Combaten en estados reforma migratoria

ATLANTA.- Cree que Estados Unidos está llena de migrantes que no respetan ni la ley ni el estilo de vida del país.

Se refiere a los grupos latinos como "tribalistas" que buscan imponer una agenda étnica.

D. A. King, quien hace una década dejó su trabajo como agente de seguros, encabeza una campaña de tiempo completo contra la migración indocumentada en Georgia.

Además, ha logrado que su entidad compita con Arizona por el título del estado con mayores restricciones legales en el tema.

Ahora, como otros activistas locales del país, busca evitar que la Cámara de Representantes en Washington apruebe una ley que abriría el camino para legalizar a migrantes sin papeles.

Al tiempo que los legisladores regresan a sus labores tras el receso de agosto, King y grupos que se oponen a brindar la ciudadanía a indocumentados unen fuerzas.

"Esta gente sabe qué estrategia es más efectiva en su distrito", indicó Roy Beck, director ejecutivo de Number USA, uno de los grupos más grandes del país opuesto a la legalización de indocumentados.

La organización mantiene pláticas regulares con King y otros 50 activistas locales.

Ellos se han convertido en un gran dolor de cabeza para líderes republicanos, como John Boehner, que intentan convencer a su dividido grupo para aprobar una reforma migratoria.

Con la modificación legislativa buscan reparar el dañado sistema migratorio del país, lo que incluiría dar un estatus legal -no necesariamente la ciudadanía- a quienes carecen de él.

"Cualquier voto a favor de la legalización (de indocumentados) tendrá fuertes consecuencias en quienes votaron por legisladores conservadores en Georgia", apuntó King en una entrevista.

El activista comenta que su ira creció lentamente desde 1990, cuando un grupo de mexicanos se llevaron la tranquilidad de su vecindario.

Los recién llegados estacionaban grandes filas de vehículos en mal estado en las calles cercanas a su casa e, incluso, había hasta 22 personas viviendo en un sótano rentado.

El conflicto con los vecinos llegó hasta la corte, la cual, siete años después, ordenó a los incómodos inquilinos mudarse.

Una visita en 2004 a la frontera sur convenció a King de que el país enfrentaba una invasión.

Al regresar a Georgia, hizo un frente común con el padre de un niño que murió en un accidente causado por un migrante indocumentado que conducía un auto imprudentemente.

Durante los debates de la reforma migratoria en el Senado, King criticó duramente a Marco Rubio, republicano de Florida y coautor de la ley migratoria aprobada en la primavera en esa cámara.

Además, pagó por miles de etiquetas y tres espectaculares con la leyenda "Detén la amnistía RubiObama", haciendo referencia a la reforma apoyada por el Presidente Barack Obama.

En el anuncio se pedía a los conductores llamar al senador por Georgia, Johnny Isakson, para que votara en contra de la reforma. Finalmente, el legislador cedió a pesar de que en 2007 apoyaba una ley integral.

"Me enseñaron que había una cultura estadounidense a la que los migrantes se debían asimilar. Pero, me temo que eso no es lo que pasa", opina el activista.

King se muestra indiferente a las protestas de latinos e indocumentados que se quejan de los millones de deportaciones ocurridas bajo el mando de Obama.

De hecho, opina que los representantes deben mostrarse más estrictos con las leyes migratorias y cree que, al final, la Cámara baja rechazará el proyecto de reforma.

"Los 'tribalistas' no harán ninguna diferencia en los republicanos cuyo sentido común los hace tomar cada lunes un avión para volar a Washington", aseguró.

Julia Preston, Reforma, 8 de agosto.

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