, para crear un Centro de Excelencia en telecomunicaciones.
—¿Qué opina de la sustitución de la Cofetel y que al Ifetel se le dé autonomía?
—La Cofetel en los 17 años que tiene de existir ha promocionado de manera deficiente el desarrollo de las telecomunicaciones, pero lo que vemos es que el sector ofrece servicios malos y caros. Había gente que conocía poco sobre el sector, se destacaban más por la parte jurídica y se hablaba muy poco de la parte de ingeniería. Celebramos que el nuevo organismo regulador sea autónomo. En la Academia de Ingeniería pugnamos porque entre los siete nuevos comisionados, se cuente con un número mayoritario de ingenieros de alto nivel y que se evite el potencial conflicto de interés con los concesionarios regulados. Sin embargo, lamentamos que el nuevo organismo, a pesar de todas las facultades que se le otorgarán, aún no sea considerado “mayor de edad” como lo son el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Banco de México (Banxico), los cuales no requieren de opiniones no vinculantes para generar decisiones o determinaciones en sus ámbitos de competencia.
—¿Cuáles son los beneficios de las dos nuevas cadenas de televisión que otorgará el Ifetel?
—Habrá una mayor concurrencia y competencia en ese mercado. Dadas las restricciones en materia de inversión extranjera se debe propiciar que empresarios mexicanos con experiencia en esta industria, en alianzas con capital foráneo participen con una nueva visión en materia de entretenimiento, acorde a los nuevos tiempos que se viven en otros países de mayor desarrollo.
—Respecto a la calificación de un operador “dominante” ¿es correcto que se le considere así cuando tenga una participación del 50 por ciento o más?
—Sí, es una cifra razonable, pues es conveniente que se dé más relevancia a la competencia. Aunque a los operadores a los que se les considere preponderantes, va a ser complicado determinar que se deshagan de sus activos por encima de esos porcentajes, pero se tendrá que cumplir con la ley. Lo mismo deberá seguramente suceder en el caso de Televisa.
—En cuanto a las dificultades del “apagón analógico” en Tijuana, ¿Cómo evaluaría el procedimiento en todo el país para el 2015?
—Si todo se lleva a cabo conforme a lo que se programe, se habrá de liberar la banda de 700 Mhz, que ocupan los canales 52 al 69 de UHF (frecuencia ultra alta) y que a nivel internacional están siendo utilizados para ofrecer servicios de banda ancha inalámbrica en áreas de difícil acceso y a precios al alcance de usuarios de bajos recursos. Sin embargo, el Estado que por un lado fomenta la inversión privada, la competencia y la concurrencia, al ponerla a cargo del organismo Telecomunicaciones de México, no cuenta con el personal y la experiencia en la materia y seguramente tampoco contará con los recursos presupuestales para desplegar un proyecto de tal envergadura, a pesar de que se ha anunciado que será posible la inversión público-privada (APP´s).
—¿Qué opina sobre los servicios que ofrece CFE Telecom y que pasarán a Telecomunicaciones de México?
—Considero que CFE Telecom lo está haciendo bien. Ha venido cumpliendo con su función. Independientemente de los problemas sindicales que se van a presentar en ese Organismo a cargo de los Telégrafos Nacionales no se cuenta con el personal técnico ni la experiencia empresarial necesaria. Tampoco se tendrán los recursos presupuestales para el manejo exitoso de este proyecto. La función del Estado debe ser el fomento y la promoción del desarrollo de los mismos por parte de los particulares. Si nos asomamos a lo que ha sucedido en otros países y sobre todo en el nuestro, veremos que nos asiste la razón.
—Ha sido una respuesta atinada por parte del nuevo gobierno, pues es un viejo reclamo de toda la sociedad mexicana. En México existen servicios de telecomunicaciones malos y caros. Las cifras de “tele densidad” y penetración de servicios de telefonía y banda ancha están ubicadas en los últimos lugares de la OCDE; y a nivel latinoamericano son muy deficientes. Además se han puesto los ojos en la inversión en la competencia y en la creación de empleos, pero no se menciona nada respecto a la creación de centro de excelencia que fomente la investigación y el desarrollo del sector.
— ¿En qué consistiría la creación de un nuevo instituto de investigación en telecomunicaciones?
— Tenemos una reforma de gran envergadura, pero no hay énfasis en el fomento a la investigación. Hace más de 10 años desaparecieron de un plumazo el Instituto Mexicano de Comunicaciones (IMC), el cual dependía de la SCT. Pero ahora se descuidó esa parte, pues el país cuenta con gente capaz para crear proyectos de innovación e investigación. Por lo que, debería existir este centro de excelencia para que la tecnología se cree en México y deje de ser importada. Habrá que apoyar una iniciativa del Politécnico Nacional ya presentada, para crear un Centro de Excelencia en telecomunicaciones.
—¿Qué opina de la sustitución de la Cofetel y que al Ifetel se le dé autonomía?
—La Cofetel en los 17 años que tiene de existir ha promocionado de manera deficiente el desarrollo de las telecomunicaciones, pero lo que vemos es que el sector ofrece servicios malos y caros. Había gente que conocía poco sobre el sector, se destacaban más por la parte jurídica y se hablaba muy poco de la parte de ingeniería. Celebramos que el nuevo organismo regulador sea autónomo. En la Academia de Ingeniería pugnamos porque entre los siete nuevos comisionados, se cuente con un número mayoritario de ingenieros de alto nivel y que se evite el potencial conflicto de interés con los concesionarios regulados. Sin embargo, lamentamos que el nuevo organismo, a pesar de todas las facultades que se le otorgarán, aún no sea considerado “mayor de edad” como lo son el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Banco de México (Banxico), los cuales no requieren de opiniones no vinculantes para generar decisiones o determinaciones en sus ámbitos de competencia.
—¿Cuáles son los beneficios de las dos nuevas cadenas de televisión que otorgará el Ifetel?
—Habrá una mayor concurrencia y competencia en ese mercado. Dadas las restricciones en materia de inversión extranjera se debe propiciar que empresarios mexicanos con experiencia en esta industria, en alianzas con capital foráneo participen con una nueva visión en materia de entretenimiento, acorde a los nuevos tiempos que se viven en otros países de mayor desarrollo.
—Respecto a la calificación de un operador “dominante” ¿es correcto que se le considere así cuando tenga una participación del 50 por ciento o más?
—Sí, es una cifra razonable, pues es conveniente que se dé más relevancia a la competencia. Aunque a los operadores a los que se les considere preponderantes, va a ser complicado determinar que se deshagan de sus activos por encima de esos porcentajes, pero se tendrá que cumplir con la ley. Lo mismo deberá seguramente suceder en el caso de Televisa.
—En cuanto a las dificultades del “apagón analógico” en Tijuana, ¿Cómo evaluaría el procedimiento en todo el país para el 2015?
—Si todo se lleva a cabo conforme a lo que se programe, se habrá de liberar la banda de 700 Mhz, que ocupan los canales 52 al 69 de UHF (frecuencia ultra alta) y que a nivel internacional están siendo utilizados para ofrecer servicios de banda ancha inalámbrica en áreas de difícil acceso y a precios al alcance de usuarios de bajos recursos. Sin embargo, el Estado que por un lado fomenta la inversión privada, la competencia y la concurrencia, al ponerla a cargo del organismo Telecomunicaciones de México, no cuenta con el personal y la experiencia en la materia y seguramente tampoco contará con los recursos presupuestales para desplegar un proyecto de tal envergadura, a pesar de que se ha anunciado que será posible la inversión público-privada (APP´s).
—¿Qué opina sobre los servicios que ofrece CFE Telecom y que pasarán a Telecomunicaciones de México?
—Considero que CFE Telecom lo está haciendo bien. Ha venido cumpliendo con su función. Independientemente de los problemas sindicales que se van a presentar en ese Organismo a cargo de los Telégrafos Nacionales no se cuenta con el personal técnico ni la experiencia empresarial necesaria. Tampoco se tendrán los recursos presupuestales para el manejo exitoso de este proyecto. La función del Estado debe ser el fomento y la promoción del desarrollo de los mismos por parte de los particulares. Si nos asomamos a lo que ha sucedido en otros países y sobre todo en el nuestro, veremos que nos asiste la razón.
Vocación
Eduardo Castañón Cruz es ingeniero del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Obtuvo el doctorado de ingeniero civil de telecomunicaciones en la Ecole Nationale Superieure des Telecommunications de París, Francia, siendo el primer mexicano en obtener ese título. Fue funcionario en la dirección general de telecomunicaciones de la SCT, donde coordinó el proyecto para implantar la primera red pública de transmisión de datos Telepac. Actualmente es presidente de la Comisión de Especialidad de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica de la Academia de Ingeniería (CEICEAI).
Eduardo Castañón Cruz es ingeniero del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Obtuvo el doctorado de ingeniero civil de telecomunicaciones en la Ecole Nationale Superieure des Telecommunications de París, Francia, siendo el primer mexicano en obtener ese título. Fue funcionario en la dirección general de telecomunicaciones de la SCT, donde coordinó el proyecto para implantar la primera red pública de transmisión de datos Telepac. Actualmente es presidente de la Comisión de Especialidad de Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica de la Academia de Ingeniería (CEICEAI).
Innovación
La creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) ha sido un paso importante para el sector; sin embargo, las autoridades olvidaron impulsar el desarrollo de un centro de investigación sobre proyectos en telecomunicaciones. Por lo que es indispensable desarrollar esta institución, pues existe mucha gente con talento que tiene la capacidad de crear nuevas tecnologías. Habrá que apoyar una iniciativa del Politécnico Nacional ya presentada, para crear un Centro de Excelencia en telecomunicaciones.
La creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) ha sido un paso importante para el sector; sin embargo, las autoridades olvidaron impulsar el desarrollo de un centro de investigación sobre proyectos en telecomunicaciones. Por lo que es indispensable desarrollar esta institución, pues existe mucha gente con talento que tiene la capacidad de crear nuevas tecnologías. Habrá que apoyar una iniciativa del Politécnico Nacional ya presentada, para crear un Centro de Excelencia en telecomunicaciones.
Elizabeth Albarrán, La Crónica, 14 de mayo.
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